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El Gobierno ninguneó el encuentro entre Carlos Menem y Rodríguez Saá

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo que “eso no le importa a nadie”. Representa el pensamiento de Kirchner. Hasta ahora, ningún funcionario se había referido a ese tema.

 Por Diego Schurman

Había optado por el silencio. Pero sabiendo de la demanda de los medios, el Gobierno decidió hablar del pedido de interés que Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá reclamaron para el justicialismo. “Eso no le importa a nadie”, dijo terminante el ministro del Interior, Aníbal Fernández, minimizando la movida de los ex presidentes. No era una apreciación personal: representaba exactamente el pensamiento de Néstor Kirchner.
Hasta ayer, ningún funcionario de la Casa Rosada se había expresado sobre el reclamo conjunto que Menem y Saá realizaron el martes desde San Luis. El riojano y el puntano señalaron que el justicialismo estaba acéfalo y que en consecuencia se hacía necesaria la convocatoria a elecciones internas para “normalizar” el partido.
La solicitud escondió el verdadero motivo de la cumbre que ambos ex mandatarios mantuvieron en el Hotel Cruz de Piedra: crear un polo de poder para socavar la hegemonía que hoy por hoy ostenta en el PJ la sociedad de Kirchner y Eduardo Duhalde.
Menem y Rodríguez Saá consideran que el caudal de votos obtenidos entre ambos en las últimas presidenciales –unos 7,5 millones– es suficiente como para inclinar la balanza en la siempre efervescente interna partidaria. Pero quienes están en política saben que a la hora de las alianzas uno más uno no siempre es dos.
Fernández no le restó legitimidad al reclamo, al que ya se sumó la CGT y también el senador nacional Antonio Cafiero. Pero relativizó su urgencia y su trascendencia. “En un momento deberá darse la interna. Pero si se hiciera una encuesta entre los 37 millones de argentinos salvo a unas veinte personas, no le importa a nadie”, dijo el funcionario.
Desde que el ministro del Interior decidió bajar el perfil –junto al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, supo ser la voz del Gobierno ante los medios–, hubo algunos cambios de hábitos, entre ellos el de consultar más recurrentemente a Kirchner sobre qué decir y qué no. Por eso, esta minimización del encuentro entre los opositores internos del justicialismo no es más que la resultante de lo que piensa el propio presidente.
Quienes caminan la Casa Rosada también escucharon en las últimas horas expresiones que iban en esa línea de parte del jefe de Gabinete. “¿Se reúnen Menem y Rodríguez Saá? ¿Y a quién le interesa? A la gente seguro que no”, dijo Alberto Fernández entre los suyos, mostrando qué lugar en la agenda del Gobierno ocupan las rencillas internas.
Más duro se mostró Mario Das Neves. El gobernador de Chubut desacreditó a la nueva alianza calificándolos como caras del pasado. “Los gobernadores no vamos a permitir que el peronismo sea usurpado por esta gente que ya tuvo su oportunidad y que nos avergonzó durante mucho tiempo. Le hicieron muy mal al peronismo y al país, son una parte muy chiquitita del justicialismo.”
Das Neves podría expresar las voces de otros mandatarios provinciales, a los que menemistas y adolfistas intentarán captar para el flamante sector a través de la coincidencia en el pedido de internas en el partido. “El peronismo está perfectamente conducido por el Presidente de la Nación porque los gobernadores están encolumnados tras él”, consideró el chubutense, tras participar de un acto en Casa Rosada de firma de contratos para la construcción de viviendas en su provincia.

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Menem y Rodríguez Saá intentan socavar la hegemonía que en el PJ ostentan Kirchner y Duhalde.
 
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