ECONOMíA › GRAVES DAÑOS EN ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES, INDUSTRIALES Y AGROPECUARIOS

Empleo y producción, afectados

En algunas zonas anegadas, funciona gran cantidad de locales comerciales e industriales. Hay dudas sobre cuándo podrán volver a trabajar. Más de 90 quintas de verduras y hortalizas verán disminuida su producción.

 Por Raúl Dellatorre

Muebles y artefactos eléctricos arruinados, comercios con pérdidas totales de su mercadería, instalaciones eléctricas en locales y establecimientos comerciales e industriales sin posibilidad de volver a funcionar sin un alto riesgo para las personas que las manipulen, jornadas de trabajo perdidas e incertidumbre sobre la fecha cierta de poder retornar a la tarea son algunas consecuencias económicas que ya empiezan a emerger en territorio platense y porteño ahora que se retiró el agua. Autoridades de diferentes reparticiones nacionales y del gobierno bonaerense se encuentran realizando tareas de evaluación para medir los alcances de la catástrofe en materia económica y planificando la forma en que se podrá organizar la ayuda. A través del testimonio e informes de diversas áreas, se pudo recoger parte de este otro cuadro de los alcances de la tragedia para muchos trabajadores.

Quienes recorrieron la ciudad de La Plata y sus alrededores en las últimas 96 horas pintan un escenario que se repite: montañas de desperdicios frente a locales y casas particulares, pilas de mercaderías perecederas (alimentos) o no (cortinas, herramientas, artículos para el hogar varios), que hasta hace pocos días ocupaban un estante o una vidriera ofreciéndose para la venta; artefactos eléctricos y muebles de uso doméstico. Los particulares afectados suman más de 150 mil, los pequeños comercios se cuentan de a miles, los establecimientos comerciales medianos o grandes son decenas, al igual que los talleres y pequeñas industrias que quedaron parados. Y en similar proporción se calculan los establecimientos agropecuarios damnificados en el partido de La Plata.

En las zonas de Tolosa y Ringuelet, saliendo de La Plata hacia Buenos Aires, manzanas enteras quedaron sumergidas durante horas. Algunas son zonas de locales de depósitos, pequeños talleres y comercios mayoristas, que perdieron prácticamente todo. Podrán recuperar los bienes, en algún caso, por el cobro de un seguro o con ayuda de créditos oficiales de reposición. Pero varios cientos de trabajadores de la zona no saben cuándo podrán retornar a sus tareas. Junto al Ministerio de Trabajo de la Nación, las autoridades provinciales tratan de relevar a los afectados para iniciar la tarea de restablecimiento de las condiciones de trabajo. Inspectores de la cartera laboral prestarán su apoyo para garantizar las condiciones de seguridad de las instalaciones antes de retomar las tareas.

Mientras recorría la ciudad de La Plata, coordinando la ayuda en los lugares más necesitados, Eduardo Aparicio, secretario de Espacio Público de la provincia, relató a Página/12 su apreciación sobre los daños económicos. “Hay vecinos, incluso en el centro, que perdieron todo, pero la evaluación del impacto sobre los bienes personales la vamos a ver en pocos días, cuando tengamos los primeros registros de solicitudes de créditos de ayuda al Banco (Provincia). Hay comercios que perdieron toda la mercadería: ferreterías, casas de electrodomésticos, supermercados. Sobre calle 44, que sale a la Ruta 2, hay varias concesionarias de autos, ahí se alcanzó el 1,80 m de agua”, describió.

Pero no sólo la zona urbana resultó afectada. Una evaluación realizada por la Secretaría de Desarrollo Rural de la Nación de las consecuencias del temporal sobre pequeños productores agropecuarios determinó que fueron más de 90 establecimientos los afectados, principalmente en las localidades de El Peligro, Olmos y Etcheverry.

“Se produjeron daños por anegamiento en cultivos a campo, invernaderos inundados y roturas de canaletas por exceso de agua. Los daños materiales ocasionados por la intensa lluvia provocaron también pérdida de techos, destrucción de invernáculos y falta de energía eléctrica, que derivó en la falta de agua para consumo y riego”, señala el informe de la secretaría que conduce Carla Campos Bilbao, que ya trabaja en la planificación y ejecución de la asistencia a los damnificados.

“Las quintas afectadas –agrega el mismo informe– se encontraban en plena preparación o rotación de los cultivos de invierno, como verduras de hoja (acelga, lechuga) y crucíferas (coliflor, repollo, brócoli). En algunos cultivos se estaba en proceso de cosecha de tomates y morrones tardíos (...). La mitad de los invernáculos dañados había sufrido daños parciales por contingencias anteriores y con esta tormenta terminaron de deteriorarse (...). La excesiva humedad que permanece en los invernáculos tras la inundación dará como resultado una merma en la calidad de las verduras y, en el peor de los casos, una pérdida parcial o total de la producción”, concluye.

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Muchos comercios perdieron toda su mercadería. La lluvia también impactó en instalaciones industriales.
Imagen: DyN
 
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