ECONOMíA › LA ANSES CAMBIO LA ORIENTACION EN LA TRANSFERENCIA DE RECURSOS

Gasto social orientado a los más necesitados

 Por Javier Lewkowicz

La Asignación Universal por Hijo (AUH), las moratorias previsionales y la movilidad de los haberes jubilatorios mejoraron el impacto de la Anses sobre la distribución del ingreso. Entre 2003 y 2013, las transferencias del organismo pasaron del 14 al 44 por ciento del ingreso total familiar de los hogares más necesitados, mientras que redujeron su peso del 11 al 8 por ciento en el segmento más rico de la población. Los fondos que la Anses utiliza para desplegar su política redistributiva provienen en un 60 por ciento de los aportes y las contribuciones de trabajadores y empleadores y el 40 por ciento restante, de lo recaudado por la AFIP en concepto de impuestos, donde sobresale el IVA, con el 18 por ciento del total, y el Impuesto a las Ganancias, que aporta el 17 por ciento.

La distribución del ingreso en las economías de mercado depende de la progresividad de los impuestos y del gasto de los Estados. En los países más desarrollados y por lo tanto con mayor grado de equidad, el Estado modifica sensiblemente la distribución del ingreso que define el mercado. Por el contrario, en los países menos desarrollados y más desiguales, el Estado tiene una política de ingresos mucho más pasiva.

A contramano del pensamiento dominante, un Estado interventor, que cobra impuestos y gasta en magnitud, incentiva el desarrollo en lugar de trabarlo. A esa conclusión permite llegar un reciente estudio de Cepal llamado “Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible”. Indica que en América latina el coeficiente de Gini (que mide de 0 a 1 el grado de desigualdad) se reduce entre un 2 y un 14 por ciento con la intervención estatal. Argentina en esa medición está segunda, con el 12 por ciento, detrás de Uruguay. A nivel global, el primer lugar es para Finlandia, donde el Estado corrige en un 46 por ciento el Gini “de mercado”. En Alemania la intervención estatal lo reduce en un 42 por ciento, similar a Dinamarca y Noruega (41), Francia (40) y Suecia (39).

Entre 2003 y 2013 la Anses modificó su política de seguridad social para darle un mayor impacto redistributivo. Las transferencias del organismo previsional a los hogares del 10 por ciento más pobre de la población (primer decil) pasaron del 14 al 44 por ciento del ingreso total familiar. Para el segundo decil, esa evolución fue de 12 a 32; para el tercer decil, de 12 a 24; para el cuarto, de 10 a 22, similar al quinto y sexto.

A partir de allí, el impacto redistributivo de la Anses empieza a bajar, conforme al mayor nivel de ingreso de las familias. Las transferencias al séptimo decil subieron de 11 a 17 por ciento, y al octavo, de 12 a 15 por ciento. Por último, la Anses redujo en términos relativos sus beneficios en relación con los ingresos del 20 por ciento más rico de la población: para el noveno decil las transferencias bajaron del 13 al 12 por ciento y para el décimo decil, el más pudiente, se redujeron de 11 al 8 por ciento.

Buena parte de ese cambio en la política de seguridad social de la Anses responde al impacto progresivo que generó la AUH, las sucesivas moratorias previsionales y la evolución de los haberes jubilatorios, primero definidas por decreto y luego por ley. La inversión total que prevé realizar el organismo previsional para 2014 asciende a 420 mil millones de pesos. Casi el 80 por ciento de ese total se destina a jubilaciones y pensiones y el resto se divide casi en partes iguales entre pensiones no contributivas, por un lado, y asignaciones familiares y AUH, por otro.

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