ECONOMíA

Otro mes con la inflación domada, salvo para desesperados inquilinos

La inflación de junio sería de 0,5 por ciento. Está en línea con la meta de precios de un dígito para el año. De nuevo, el costo de los alquileres creció muy por encima del promedio.

 Por Maximiliano Montenegro

Los últimos datos del Indec que manejan en el Ministerio de Economía indican que la inflación de junio sería del 0,5 por ciento. Esa es la variación de precios acumulada hasta la tercera semana del mes, que cerraría con ese guarismo, a menos que ocurriera algo inesperado. La noticia fue tomada con beneplácito en el Gobierno, porque, de afirmarse la tendencia evidenciada desde abril, la tasa anual de inflación sería de un dígito; es decir, inferior al 10 por ciento. Para mejor, el precio de los alimentos –el rubro más conflictivo durante el primer trimestre– continúa bajo control. Sin embargo, como ocurrió en meses anteriores, el valor de los alquileres sigue en alza, al igual que el ajuste de cuotas en los colegios privados.
Tanto Roberto Lavagna como el presidente Kirchner ya tienen en su poder la planilla de precios del Indec que, con datos para las tres primeras semanas del mes, anticipa la tendencia de la inflación para junio. De no ocurrir nada extraño, el índice del mes será 0,5 por ciento, apenas por debajo del 0,6 por ciento de mayo e idéntico al de abril. En realidad, en mayo la inflación también hubiera sido del 0,5 por ciento, pero el Indec contabilizó erróneamente el impacto en los precios del PURE (Plan de Uso Racional de la Energía), que empezó a aplicarse recién a partir de este mes. El organismo, en consulta con Economía, no modificó el índice de mayo, porque si no, debiera haberlo incluido de todos modos en junio, elevando este último índice.
Sea como fuere, la inflación del segundo trimestre (1,6 por ciento) se alinea con las expectativas oficiales, disipando el rebrote que alarmó a economistas y a funcionarios durante el primer trimestre, cuando el IPC creció 4 por ciento (con un pico de 1,5 por ciento sólo en marzo).
Con estos datos, la inflación minorista acumulada durante el primer semestre llegaría al 5,6 por ciento. Y de continuar la tendencia de los últimos meses, el IPC para todo el año cerraría en un dígito. Claro que todavía resta mucho camino por delante como para realizar cualquier pronóstico al respecto.
Volviendo a junio, para el Gobierno, tanto o más importante que el nivel general de precios fue el buen comportamiento del rubro alimentos y bebidas (0,4 por ciento), que se ubicó una vez más por debajo del promedio. El encarecimiento de los alimentos, y en particular de la carne, fue uno de los motivos que explicaron buena parte del salto inflacionario del primer trimestre y de la caída en el poder de compra de los asalariados en el mismo período.
Por el contrario, los alquileres siguen fuera de control. En junio, el índice sectorial creció 1,1 por ciento (el doble del IPC), lo que equivale a una inflación anualizada superior al 12 por ciento. El alza en los alquileres se explica por dos motivos concomitantes. Por un lado, la demanda creció notablemente en el último año, como consecuencia de las dificultades para acceder al crédito hipotecario, con salarios que quedaron muy retrasados en relación al valor de las viviendas. Del lado de la oferta, en tanto, los dueños optaron por retirar del mercado de alquiler sus propiedades. Ya sea porque, dado que los contratos no pueden contener cláusulas indexatorias, esperan negociar una mejor renta en los próximos meses. Ya sea porque especulan con una valorización inmobiliaria todavía mayor.

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El IPC de junio volvió a provocar sonrisas en el Gobierno.
 
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