ECONOMíA › ES MAS INTENSA LA PELEA DEL GOBIERNO CON BANQUEROS POR LA FALTA DE CREDITOS

La madre de todas las batallas en la city

Las acusaciones cruzadas, por ahora en voz baja, son cada vez más fuertes. Desde Economía y el Banco Central acusan a los bancos de no bajar las tasas de los préstamos, demorando así el proceso de recuperación. Los banqueros reclaman compensaciones y señales políticas.

 Por Claudio Zlotnik

Por ahora la polémica permanece en un perfil muy bajo. Pero promete acrecentarse con el paso de los días. La puja es entre el Gobierno y los banqueros. Funcionarios urgidos de que el crédito se masifique lo más rápido posible para que no se pierda el ritmo de recuperación de la economía. Y financistas que, por ahora, no están dispuestos a bajar las tasas de interés. “Ya no tienen más excusas. Tienen que salir a prestar. Pero así como nadie pagaría 1000 dólares por un microondas, también es casi imposible que alguien se endeude a los actuales costos”, ejemplificó, con énfasis, una alta fuente de Economía.
En la puja que mantienen con el Gobierno, los banqueros admiten que en las últimas semanas se despejaron varios temas que los preocupaban: los amparos cayeron sensiblemente en junio y, a su vez, el 80 por ciento de ellos permaneció en las entidades financieras como nuevos plazos fijos. Por el lado político, los financistas elogian la normalidad del recambio presidencial, más allá de algunas críticas puntuales.
Los bancos cuentan con una liquidez inmediata de 19.000 millones de pesos, que se encuentran depositados en sus cuentas en el Central. Además, desde la autoridad monetaria disminuyeron los encajes para elevar la capacidad prestable de las entidades financieras. Y entre esta semana que viene y la próxima se definirá el nuevo esquema de capitales mínimos para impulsar el crédito al sector privado.
Página/12 dialogó con un grupo de banqueros de primer nivel. En todos los casos reconocieron que, a nivel de liquidez, ya no existen trabas. O sea, hay plata para prestar. Pero al mismo tiempo estiman que la disminución de las tasas llevará tiempo. “Será gradual”, dijo días pasados Mario Vicens, presidente de ABA, que agrupa a los bancos extranjeros. Pero, además, en los bancos argumentan otro factor al evaluar la escasez del crédito: la falta de demanda. “La gente todavía tiene miedo de pedir prestado porque la perspectiva económica es complicada”, apuntó a este diario el presidente de un banco de capitales nacionales.
En Economía y desde el Banco Central destruyen ese razonamiento. Los funcionarios aseguran que las entidades no salieron con tasas razonables, que estén de acuerdo con la tendencia bajista que se está impulsando desde la entidad rectora. Alfonso Prat Gay y Pedro Lacoste están muy preocupados por la falta de reacción en el crédito. Ambos siguen esa variable como ninguna otra. Miran a diario la serie informada por el propio Banco Central.
Algunos bancos salieron al mercado con nuevas líneas. Pero, de acuerdo con la evaluación de los funcionarios, son muy caras. El Río-Santander, por ejemplo, acaba de lanzar préstamos personales de hasta 10.000 pesos a un costo financiero total del 44,4 por ciento anual. En una línea similar del Ciudad de Buenos Aires, a 36 meses, el costo total roza el 44,2 por ciento anual. El BankBoston se anotó cobrando una tasa fija del 29 por ciento anual, al que se suman gastos administrativos del 2 por ciento y otros costos por seguros. La ofensiva del Gobierno se basó en el Banco Nación, con tasas algo más bajas que las de los bancos privados. También el Banco Provincia se sumará a la lista, pasado mañana, ofreciendo créditos por 350 millones de pesos (ver nota aparte).
“Los bancos están perdiendo plata, y esa realidad los presiona a volver a hacer negocios. Encima, ahora ya no existe el Estado como socio bobo”, señaló, fastidiado, un alto funcionario del Central a este diario.
Hay un dato que entusiasma a los funcionarios: la actual relación entre el stock de préstamos a los privados y el PBI se encuentra en el 8 por ciento, muy lejos del 23 por ciento de 1998, antes de que se iniciara el proceso recesivo. En América latina, esa proporción asciende al 40 por ciento. Y al 120 por ciento en los países desarrollados. “Esto demuestra que el público y las empresas están subendeudados. No bien caigan las tasas que ofrecen los bancos se notará un sensible aumento del crédito”, explicaron en el BC a este diario.
El stock de créditos a los privados se encuentra en 27.000 millones de pesos. En lo que va del año acumula un retroceso del 13 por ciento, aunque en el último mes se notó una desaceleración de esa caída: resultó del 1 por ciento.
Si bien en público los financistas aducen que se notará una caída en el costo del dinero, en privado plantean algunas cuestiones políticas. Aun cuando reconocen que el Gobierno muestra orden en el campo fiscal, al que aplauden, critican que el Gobierno no está impulsando las compensaciones a las entidades financieras por los amparos y la eliminación del CER, proyecto que se encuentra trabado en Diputados. Por otro lado, le critican a Néstor Kirchner una aparente “falta de compromiso” con la marcha de la economía. “Lo ideal sería un respaldo más explícito hacia la política económica. Sería la mejor manera de enviar una señal de tranquilidad al mundo de los negocios”, señaló a Página/12 uno de los banqueros consultados. Acostumbrados a un Carlos Menem que tenía siempre su despacho abierto para ellos, ahora los financistas parecen extrañar el calor del poder.

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“Ya no tienen más excusas. Tienen que salir a prestar a tasas más bajas”, gritan desde Economía.
Los banqueros responden que ellos no pueden hacer magia con las tasas y reclaman compensaciones.
 
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