ESPECTáCULOS › UNA POLEMICA CON “LOS RUBIOS”, DE ALBERTINA CARRI

“Se quedaron con mi película”

El film, ganador de varios premios en el Festival de Buenos Aires e invitado a múltiples muestras internacionales, está retenido por un grave conflicto entre su joven directora y la empresa productora.

 Por Mariano Blejman

La elogiada película Los rubios, escrita y dirigida por Albertina Carri –que se llevó varios premios, del jurado oficial y del público, en la última edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires–, corre el riesgo de no ser estrenada comercialmente, ni ser enviada a festivales internacionales, si no se resuelve un grave conflicto comercial con la productora Cine-Ojo, de Marcelo Céspedes y Carmen Guarini. “Se quedaron con mi película”, denuncia Carri a Página/12, quien viene trabajando en el proyecto desde 1999. “Hice una inversión que no pude recuperar”, contesta Marcelo Céspedes a través de este diario.
El film Los rubios plantea un recorrido por diversos estados de la memoria a partir de la ausencia de los padres de la protagonista, desaparecidos durante la última dictadura militar (1976-1983). Para muchos críticos locales y extranjeros, el film es de lo más original y creativo del llamado Nuevo Cine Argentino y de un profundo contenido político. Por el interés que generó, fue invitada a participar en diversos festivales internacionales, a los cuales no podrá asistir si los conflictos continúan.
La directora recibió en el 2000 una beca del Fondo Nacional de las Artes para desarrollo del proyecto y en el 2001 Cine-Ojo se contactó con ella y le propuso ser coproductora en el proyecto que ya contaba con 30 horas de material filmado. Durante la realización, Cine-Ojo participó con sus cámaras y con una estructura de producción, que incluyó la fase de montaje. “En los últimos tres meses, Cine-Ojo actuó malintencionadamente en perjuicio de mi película”, denuncia Carri. “La empresa cobró un adelanto de subsidio del Instituto de Cine (Incaa) y no me informaron. Me dijeron que ese dinero se cobraría un año después de terminada la película, encareciendo los costos, pero nos enteramos por un tercero de que Cine-Ojo había recibido el dinero en efectivo”, cuenta. Sin embargo, Céspedes –actual asesor del subsecretario de Cultura, Torcuato Di Tella– asegura que informó el otorgamiento de ese dinero debidamente.
“Le exigí a Cine-Ojo una rendición de cuentas, pero me pidieron la rescisión del contrato y retuvieron material vital para la continuidad de nuestro trabajo. Generaron al film una parálisis en su destino internacional”, dice Carri y sigue: “El único material en mi poder es una copia 35 mm que retiré de las oficinas del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires”. La directora se ocupó de difundir esa copia en el Malba, el Chaco, Santa Fe y Entre Ríos.
La negociación está trabada después de una serie de cartas-documento que estarían deteniendo los negativos en los laboratorios de Stagnaro y Parera Cine. Según Carri, en los últimos días “Cine-Ojo ha enviado e-mails a diversos festivales diciendo que el film no podrá ser programado”. Sin embargo, Céspedes asegura que la carta documento que detiene el asunto “la envió Carri”. Algo que Carri desmiente: “Está usando mi material como botín de guerra”. En el complejo mundo de los festivales internacionales, Los rubios no pudo ser presentada en Nueva York en el Lincoln Center, Latin Beat! Film Festival. “Este ensañamiento de Cine-Ojo con la película recuerda prácticas antiguas. Si esto se demora el film morirá en la burocracia de la Justicia”, dice Carri. A la película protagonizada por Analía Couceyro le queda para este año la posibilidad de participar en los festivales de Locarno, Montreal, Londres, Oslo, Goteborg y Estocolmo, donde está siendo esperada.
La discusión se centra en una cuestión económica: Cine-Ojo pide una “recomposición económica” según Céspedes, que “linda con lo grosero”, responde Carri. “Es un tema muy doloroso, que me acerca y sensibiliza con la directora, pero aquí hay una cuestión comercial”, se defiende Céspedes.“Yo me desprendo, me parece bien y lógico ya que es una película muy personal. Pero eso tiene un precio y en eso no nos ponemos de acuerdo”, dice Céspedes. Según sus dichos, el Incaa otorgó un préstamo por 80.000 pesos, mientras que los costos de producción alcanzaron los 160.000 pesos. Carri estima que la cifra está “inflada” y la pelea está justamente en esa diferencia. Actualmente, Céspedes pide 30.000 pesos y un porcentaje, mientras que Carri estaría dispuesta a pagar los costos reales, que ella dice son menores a esa cifra. Como sea, el film sigue guardado, por ahora.

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Para la directora Albertina Carri, “Cine-Ojo actúa malintencionadamente en perjuicio de mi película”.
El productor Marcelo Céspedes alega que hizo una inversión “que ahora no puedo recuperar”.
 
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