ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL INTERVINO PARA CONTENER AL DOLAR

Bautismo de fuego para Prat

El dólar cerró ayer en alza por tercera jornada consecutiva. Terminó en 3,34 pesos para la compra y 3,39 para la venta, acumulando una suba de nueve centavos desde el martes pasado. El Banco Central, que impulsó el avance de la moneda estadounidense con las últimas medidas tomadas, tuvo que intervenir para evitar una suba mayor. Este hecho determinó que la autoridad monetaria perdiera reservas en el mercado por primera vez en poco más de un mes.
Sin la intervención del Central, a media jornada el tipo de cambio tocó su valor más alto, 3,40 pesos, lo cual indica que hubiera alcanzado escalones más altos. Esta determinación de Alfonso Prat Gay indicaría que el Central dejará al dólar en torno de ese máximo, al menos en los próximos días. En este marco, el BCRA perdió plata por su intervención en el mercado cambiario, algo que no ocurría desde el 6 de diciembre pasado. En total fueron 15,5 millones de dólares.
El cambio de tendencia modificó drásticamente el comportamiento de los exportadores. A comienzos de la semana, estas empresas liquidaron más de 100 millones de dólares diarios en ventanilla ante la tendencia bajista del tipo de cambio. Ayer fueron apenas 11,7 millones, ni siquiera la décima parte de hace apenas cuatro días. El asunto tiene una explicación: ahora, las exportadoras estiman que la paridad cambiaria puede seguir subiendo y retienen las divisas hasta que quede definido el nuevo escenario. Con la intervención de último momento, el Central envió una señal de que no dejará escapar al tipo de cambio.
La suba de la paridad fue acompañada por el mercado de futuros. El dólar a fin de mes registró un alza de 1,5 por ciento, a 3,45 pesos. Para fines de marzo, el avance resultó de 1,7 por ciento, a 3,60.
Después de que el dólar tocara un piso de 3,30 pesos, el Central cambió de estrategia. En base a una mayor liberalización del mercado dio espacio para una suba del dólar. De esta manera, el Gobierno lograría su objetivo de no perder competitividad frente a otras economías, especialmente respecto de Brasil, ni tampoco de ingresos fiscales a través del cobro de retenciones a los exportadores.
En la city especulan además que este cambio de política buscaría que la paridad cambiaria fluctúe más que antes, con el objetivo de que los especuladores no puedan jugarle en contra al Central. Prat Gay está convencido de que en las últimas semanas, el BC fue víctima de una corrida especuladora, y que ese fue la razón de la brusca baja del dólar. Financistas consultados por este diario descreen de ese argumento: señalan que el Central tiene 10.600 millones de dólares de reservas para imponer el tipo de cambio que crea conveniente, y que el jefe del BC se equivocó de estrategia ya que introdujo incertidumbre entre los operadores.
Tanto Prat Gay como su segundo, Pedro Lacoste, adhieren a una política monetaria denominada “inflation targeting”, por la cual el Central fija una meta inflacionaria y utiliza los instrumentos monetarios y cambiarios para alcanzar el objetivo. Es un método que se utiliza en varios países, como Brasil, Inglaterra, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia y Canadá. El razonamiento de Prat Gay y su equipo sería que los operadores y el público deberían acostumbrarse a un tipo de cambio mucho más flexible que el actual. En teoría, a cambio de esas mayores fluctuaciones, se tendría el beneficio de una economía más resistente a los shocks externos. Por ahora, Prat Gay se abstuvo de mencionar si este será su camino.

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