ECONOMíA › EL EJECUTIVO ELEVO AL CONGRESO LA PROYECCION DE RECURSOS Y GASTOS 2002

Presupuesto en versión dedicada al FMI

Bajo el signo de lo provisorio, el ministro de Economía llevó al Congreso el proyecto de Presupuesto, que Diputados votaría antes del 15 de febrero. “Vendremos varias veces a revisar estos números”, anunció el secretario de Hacienda, aludiendo al cambiante escenario económico.

 Por Raúl Dellatorre

En un mensaje cuyo destinatario principal tiene sede en Washington, el FMI, el Poder Ejecutivo presentó ayer en el Congreso el proyecto de Presupuesto para el año 2002. Contando los proyectos de anteriores gestiones, esta es la tercera versión. Pero según admitieron los propios funcionarios tampoco será la definitiva. “Seguramente, vendremos varias veces en el año a esta comisión (de Presupuesto y Hacienda de Diputados) para revisar estos números”, adelantó ayer Oscar Lamberto, secretario de Hacienda, al referirse a las condiciones de incertidumbre y al escenario cambiante en el que se confeccionó este instrumento. Bajo un pronóstico de inflación del 15 por ciento, una perspectiva de caída del producto bruto del 5 por ciento y estimando un tipo de cambio de 1,40 pesos para las operaciones del año (casi un mero recurso estadístico, sin anclaje en la realidad), las cuentas públicas exhibidas ayer logran disimular el brutal ajuste que deberá aplicar el gobierno para alcanzar la meta de déficit de 2949 millones de pesos para la Administración Nacional. “No tenemos otra alternativa que cumplir”, anunció el ministro Jorge Remes Lenicov ante legisladores y periodistas, como preanunciando el año que hay por delante. A pesar de que en su artículo 1º el proyecto de Presupuesto enuncia “la necesidad de reactivar el funcionamiento de la economía, mejorar el nivel de empleo y de distribución del ingreso”, Remes lo presentó ayer con tono de disculpas, justificándolo por la situación de “quiebra de la economía” y la existencia de “un país en profunda crisis”. Más que una herramienta para impulsar el crecimiento, el Presupuesto 2002 será, siguiendo las palabras de Remes, una prueba de fe para que “el país reconquiste la confianza internacional, creando en esta etapa un marco macroeconómico previsible, con reglas claras y simples, que nos vaya asemejando a otros países”.
En términos de las políticas del Fondo, esa confianza se recupera con más ajuste estructural. Y en tal sentido, el ministro fue claro al señalar a quién está dirigido el mensaje. “Iniciamos acciones para pedir ayuda internacional; nos pidieron un plan, y el domingo presentamos un plan; ahora pedimos financiamiento”, dijo, en un tono intermedio entre la súplica y el reclamo.
El ministro de Economía no se detuvo en demasiados detalles respecto del presupuesto, más allá de las proyecciones macroeconómicas de caída del producto e inflación anual. En cuanto a los recursos, Remes simplemente señaló que “la recaudación será similar a la del año pasado”, sin aclarar que se refería a números corrientes, lo cual supone que estima que el efecto de la inflación sobre el pago de impuestos se compensará con la repercusión de la caída en el nivel de actividad. Sin embargo, destacó que en este presupuesto “se están haciendo algunas modificaciones” que mejorarán la recaudación, como la reducción en el IVA en la cadena productiva de cereales y oleaginosas (reducirá las obligaciones de devoluciones de la DGI), la aplicación de un gravamen a la exportación de petróleo y sus derivados, el aplazamiento de deducciones en el impuesto a las ganancias para personas físicas y la restitución del 11 por ciento de aportes jubilatorios (habían sido disminuidos al 5 por ciento) para los trabajadores adheridos al régimen de reparto (sistema público).
Con respecto al gasto, Remes precisó que a nivel primario habrá una leve baja en términos nominales con respecto al año pasado, que permitirá obtener un superávit primario equivalente al uno por ciento del PBI. Las cuentas para el año incluyen el pago de intereses de la deuda pública reprogramada con el canje I, cuyo vencimiento se produce a partir de abril próximo. Sin embargo, esta deuda se halla en pleno proceso de renegociación, buscando como primera instancia su pesificación. Ello podría modificar los números del presupuesto, en cuya versión actual se estimó como paridad de conversión de los compromisos en dólares el valor de 1,40 pesos. Conforme a las cifras actuales, incluyendo los intereses el déficit alcanza un valor equivalente al uno por ciento del PBI. El secretario de Hacienda, Oscar Lamberto, se refirió a las distintas etapas del Presupuesto 2002. “La primera versión se presentó en septiembre, cuando el gobierno de entonces proyectó un crecimiento anual del 6 por ciento; en diciembre llegó a esta Comisión una segunda versión, con una pauta de crecimiento del uno por ciento; hoy estamos presentando este, proyectando una caída del cinco por ciento: en tres o cuatro meses, tuvimos escenarios muy distintos y hoy hay un sólo dato cierto, y es que el Estado no puede gastar más de lo que puede recaudar. Seguramente vamos a volver varias veces en el año a esta Comisión a revisar los números del Presupuesto”, se atajó anticipadamente el ex diputado y ex senador. Aseguró que “lo único que aumenta son las partidas para darle de comer, darle trabajo y medicamentos a la gente”, en alusión a los programas para esas áreas que suman 1600 millones. Aseguró, ante una consulta de este diario, que ese monto supera en 1100 millones las partidas con fines similares asignadas el año pasado, bajo esos mismos planes o similares.
“Me hubiera gustado venir a esta Comisión a decir que hay más gastos por acá, y regalos por allá”, señaló por su parte Remes Lenicov al final de su presentación, aludiendo a que no era este presupuesto restrictivo el que hubiera querido impulsar. Pero en vez de elegir una parábola referida al crecimiento y al desarrollo, el ministro comparó un presupuesto expansivo con la dilapidación. Y terminó con otra frase que pretendió ser un mensaje de esperanza: “si apretamos los dientes ante cada crítica y cada presión, Argentina empieza a salir: éste es el único camino posible”.

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Jorge Capitanich, jefe de gabinete, entre el proyecto a Eduardo Camaño, titular de la Cámara Baja.
La Comisión de Presupuesto y Hacienda se comprometió a empezar a tratar el Presupuesto hoy mismo.
 
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