EL PAíS › EL SENADO SUSPENDIO AL JUEZ DE LA CORTE ANTONIO BOGGIANO

Salida para el último automático

Es el último ministro de la Corte nombrado por Menem que queda en el máximo tribunal. Fue suspendido pero seguirá cobrando el sueldo. Sus abogados habían recusado a 34 senadores, pero el planteo fue rechazado. “Mi suspensión y destitución sería absurda”, había asegurado poco antes.

 Por Adriana Meyer

A las 23.30 de ayer, los senadores suspendieron al ministro de la Corte Suprema Antonio Boggiano, pero a diferencia de la misma decisión tomada respecto del ex juez de la Corte Eduardo Moliné O’Connor, lo hicieron con la posibilidad de que siga percibiendo sus haberes. “Que a nadie se le pueda ocurrir que el juicio político a un juez de la Corte pudiera jamás llegar a convertirse en objeto de una negociación política.” De esta manera había concluido su defensa, en el marco del enjuiciamiento en su contra por mal desempeño. “Estoy sometido a juicio político por aplicar lisa y llanamente la ley, y sería absurda mi suspensión y destitución”, se había quejado el supremo. Por su parte, el defensor Marcelo Sancinetti calificó el proceso de “juicio injusto propio de un Estado que hace trampa y corre la línea de la cancha para ver si la pelota cae adentro, en un juego sucio”. Sancinetti recusó a los 34 senadores que habían acusado a Moliné O’Connor, y también pidió la nulidad de la acusación. No tuvo éxito en ninguno de los planteos.
Más allá del despliegue de un elevado conocimiento académico y técnico, la forma de expresarse de Sancinetti fue subiendo de tono y molestó a más de un senador y senadora. “Daría igual que el Senado se desintegrara, fue culpa de los diputados (acusadores)”, fue una de las frases. “(El diputado Ricardo) Falú no estudió el tema en ningún momento. Cualquier hombre de la calle con la escuela primaria terminada entiende que hay requisitos para abrir un recurso, como el hecho de que haya sido interpuesto en plazo legal”, lanzó el jurista en su rol de defensor. “Y me pregunto si (Elisa) Carrió o (Miguel) Bonasso saben que se acusa a Boggiano por no abrir un recurso que había sido presentado en forma extemporánea, que nadie podía abrirlo porque ENTel recurrió tarde. ¿De qué voy a abdicar si no tengo la corona para abdicar?”, concluyó en alusión a la acusación según la cual Boggiano “abdicó en su obligación de ejercer el control de constitucionalidad” en el caso Meller.
Cuando Boggiano se retiró del recinto, la senadora Cristina de Kirchner salió al cruce de Sancinetti. “Algunos se creen que la Justicia es una religión y ellos los sacerdotes; entonces los principios se transforman en dogmas”, expresó. En el mismo sentido, el senador Jorge Yoma confesó: “Me deleito leyendo a Sancine- tti, pero a los juristas de esa talla es mejor leerlos que escucharlos”.
El acusado juez de la Corte que supo integrar la mayoría automática favorable al ex presidente Carlos Menem tuvo que esperar hasta las 16.30 que hubo quórum en la Cámara alta. Sus abogados, Sancinetti y María Angélica Gelli, tuvieron tres meses para preparar los argumentos de la defensa, principalmente referidos al caso Meller. La Cámara de Diputados acusó a Boggiano por haber firmado el fallo de la Corte que convalidó la decisión de un tribunal arbitral en una demanda contra la ex Entel, que transformaba una deuda de 29 millones de dólares en 400. Por este caso ya fue destituido el ex ministro de la Corte Eduardo Moliné O’Connor.
La defensora Gelli comenzó su exposición destacando que Boggiano eligió no renunciar porque “las instituciones merecen un sacrificio personal”. Aseguró que “los jueces no pueden ser juzgados por el contenido de sus sentencias” y trató de minimizar el rol de integrante de la mayoría adicta a los deseos del menemismo al afirmar que “durante 15 años votó con la mayoría, en disidencia o en soledad”. Según esta profesional, su defendido “siempre mantuvo la línea doctrinaria”, por ejemplo en materia de derechos humanos. En relación al “escándalo por el cambio de voto” de Boggiano en el caso Meller, Gelli indicó que “no hace más que difundir un error de apreciación sobre cómo trabaja la Corte”. La abogada no se privó de citar a Jacques Derrida. “Los medios construyen una ‘realidad ficcional’ y en el caso de Boggiano vamos a tratar de modificarla”, expresó.
A su turno, Sancinetti planteó la nulidad de la acusación por “violación al principio del juicio justo”. Argumentó que “si la Cámara quería acusar a Boggiano debió hacerlo conjuntamente en el juicio contra Moliné, pero ahora no puede recurrir a la vía descartada. Es un comportamiento desleal hacia el acusado”. El otro eje de la defensa destacó que en este segundo juicio contra Boggiano la acusación dijo que las conductas son iguales o peores que las de Moliné en el mismo caso. “Vamos a demostrar que no son distintas, aunque sí hay alguna diferencia”, leyó Sancinetti del texto acusatorio. E inmediatamente, ante la mirada del diputado Falú, presidente de la Comisión de Juicio Político de Diputados, se preguntó: “¿Quisiera saber cómo se da ese sorprendente cambio de conducta de Falú?”. El defensor insistió en que el voto de Boggiano no contiene “ni una sílaba respecto de la arbitrariedad o no de la sentencia” del caso Meller. Sancinetti acusó a Falú de haber cometido una “clara desviación de poder” por haber expresado que “con el precedente de Moliné O’Connor inexorablemente llegaremos a una sentencia”, en el caso Boggiano.

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El ministro de la Corte Antonio Boggiano, cercano a la Iglesia, fue al Senado para defenderse.
 
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