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Cuando a Sandra Gugliotta se le pregunta por qué Italia, baja los ojos y responde: “Qué sé yo... es una elección personal”. Y no dice más. De alguna manera, Italia es para Gugliotta una suerte de tierra prometida. No sólo es a donde sueña con viajar –y donde finalmente termina viajando– la protagonista de Un día de suerte, su ópera prima, sino que también es el lugar donde parecen concretarse sus sueños. Allí es donde durante casi todo el año pasado posprodujo su debut en el largometraje y ahora, cuando se prepara para viajar al Festival de Berlín para presentar oficialmente su film allí, en la sección Foro Internacional del Cine Joven, confiesa que ya tiene listo un proyecto para rodar también mitad en la Argentina y mitad en Italia. “Allá es notable cómo llama la atención nuestro cine, aunque es algo que pasa en toda Europa”, señala Gugliotta. “Porque el nuevo cine argentino tiene una energía, una pasión y una tremenda vitalidad para decir cosas, algo que llama mucho la atención afuera. Son películas pasionales y se nota que están vivas, porque nuestras ganas de hacer cosas es como muy visible en las películas”.
Oriunda del barrio porteño de San Cristóbal, donde está ambientada el capítulo porteño de su ópera prima, antes de rodar Un día de suerte Sandra Gugliotta ya formaba parte, casi sin darse cuenta, de este nuevo cine argentino al que acaba de nombrar. El suyo fue uno de los tantos nombres que firmaron los cortos de aquella primera Historias breves, la película que supo presentar en sociedad a principios de la década del noventa a casi toda la generación de cineastas –aquel film compilaba cortos de Lucrecia Martel, Bruno Stagnaro, Adrián Caetano, Daniel Burman y Ulises Rosell, entre otros– que terminarían renovando el cine argentino casi de prepo en los años siguientes. “Cuando yo estudiaba en la escuela del Instituto de Cine, decía siempre que quería dirigir, pero creo que recién tuve el coraje de proponérmelo realmente a partir de Historias breves”, confiesa Sandra, cuyo corto Noches áticas tal vez sea el más formal de aquella compilación fundacional.
Gugliotta hace la cuenta con los dedos y advierte que tardó tres años en tener todo listo para su primer largometraje. “Lo más difícil fue trabajar el guión. Siempre me había molestado que los hombres se hubiesen pasado cien años de cine construyendo a su gusto y placer los personajes de mujeres. Yo no quería repetir ese error y terminar construyendo personajes masculinos que no fuesen reales.”
Lo que comenzó siendo un proyecto “posible” –tal como lo denomina su responsable– para rodar en las calles de un barrio porteño en blanco y negro, en el transcurso de su producción terminó convirtiéndose en un proyecto complicado, que demandó rodajes en Palermo y Roma, y casi un año de edición y posproducción de sonido en Italia. Titulada durante su producción como Lo que buscas es amor, el film que Sandra Gugliotta presentará en Berlín cuenta la historia de Elsa, una chica de 25 años que quiere irse a Italia para encontrarse allí con el hombre al que quiere. Enmarcada históricamente por los cortes de luz del ‘99, que entonces sacaron a la gente a la calle para protestar por sus derechos, el film adquiere una increíble actualidad a la luz de un día a día que no deja de sorprender. “Yo decidí enmarcarla en ese momento histórico porque me pareció que los cortes de luz y la gente en la calle eran algo cinematográficamente muy rico”, cuenta Sandra. “Pero eso es lo que hizo que, viéndola ahora, dos años más tarde, la película pareciera filmada ayer.” Como vecina de San Cristóbal, Sandra vivió aquellos cortes y calcula que todo lo que pasó entonces, con la gente organizándose en la calle y por barrio, es un claro antecedente de lo que está pasando ahora. “Pero hoy hay una carga enorme de angustia, que se mezcla con la alegríade descubrir que algo está pasando. Y, por otro lado, el sueño de irse de la protagonista ha cobrado aún más actualidad. Aunque ahora la gente ya no se va, sino que sencillamente huye.”
Protagonizada por Valentina Bassi en el papel de Elsa, Un día de suerte incluye en su reparto a Fernán Mirás, Claudio Gallardou y Damián de Santo, entre otros. Y también a Darío Vittori. “No fue una idea mía, sino de la producción”, confiesa Sandra. “Y la verdad que la propuesta en un principio me asustó, porque era como dirigir a un mito viviente. Pero ahora no me puedo imaginar a la película sin él.” Uno de los cambios que se fueron incorporando al film una vez comenzada la producción –tal vez el cambio más grande– fue la posibilidad de filmar precisamente lo que Elsa iba a encontrar en Italia. “Aunque en un principio no era posible, siempre quise filmar ese final”, revela Gugliotta. Y, una vez que se hizo posible, la directora cuenta que también sabía que lo que Elsa iba a encontrar allí era totalmente diferente de lo que había ido a buscar. “Una vez que Elsa llega allá, pierde todas las certezas”, adelanta Sandra, que comenta que en un principio el film se iba a llamar precisamente así: Sin certezas.
La única certeza que Gugliotta tiene ahora es que a mediados de esta semana estará viajando a Berlín, a presentar su primer largometraje, nada más ni nada menos que en un festival clase A. “El solo hecho de ir a Berlín te abre puertas”, dice, y cuenta que gracias a Berlín el film ya tiene asegurado su estreno español, además del italiano y el argentino. “Me gustaría que este país fuese un lugar donde nos pusiésemos de verdad trabajar y hacer nuestros proyectos”, sueña Sandra, mientras –como la protagonista de su film– prepara las valijas para irse.
–¿Se va o huye? –parece la pregunta olvidada.
–Yo me voy a Berlín –responde ella después de una pausa, mientras una sonrisa que le escapa a cualquier conflicto le llena la cara.