El gobierno de Paraguay amenazó con faltar a la próxima cumbre del Mercosur en caso de que se no se levante una medida sindical que bloquea la circulación de barcos entre ese país y la Argentina. La protesta la lleva adelante el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos argentino (SOMU) en solidaridad con el reclamo de un gremio paraguayo, e impide la prestación de los servicios de remolcadores a los barcos que operan con puertos guaraníes. “Si esta semana el conflicto no tiene una definición favorable a los intereses paraguayos, se resolverá la conveniencia de asistir o no a la Cumbre del Mercosur”, advirtió el canciller del país vecino, Héctor Lacognata, en referencia al encuentro del bloque regional que se llevará a cabo los días 16 y 17 de diciembre en la ciudad de Foz do Iguazú.

Funcionarios de la Cancillería y del Ministerio de Trabajo están negociando con los representantes del sindicato de obreros marítimos. “Si Paraguay decide no asistir, los más perjudicados serán ellos mismos”, indicó a Página/12 Eduardo Sigal, subsecretario de Integración de la Cancillería argentina.

El bloqueo fue dispuesto por el SOMU, cuyo secretario gremial es el dirigente Omar Suárez, cercano al titular de la CGT, Hugo Moyano, y afecta desde hace varios días el ingreso de cargamentos con productos provenientes del Paraguay. Fue adoptado en solidaridad con el nuevo gremio marítimo del país vecino (Somupa), que ayudó a crear el propio Suárez. La protesta afecta a siete mil contenedores de 38 navieras que operan con bandera paraguaya y emplean a unos tres mil trabajadores en el puerto de Buenos Aires y terminales portuarias en el río Paraná. Lacognata afirmó que las negociaciones por este tema ya llevan alrededor de un mes y medio, incluyendo conversaciones entre los presidentes Cristina Fernández y el paraguayo Fernando Lugo.

Los trabajadores paraguayos reclaman igualdad de condiciones respecto de sus pares locales, ya que, por ejemplo, los salarios allí son 4 o 5 veces más bajos. Esto no sólo es un flagelo para los marítimos del país vecino, sino que perjudica a la actividad local, ya que incentiva a las empresas navieras a radicarse al otro lado de la frontera. “La solución de fondo es tener un marco regulatorio en el Mercosur para regular la actividad portuaria, que asegure igual competitividad en los distintos países”, explicó Sigal.