[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Página/12
en Venezuela

Desde isla Margarita

El resultado de la primera jornada de la macro rueda de negocios entre empresas argentinas y venezolanas dejó conformes a los funcionarios. Un total de 75 compañías argentinas cerró ventas por 14 millones de dólares. Si bien el monto parece modesto, hay dos elementos rescatados por el Gobierno al dar a conocer la información: la mayor parte fueron productos vendidos por pymes. Julio De Vido, ministro de Planificación y funcionario principal de la delegación (hasta la llegada de Kirchner), pronosticó que, a este ritmo de negocios, los 240 millones de dólares que integran el fondo fiduciario surgido tras la importación de fuel oil venezolano “se van a quedar cortos”.
Los principales productos corresponden a los siguientes rubros: lácteos (especialmente leche en polvo), carnes, vinos, frutas. También hay avances en la negociación para la colocación de maquinaria para la industria petrolera, la venta de turbinas por 60 millones de dólares y la participación en la construcción de una ruta, a cargo del Grupo Cartellone, por 170 millones. Ante este panorama, De Vido estimó que el intercambio comercial entre la Argentina y Venezuela será de 1000 millones de dólares en los próximos 12 meses. Muy superior a los 178 millones que dejó el 2003.
Los acuerdos empresarios anunciados ayer se complementaron con otros de tipo financiero. El estatal Banco BICE, comandado por Arnaldo Bocco, suscribió líneas recíprocas con su par venezolano por 2 millones de dólares. Otro convenio similar, por un millón de dólares, fue habilitado por el Credicoop. Por el lado del campo, los pequeños productores de la Federación Agraria sellaron convenios para vender directamente, sin la intermediación de las multinacionales, un total de 80 millones de dólares en diversos productos: porotos, lentejas y soja.
El drástico cambio en la relación comercial entre ambos países se produjo en el marco de la crisis energética en la Argentina. El Gobierno importó fuel oil venezolano para sustituir la utilización de gas en las centrales térmicas. Esa compra implicó una erogación de 240 millones de dólares. Hugo Chávez decidió que ese dinero integraría un fondo fiduciario para comprar productos argentinos. Las empresas que viajaron a esta isla caribeña, en su mayoría pequeñas y medianas, quieren participar con alguna tajada.
De acuerdo con los dichos del ministro de Planificación, aquellos 240 millones serán superados debido al gran interés de Venezuela por comprar bienes y servicios en la Argentina: desde leche y carnes congeladas hasta tecnología y servicios financieros. El vicecanciller Martín Redrado, sentado al lado de De Vido, dijo que el fideicomiso era apenas un “lubricante” en la relación comercial de ambos países. El ministro concluyó: “Con la compra de fuel oil del próximo año se va a armar otro fideicomiso”.
La rueda de negocios recibió una amplia cobertura de los medios venezolanos, que a su vez destacaron la dinámica que tomó la relación entre Kirchner y Chávez. La cuestión fue ampliamente resaltada, a poco menos de un mes para el referéndum que medirá la gestión del actual mandatario venezolano. La votación del próximo 15 de agosto ganó los medios y las calles. Por televisión, el gobierno y la oposición cruzan fuertes acusaciones. El oficialismo dice que los canales de televisión privados favorecen a los opositores, y éstos acusan a Chávez de censura.
La turística isla Margarita se sumó a la polémica. Sus calles están plagadas de carteles con fotos del presidente y la leyenda “Chávez es el pueblo”, “Vote No”. Los votantes del Sí también hacen campaña y convocan a recolectar dinero para tener más fuerza.
El telón de fondo de esta pelea furiosa es la pobreza. Según datos oficiales, 7 de cada 10 venezolanos son pobres y la mitad de éstos son directamente indigentes. Un panorama desolador, a pesar de que Venezuela es uno de los principales productores de petróleo y el barril de crudo se encuentra en niveles record. Es en este contexto que Chávez le da impulso a la asociación con la Argentina en particular y con el Mercosur en general, y les saca provecho a sus exportaciones de combustible, tratando de convertir esta asociación en un verdadero trampolín al desarrollo.