ECONOMíA › LA CEPAL DESTACO LOS AVANCES DE LA ARGENTINA EN POLITICAS SOCIALES

Crecimiento, equidad y desafíos

El organismo de Naciones Unidas presentó en Perú un documento sobre la situación de desigualdad en la región. El representante argentino advirtió sobre riesgos del modelo.

 Por Javier Lewkowicz

“Los procesos de crecimiento sobre la base de estructuras productivas con alta demanda de importaciones tienden a generar crisis externas, con devaluaciones que son regresivas si no se complementan con otras políticas”, fue el diagnóstico que planteó ayer Germán Feldman, director del Banco Central, durante su participación en el trigésimo quinto período de sesiones de la Cepal, en Lima, Perú. Allí se presentó el voluminoso trabajo “Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible”, con detallada información de la situación socio-económica en América latina y el Caribe, con especial enfoque en la desigualdad de ingresos, de acceso a los servicios públicos, de género y de oportunidades socio-laborales. Feldman –hombre de confianza en el BCRA del ministro de Economía, Axel Kicillof– concluyó que “el proceso de desarrollo necesita una base industrial sólida y de una intervención muy activa de nuestro gobierno”.

El planteo central de Feldman fue que las tensiones en el frente externo tienen efecto regresivo sobre los indicadores sociales. Mostró el resultado negativo de las devaluaciones sobre los salarios desde la década del ’60. Aunque de una magnitud menor a otros ejemplos históricos, esa tensión se refleja también en el aumento de precios posterior a la suba del dólar desde fines del año pasado. “Hay factores exógenos y endógenos que mejoran la disponibilidad de divisas. Entre los exógenos está la mejora en los términos del intercambio y el acceso a los mercados financieros internacionales. Pero históricamente los precios internacionales han evidenciado cierto carácter cíclico y también los mercados internacionales se han comportado de manera volátil”, analizó.

“Por eso la clave está en avanzar en el cambio estructural, en los procesos para completar la matriz productiva. Para incentivar la inversión se necesitan no sólo políticas de demanda, también políticas sectoriales. La política industrial es fundamental”, planteó Feldman. Advirtió acerca de la inexistencia de producción local de algunos bienes de capital, de insumos de uso difundido y de componentes para la industria automotriz.

El documento y la Argentina

El documento de Cepal recopila una gran cantidad de datos socio-económicos de la región. En varios de ellos, la experiencia argentina sobresale en forma positiva. El organismo de Naciones Unidas estudia, por ejemplo, el efecto de las políticas públicas en la distribución del ingreso, donde la reducción de la desigualdad es mayor para la Argentina, Brasil y Uruguay con relación al resto de los países. Y si bien el fenómeno de caída de la desigualdad fue extendido en la región, sólo la Argentina, Costa Rica, Brasil y Uruguay lo combinaron con una mejora en la participación asalariada en el PIB. En la Argentina, la participación de la población asalariada en el PIB se expandió de 40,5 por ciento en 2000 a 42,9 por ciento en 2009.

En el plano laboral, el documento destaca que en la última década la Argentina verificó el mayor aumento del salario mínimo real de la región, que avanzó más del 200 por ciento entre 2002 y 2012. La Cepal también resalta el avance que tuvo el salario mínimo en términos reales en Uruguay, Cuba, Honduras, Nicaragua, Brasil y Ecuador. Medido en dólares con paridad de poder adquisitivo (PPA, según el poder de compra local de un dólar), el salario mínimo de la Argentina PPA era en 2011 el segundo más alto de la región, luego de las islas Bahamas.

En materia previsional, el trabajo de Cepal marca que la Argentina es el país con mayor cobertura de jubilaciones y pensiones de América latina, con más del 90 por ciento de las personas mayores de 65 años, recibiendo algún tipo de ingreso de ese tipo. Esa protección se logró luego de las sucesivas moratorias jubilatorias. La cobertura llegó el año pasado al 94 por ciento, contra el 63,6 por ciento de 2002, según datos que presentó la Anses esta semana.

En educación, la región registra un promedio de años efectivos de escolaridad de 8,6 por ciento, con una suba entre 2002 y 2011 del 11,7 por ciento. En la Argentina, el promedio es de 11,7 años, con un avance de 14 por ciento (eran 10,3 años en 2002). El documento analiza el grado de desigualdad en años de educación de la población adulta. En la Argentina, el índice de Gini en esa medición era de 0,19 en 2011, sólo igualado por Chile. Todos los demás países de la región presentan un valor mayor, que equivale a más desigualdad.

En temas de género, la Cepal estudió la proporción de mujeres no estudiantes con 15 años o más de edad sin ingresos propios. En la Argentina esa proporción es del 23 por ciento, sólo por encima de Uruguay. Le siguen Chile (27), Brasil y Perú (30) y República Dominicana (31 por ciento). En la región se redujo entre 2002 y 2011 la diferencia de ingreso según género en favor de los hombres con respecto a las mujeres, de 36 a 28 por ciento. Argentina está por encima del promedio (que equivale a más desigualdad), con el 37 por ciento, en la línea de Uruguay (37), Brasil (36), Bolivia (34), Chile (32 por ciento). En Centroamérica la diferencia es mucho menor.

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Argentina es el país con mayor suba real del salario mínimo entre 2002 y 2012.
 
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