Tres nuevas empresas se sumaron a la compra de pliegos para participar de la licitación para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, ubicadas sobre el cauce del río Santa Cruz. La firma argentina Helport, controlada por Corporación América, de Eduardo Eurnekian, y las brasileñas OAS y Andrade Gutierrez se sumaron a la compulsa. Desde el Ministerio de Planificación, que organiza el proceso licitatorio, esperan que se incorporen dos empresas más, una de China y otra de Rusia. Ya habían comprado el pliego otras cinco compañías. Entre esos jugadores se definiría la adjudicación.

El punto sensible para el Gobierno es obtener el mayor grado de financiamiento posible de parte del sector privado. De ahí la gira que el ministro de Planificación, Julio De Vido, realizó junto al secretario de Obras Públicas, José López, y otros funcionarios de la cartera, por Beijing y Moscú. El pliego exige a las empresas que para participar deben aportar como mínimo el 50 por ciento del valor total de la obra, que asciende a unos 4900 millones de dólares. Sin embargo, se espera que las ofertas sean más atractivas y ése será uno de los principales aspectos que definirá la licitación.

Uno de los jugadores con más espalda financiera, respaldado por poderosas instituciones chinas, es la estatal de ese país SinoHydro, que participó en la construcción de la mayor parte de Tres Gargantas, la represa más grande del mundo, ubicada en China, y adquirió su pliego junto a las compañías nacionales Iecsa y Austral Construcciones.

Por su parte, los brasileños de Camargo Correa y Odebrecht, que compraron el pliego en septiembre, y OAS y Andrade Gutierrez, que entraron esta semana, cuentan con la ventaja de tener detrás al BNDS, que otorga créditos a tasas inferiores que otros bancos de desarrollo.

Las empresas argentinas que inicialmente compraron pliegos son Impsa, de Pescarmona, que todavía no tiene definido el socio internacional que les provea de financiamiento, y Panedile, que probablemente se presente a la licitación junto a Techint, en ambos casos como empresas constructoras, y la firma rusa Power Machines, fabricante de las turbinas para las represas.