ECONOMíA › EL PLAN DE LAVAGNA PARA FRENAR EL DOLAR Y LA PERDIDA DE RESERVAS

Una pulseada final con el establishment

Los bancos extranjeros y los grandes exportadores bajaron el pulgar a Duhalde. Lavagna quiere obligar a los dueños de los dólares a soltarlos para detener el ascenso del tipo de cambio y la impresionante sangría de reservas. Teme que el acuerdo con el FMI llegue tarde.

 Por Maximiliano Montenegro

El presidente Eduardo Duhalde y su ministro Roberto Lavagna saben que juegan en tiempo de descuento. La semana pasada el dólar volvió a saltar la barrera de los 3,50, y el Banco Central apenas pudo “estabilizarlo” en ese nivel al vender más de 200 millones de dólares. En el Central las luces rojas no dejan de encenderse: sólo en mayo las reservas cayeron en 1440 millones y la pérdida suma 4000 millones desde que Duhalde llegó al poder. Para colmo, mientras el Presidente atraviesa su momento de máxima debilidad política, el establishment económico le baja el pulgar. Por un lado, el sábado, los bancos extranjeros, agrupados en ABA, desairaron una vez más al ministro de Economía levantándose de la mesa de negociación por el plan para salir del corralito. Por el otro, los grandes exportadores no liquidan sus divisas en el país a la espera de una mayor devaluación. Según cree el propio Lavagna, a este ritmo de crisis, un eventual acuerdo con el Fondo Monetario –en el mejor de los casos–, previsto para fines de junio, llegaría demasiado tarde. Por eso planea librar una batalla final para detener el irresistible ascenso del tipo de cambio y la sangría de reservas. A partir de hoy anunciaría una batería de medidas para obligar a los dueños de los dólares a ingresarlos al país.
El último fin de semana Roberto Lavagna terminó de confirmar algo que sospechaba desde que asumió como ministro. El núcleo más influyente del establishment económico no sólo abandonó a su suerte a la administración Duhalde. Peor aún, apuesta manifiestamente en contra. La primera señal llegó el sábado, con la nueva declaración de guerra de ABA. La Asociación de Bancos de la Argentina, que reúne a las entidades extranjeras, ya había bochado el plan original de Lavagna, de canjear plazos fijos por un bono con garantía de los bancos privados. Esta vez, ABA volvió a rechazar la última versión del proyecto oficial y ni siquiera aceptó figurar para la foto en una declaración de respaldo a la política económica en el día de la patria. Como respuesta, el ministro decidió cabalgar en la interna bancaria y selló públicamente una nueva alianza con Abappra, la asociación que aglutina a los bancos públicos y privados nacionales (ver página 4).
El segundo elemento que convenció a Lavagna de que el segmento más poderoso del establishment le abrió la mano al Gobierno fue un informe que le acercaron sus colaboradores de mayor confianza. El memorando afirma que existe un selecto grupo de grandes exportadores que no están liquidando los dólares que cobran en el exterior a la espera de un tipo de cambio más alto. Y detalla la siguiente información:
- Los exportadores retienen unos 4100 millones de dólares que deberían haber ingresado al país en el período enero-abril. En el período se exportó por un valor de 7500 millones de dólares.
- Las 20 mayores exportadores del país concentran el 45 por ciento de las ventas al exterior. Mientras que el 55 por ciento restante está distribuido en 6900 empresas.
- Esos 20 grandes exportadores –entre los que se destacan cerealeras, petroleras y empresas de alimentos– deberían haber vendido en el país más del 60 por ciento de los dólares pendientes de liquidación; es decir, unos 2500 millones de dólares.
Con esas cifras en la mano, Lavagna cree que si no logra que los exportadores empiecen a soltar los dólares será imposible llegar a fines de junio –cuando espera cerrar el acuerdo con el Fondo– sin que estalle la bomba del tipo de cambio. En especial, porque el nuevo plan para el corralito implicará que saldrán más pesos de los bancos, emitidos por el Central, para comprar dólares.
Si el ritmo de pérdida de reservas del Banco Central continuara como hasta ahora, en Economía admiten que los fondos frescos que podría aportar el FMI a fines de junio sólo servirían para compensar la pérdida de reservas de ese mes y, a lo sumo, de mayo. Así, en el mejor de los casos, el Banco Central contaría en julio con la misma cantidad de reservas queen mayo: poco más de 10.000 millones de dólares. Pero en el medio, el drenaje de dólares del organismo podría agravar aún más las expectativas y las corridas contra el peso. Si el dólar se disparara todavía más, la hiperinflación estaría a la vuelta de la esquina.
En este contexto, Lavagna anunciaría a partir de hoy una serie de medidas para presionar a los grandes exportadores a vender sus dólares. Son las siguientes:
- Intimará a los bancos a que apliquen una comunicación del Banco Central (A 3608), del 17 de mayo pasado, de modo tal que los exportadores sólo podrán cobran por sus dólares el tipo de cambio del día en que legalmente debieron ingresarse las divisas al país. Como es sabido, según el producto, los exportadores tienen un plazo legal, después de efectuado el embarque, para liquidar sus divisas.
- Solicitará al Central una nueva comunicación imponiendo elevadas multas a las empresas, proporcionalmente a los días de atraso en la venta de sus dólares.
- Pondrá un equipo de funcionarios a trabajar con la misión de identificar la situación de cada uno de los 20 grandes exportadores. Y en caso de que no hayan liquidado sus divisas en los plazos legales no sólo se aplicarán las multas sino también se promoverán denuncias judiciales contra sus directivos por violación del régimen penal cambiario.

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Los 20 mayores exportadores del país retienen más de 2500 millones de dólares.
 
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