ECONOMíA › FUERTE RITMO DE EXPANSION ECONOMICA Y ALTO SUPERAVIT FISCAL

Tironeo por un fenomenal excedente

El índice de actividad económica sigue mostrando un crecimiento anual del orden del 10 por ciento, con la industria como principal motor, y el superávit casi cuadruplica las metas. La discusión, a derecha e izquierda, es qué hacer con el excedente.

 Por David Cufré

Desde hace quince años, la economía argentina se sacude con la repetición de un mismo ciclo. De la catástrofe hiperinflacionaria al crecimiento record, y de ahí otra vez al caos recesivo-financiero y a los resultados espectaculares. En 2004, una década después del mejor año de la convertibilidad, la última crisis parece cosa del pasado y el Gobierno sorprende con indicadores macroeconómicos rutilantes. Los últimos tres que se conocieron esta semana confirman un cierre del primer trimestre a toda orquesta. El PIB se está expandiendo a una velocidad muy superior a la prevista, esa evolución se refleja en la holgura fiscal y la industria es uno de los motores que tracciona la economía. Frente a este panorama, la derecha pide una mejor oferta de pago a los acreedores y una disminución de las retenciones, mientras que por izquierda se cuestiona la lentitud para producir cambios estructurales en la distribución del ingreso.
Mientras Roberto Lavagna preparaba sus papeles para viajar a Estados Unidos, adonde mantendrá encuentros con operadores financieros y funcionarios del FMI, el Ministerio de Economía se despachaba con la difusión de los últimos datos macroeconómicos.
En febrero, dice uno de esos informes, elaborado por el Indec, el Producto Interno Bruto creció 10,4 por ciento contra igual mes de 2003, aunque anotó un cero respecto a enero, en ambos casos en la medición desestacionalizada. En el bimestre, la suba fue del 9,7 por ciento contra igual período del año pasado. Tan resonante como ese resultado fue el del superávit fiscal. El secretario de Hacienda, Carlos Mosse, precisó ante una comisión del Senado que en marzo se logró un superávit primario (el que se obtiene antes del pago de intereses de la deuda) de 1402 millones de pesos, llevando el excedente fiscal en el trimestre a 3989 millones.
El acuerdo con el FMI establecía que entre enero y marzo debía conseguirse un superávit primario de 1100 millones de pesos. El Gobierno casi cuadruplicó esa meta. Mo-sse aclaró que la cifra de marzo resultó “inflada” por una remisión de utilidades del Banco Central al Tesoro de mil millones de pesos, registradas por el diferencial del tipo de cambio y por los intereses sobre las reservas. Ese desembolso tiene lugar una vez al año, y el Gobierno prefirió que fuera en marzo porque en ese mes giró casi 3100 millones de dólares al FMI. En el trimestre, el endeudamiento público se redujo en forma neta en 2306 millones de pesos.
Según las proyecciones oficiales, la recaudación seguirá en niveles record y superará los 11 mil millones de pesos en mayo, gracias a que la liquidación de Ganancias aportará “no menos de 4800 millones de pesos”, unos 2600 millones más que el año pasado.
La pregunta que se hacen los economistas, tanto del Gobierno como los del sector privado, es si el ritmo de crecimiento actual es sostenible en el tiempo. El director de Políticas Macroeconómicas de Economía, José Luis Maia, sugirió que en los próximos meses habría una desaceleración. La crisis energética aparece como una amenaza para la expansión, aunque todavía es difícil prever en qué magnitud podría impactar. Miguel Bein, economista que durante el gobierno de la Alianza se encargó del análisis macroconómico, señaló a Página/12 que el envión actual “no sólo se puede mantener, sino que cuando se conozcan los resultados de marzo, probablemente el crecimiento del PIB será todavía mayor”. “El trimestre habría terminado con una suba cercana al 10,5 por ciento. Si esto se confirma, la Argentina será el país con mayor crecimiento del mundo, por arriba del 9,7 por ciento de China en el mismo período”, reveló.
La otra cuestión clave es qué hacer con el superávit. Bein apuntó que el excedente fiscal del primer trimestre fue equivalente a 3,75 por ciento del PIB, contra un compromiso de 2,4 por ciento para la Nación pactado con el FMI. “Es un número que impresiona. El superávit entre abril y junio será de unos 6000 millones de pesos. Es decir que en el primer semestre, la Nación cumplirá con la meta de todo el año”, advirtió el economista.
Miguel Angel Broda, consultor de la city y uno de los economistas de cabecera de Carlos Menem, recomendó apurar la reestructuración de la deuda. “Con esta tasa de crecimiento y la extraordinaria recaudación impositiva que tenemos por delante, el negocio de Argentina es reestructurar la deuda cuanto antes. Y está en condiciones de hacerlo como ningún otro país en default pudo”, afirmó. Como él, otros economistas ortodoxos también reclaman reducir la quita a los acreedores y bajar las retenciones y el impuesto al cheque.
Martín Hourest, economista de la CTA, le dijo a Página/12 que “el Gobierno tiene un altísimo superávit con un alto piso de desempleo y el mantenimiento estructural de niveles de pobreza alarmantes”. Su crítica, compartida por espacios progresistas, es que el Gobierno demora medidas de fondo que cambien la lógica de la distribución del ingreso, como las reformas tributaria, laboral y previsional.

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Carlos Mosse, secretario de Hacienda, visitó ayer la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado.
 
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