ECONOMíA › FIN DE LA GIRA DE PROMOCION DEL CANJE.
EXPECTATIVA POR LA RESPUESTA EN LOS MERCADOS EXTERNOS

Esperando que el mercado hable de una vez

Con buena repercusión local pero pocas inscripciones de los bonistas en el exterior, la perspectiva del equipo económico es que, tras la información “bajada” en la gira, ahora se registre una adhesión masiva. La fuerte concentración de bonos en bancos y fondos es tomada en Economía como un dato alentador.

 Por Claudio Zlotnik

La gira por tres continentes para promocionar el canje de la deuda llega hoy a su fin. En estas dos primeras semanas, el Gobierno consiguió que el 65 por ciento de los acreedores argentinos ya adhiriera a la reestructuración. Y aunque no existen datos oficiales actualizados sobre lo que ocurre en el extranjero, se sabe que la aceptación todavía es escasa. En este contexto, Néstor Kirchner salió ayer a reforzar el mensaje transmitido por el equipo económico en su tour por Europa, Japón y Estados Unidos: “La oferta que hicimos no se mueve un solo centésimo”, aseguró. “O (los bonistas) entran ahora o será problema de ellos”, añadió. Roberto Lavagna, a su vez, advirtió que en el exterior “existen maniobras” para desalentar la operación. En diálogo con Página/12, un alto funcionario de Economía se mostró “muy optimista” y vaticinó “una ola de adhesiones” para los próximos días.
La fuente oficial basó su entusiasmo en un hecho comentado por este diario hace una semana: la ola de ventas de bonos argentinos por parte de inversores minoristas a favor de grandes bancos y fondos de inversión internacionales. Este fenómeno ocurre principalmente en Italia, donde los más pequeños habían mostrado un violento rechazo a la oferta. De acuerdo con los datos que manejan en Economía, el cambio de manos de los bonos totalizó unos 2500 millones de dólares, nada menos que el 20 por ciento de la deuda en default que está en Italia.
Según coinciden el Gobierno y los financistas, el cambio de acreedor (cada vez ganan más espacio los institucionales) le otorga al canje más chances de ser exitoso: el negocio de los grandes es comprar barato, adherir a la operación y aguardar que los nuevos bonos tengan un rally alcista en el mercado. Esto es lo que sucedió en las reestructuraciones de deuda anteriores, por ejemplo en Rusia y Ecuador. De hecho, en las próximas horas, uno de los bancos de inversión más importantes de Wall Street dará a conocer una encuesta demostrando que la mayoría de los acreedores institucionales estadounidenses asegura que entrará al canje, pero recién durante la última semana.
Algunos especialistas de Nueva York estiman que esos fondos poseen la cuarta parte de los papeles en default: un 9,1 por ciento en blanco y el resto –un 15,5 por ciento del total– en cabeza de inversores “no clasificados”. Se supone que son colocaciones, en su mayoría de argentinos, en paraísos fiscales.
No fue casual que ayer Lavagna haya salido a denunciar “maniobras” para pinchar el canje. Se refería a versiones que circularon en la city sobre la supuesta intención del Gobierno de individualizar a los inversores que fugaron sus capitales en negro al exterior. “Eso es un disparate. Los tenedores de bonos están cubiertos por el secreto bancario”, aseguró Lavagna durante una rueda de prensa. Por más que el ministro quisiera detectar a los evasores no podría, porque los bancos de las islas Cayman o los de Suiza protegerían a sus clientes negando su identificación. Para entrar al canje, estos inversores sólo tienen que darle la orden a su banco y es éste el que transfiere los viejos títulos y recibe los nuevos.
Un estrecho colaborador de Lavagna que está dedicado ciento por ciento a la reestructuración aseguró a Página/12 que “los bancos y los fondos de inversión internacionales se han convertido en los motores del canje. Y la mayoría entrará”. Admitió que “la única incógnita” es Japón. La hipótesis de Economía es que muchos de los minoristas italianos que retienen sus papeles tomarán la decisión recién la próxima semana. “Hasta ahora había mucha desinformación sobre el canje”, expresó. La secreta apuesta de los funcionarios radica en que los más pequeños se resignen, en vista de la imposibilidad para coordinarse y juntar una masa crítica que se oponga a la reestructuración y obligue al Gobierno a una mejora de la oferta.Con otro matiz, también existe optimismo respecto de lo que vayan a hacer los alemanes: “su perfil es el de un inversor sofisticado. Tienen una educación financiera y, cuando invirtieron, sabían que detrás de las rentas extraordinarias se escondía un serio riesgo. No fue como en Italia, donde los bancos engañaron a sus clientes”, caracterizó el funcionario, esperando que ahora esos inversores acepten la quita.
Por ahora, la carta fuerte que puede mostrar el Gobierno es lo que viene sucediendo en el mercado local. Anoche, Luis Corsiglia, titular de la Caja de Valores, señaló a este diario que, sin contabilizar los ingresos de ayer, ya hubo adhesiones por 17.550 millones de dólares, equivalente al 65 por ciento de la deuda en default en la Argentina. “Se puede alcanzar el 80 por ciento”, dijo.
Corsiglia contó que cada día se recibe unas 2500 órdenes de aceptación, y que anteayer se batió el record de 3000, por un total de 480 millones de dólares. El funcionario adelantó que para el próximo lunes se aguardan los 450/500 millones de los Fondos Comunes de Inversión.
Otro dato relevante aportado por Corsiglia fue que “más del 80 por ciento” de los acreedores suscribió títulos nominados en pesos, lo que ayuda a pesificar la deuda de la Argentina. La preferencia por los papeles en pesos también existe en el exterior. El fenómeno se explica porque, a priori, los bonos en moneda local ofrecen un mayor potencial de rentabilidad que los dolarizados o los nominados en euros. Se debe a que, a diferencia de los emitidos en moneda dura, los títulos en pesos ajustan por la inflación.
La próxima semana será clave para el canje: el viernes 4 termina la prioridad para suscribir los bonos Par, que en teoría son los preferidos de los minoristas. Por ahora no se cumplieron las expectativas: sólo fueron elegidos por el 5,5 por ciento de los inversores argentinos.

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Lavagna volvió a denunciar “maniobras” contra el canje desde Buenos Aires. Nielsen culmina la gira en Estados Unidos.
 
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