SOCIEDAD

La dueña de la casa del Tigre ya quiere echar a su nuevo inquilino

La mujer dice sentirse estafada porque no se le avisó para quién era la casa del Delta. E irá a la Justicia para rescindir el contrato. Chabán ya busca un lugar en el interior del país.

 Por Carlos Rodríguez

Si lo que quería era dar garantías de que no tiene intenciones de escaparse, Omar Chabán eligió mal el nombre de la casa en la que se aloja en el Tigre: se llama Papillon, como el best-seller de Henri Charrière, la autobiografía de un preso que sólo piensa en fugarse. Si lo que buscaba el dueño de Cromañón era un lugar secreto, fracasó en toda la línea porque a menos de 24 horas de su mudanza de San Martín, ya todo el mundo sabe dónde está. Claro que su estadía allí parece a punto de terminar, porque la propietaria del inmueble pedirá hoy la rescisión del contrato de alquiler porque “el hombre que firmó no dijo que era para alojar a Omar Chabán y en el documento quedó asentado que la casa sólo sería utilizada los fines de semana y no como vivienda permanente”. El anticipo fue dado a Página/12 por el abogado Daniel Gillert, que representa a la actual propietaria de la casa, que figura a nombre del matrimonio formado por María Rosa y Raúl Tomaselli. La isla está, como se dijo ayer, sobre el arroyo Abra Vieja, en una zona conocida como Las Tres Bocas, a media hora del puerto de Tigre.
Por orden del juez Julio Lucini, la Prefectura montó en la zona “un perímetro de seguridad alrededor de la isla, con 40 hombres que vigilan en forma permanente, las 24 horas, mediante un sistema de relevos, con el soporte de tres embarcaciones”, precisó a este diario el jefe de la fuerza en San Isidro, prefecto Martín Ruiz. La casa, para más datos, tiene el número 335 y está próxima a un lugar donde confluyen el Delta del Paraná, con los arroyos Abra Vieja, Sarmiento y San Antonio. “Hasta esta noche hubo tranquilidad, no se realizaron interferencias en la navegación y los únicos que llegaron fueron los periodistas, a los que el propio Chabán autorizó a permanecer en el muelle de la isla”, informó Ruiz.
En la isla de Chabán, además de los 40 gendarmes, sólo están el empresario y dos amigos íntimos. Uno de ellos es Guillermo Silva, el mismo que firmó el contrato de alquiler que ahora sería rescindido. “Mi clienta se siente estafada y lo que quiere es anular rápidamente el compromiso. Mañana (por hoy) voy a presentar un pedido de mediación obligatoria para tratar de resolver el tema lo más rápido posible”, adelantó Gillert. El dispositivo montado por la Prefectura obedeció a una orden del juez Lucini tendiente a “preservar la integridad física de Chabán y de la vivienda”, explicó el prefecto Ruiz. También incluye el control sobre la navegación en la zona, por donde circulan embarcaciones deportivas, de pasajeros, almaceneras y turísticas, como en todo el Delta.
“No hay limitaciones para la navegación, ni podría haberla”, advirtió el prefecto Ruiz, dado que el Abra Vieja es una vía de transporte que lleva hasta el continente. El arroyo tiene una extensión de unos cuatro mil metros. La vivienda, bastante modesta, es una típica edificación de la zona, elevada sobre pilotes para prevenir por las constantes inundaciones. Tiene dos habitaciones, un baño chico, una cocina y un living.
En la zona de Tres Bocas, según la Prefectura, viven unas 500 personas en forma permanente, dado que la mayoría de las casas son de fin de semana y están por lo general vacías en esta época del año. “Hasta ahora no hubo escraches ni alteración del orden en la navegación”, aseguró el prefecto Ruiz. Fuentes de la fuerza de seguridad confirmaron que un grupo de vecinos tiene la intención de presentar una queja formal, ante el intendente de Tigre, Ricardo Ubieto, para que se ponga fin a la presencia en el lugar de un factor que podría “convulsionar al Delta”. Lo certificó Fernando del Giúdice, presidente de la Asociación Vecinos del Abra Vieja, quien dijo que la postura es “igual a la de los vecinos de San Martín: si hay problemas, vamos a pedir que se vaya. Esto no es el microcentro, acá la concentración de 50 personas es un acontecimiento”.
El abogado del empresario, Pedro D’Attoli, no descartó la posibilidad de una nueva, e inmediata, mudanza. “Si la molestia se torna insoportable y no queda otro remedio, habrá que trasladarlo a otro lugar, tal vez en el interior del país”, admitió. La expulsión podría anticiparse, de acuerdo con lo dicho por Gillert. “En el contrato se dice que la vivienda es para el uso exclusivo del locatario, o sea Silva y su familia, algo que en realidad no está ocurriendo.” Los dueños de la casa “están muy enojados porque nunca se les dijo que iba a ir Chabán. Se sienten engañados, sobre todo después de lo que pasó en San Martín. Es un riesgo que no fue contemplado en el contrato, porque el locatario ocultó la verdad.”
A pesar de las dudas que puede generar el nombre de Papillon, que lleva la casa, D’Attoli insistió en que Chabán “de ninguna manera va a intentar una fuga. Que la población se quede tranquila, porque eso no va a ocurrir, porque él está a disposición de la Justicia”. Jorge Giralt y Marisa Gómez, padres de dos de las víctimas de Cromañón, insistieron en que los escraches “van a seguir” y no descartaron que hoy se realice el primero, en el Delta del Paraná.

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El arroyo Abra Vieja, sobre cuya margen está la casa que por ahora habita el dueño de Cromañón.
 
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