ESPECTáCULOS

Dos películas “malditas” de Billy Wilder recuperadas por la tele

La señal de cable Retro emite este mes dos obras casi inhallables del director: “Bésame, tonto” y “La vida privada de Sherlock Holmes”.

 Por Horacio Bernades

Realizador de superclásicos tan populares como El ocaso de una vida, La comezón del séptimo año y Una Eva y dos adanes, si algo no puede decirse de Billy Wilder –fallecido el año pasado, a los 86 años– es que haya sido un artista maldito. Sin embargo, algunas de sus películas sí lo son. Es el caso de Bésame, tonto y La vida privada de Sherlock Holmes, recibidas en el momento de su estreno con furia (la primera) e indiferencia (la segunda). Prácticamente ignoradas, hasta fines de julio habrá ocasión de verlas –en copias flamantes y debidamente subtituladas– como parte de una retrospectiva de Billy Wilder que el canal Retro (37 de Cablevisión, 40 de Multicanal y 125 de DirecTV) viene poniendo en pantalla desde comienzos del mes pasado.
Estrenada en 1964, Bésame, tonto (Kiss me, Stupid, en el original) fue blanco principal de la censura de su época, cuando todavía regía el Código Hays. El realizador que casó a Jack Lemmon con un millonario (en Una Eva y dos Adanes) y más tarde hizo de él un eslabón en la cadena de favores sexuales (en Piso de soltero) nunca había sido inofensivo en términos de política sexual. Así lo confirmó en 1963 con Irma la dulce, donde el propio Lemmon hacía de un policía-cafishio, lo cual puso a Wilder en la mira de todas las ligas de decencia habidas y por haber. Realizada inmediatamente a continuación de ella, Bésame, tonto colmó la medida y se ganó una “C” (categoría destinada a las películas desaconsejadas) por parte de la Iglesia. Algo que no ocurría desde 1956, cuando la infame letra había caído sobre Baby Doll, de Elia Kazan.
Basada en una obra teatral del siglo XVIII, lo que ofendió a los puritanos norteamericanos fue que el protagonista de Bésame, tonto (Ray Walston, el extraterrestre de “Mi marciano favorito”) era un compositor aficionado cuya forma de convencer a un cantante famoso (Dean Martin, haciendo de sí mismo) de comprarle una de sus canciones consistía en entregarle a su esposa. Bueno, no exactamente a su esposa, sino a la prostituta (Kim Novak) que contrató para hacer el papel de aquélla. Artificio de guión supuestamente destinado a dejar a salvo el honor de las buenas esposas estadounidenses, en tiempos de Doris Day. Pero sucede que durante una borrachera, el cantante confunde a la esposa con la prostituta y... y no debe contarse más. Sí conviene enumerar otras muestras de biliosidad típicamente wilderiana: el pueblito donde transcurre la acción se llama Clímax, a la prostituta le dicen “Polly La Pistola” y el personaje de Dean Martin (llamado Dino, como Martin en la vida real) tiene por hobbies el whisky y las putas. Los mismos que don Dino Martino, según era un secreto a voces. Bésame, tonto se verá mañana 6 a las 17, el lunes 7 a las 13 y el martes 8, a la una de la mañana.
Filmada en Inglaterra y estrenada en 1970, si a La vida privada de Sherlock Holmes no le fue bien en boleterías, no se debió a cuestiones de índole moral sino de tamaño. En cuanto se enteraron de que duraba más de tres horas, los productores obligaron a Wilder a cortarle una. Un Wilder sumamente atípico y secretamente autorreferente, en La vida privada... Sherlock pierde su misógino sentido de superioridad (características que sus críticos solían atribuir al propio realizador) cuando se enamora de una mujer. Aunque no se trate exactamente de un film romántico (el guión se reserva una vuelta de tuerca que bien podría llevar a invertir su sentido) es evidente que, a la vez que desmitifica la figura de Holmes, La vida privada... bien podría estar haciendo lo propio con la de Wilder. “Todo es muy largo, salvo la propia vida y el propio pito”, dicen que respondió el realizador cuando le reprocharon la extensión de este film casi secreto, que ahora es posible recuperar. Se emite por Retro el lunes 21 a las 22, el domingo 27 a las 17 y el lunes 28, a las 13.

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Dean Martin y Kim Novak, como el cantante y la prostituta.
“Bésame, tonto” tuvo problemas con la censura de Hollywood.
 
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