ECONOMíA › ALIERTA DEFENDIO EL INGRESO DE TELEFONICA A TELECOM

Negocio de banda más ancha

El titular de Telefónica Internacional eludió las objeciones por el monopolio que formaría en Latinoamérica y destacó, en cambio, las ventajas de la colaboración para desarrollar el mercado.

El presidente de Telefónica a nivel internacional, César Alierta, evitó hablar ayer en Madrid de las implicancias que tendrá la entrada del grupo empresario que representa en Telecom Italia para los países en que las filiales de una y otra eran hasta ahora competidoras. En vez de referir cómo se responderá a los cuestionamientos al monopolio que se creará en mercados como los de Argentina, Brasil y Perú cuando Telefónica se integre a la conducción de Telecom Italia, Alierta prefirió referirse a la operación de compra accionaria de su rival como “un ejemplo” de cómo se iba a desarrollar de aquí en más el “hipersector TIC (tecnologías de la información y la comunicación)” en torno de la banda ancha y mercado de telefonía móvil, donde será “cada vez más relevante la colaboración con terceros”.

La entrada de Telefónica en el capital de Telecom Italia, concretada el 28 de abril, desató más de una controversia. A nivel de país y de la región, por los cuestionamientos que merece que el accionista de control de Telefónica pase a tener incidencia en la controladora de la Telecom local. A nivel europeo, por los riesgos que implica esta alianza, la primera entre dos operadores de primer nivel de las telecomunicaciones, sobre todo por el relegamiento que representará para sus principales competidores en el continente, Deutsche Telekom y France Telecom. Pero hay un tercer aspecto que parece haber sido, en realidad, el principal motor que impulsó la compra de las acciones de Telecom Italia por Telefónica: bloquear el ingreso de América Móvil, de Carlos Slim, a la empresa italiana, y por su intermedio al mercado europeo y al latinoamericano, donde el mexicano aspira a pelearle el mercado de telefonía celular a la empresa española.

Según los medios especializados, no parece un costo demasiado elevado el de 4100 millones de euros para eliminar un competidor de fuste en el principal negocio de Telefónica. Además, el ingreso a Telecom Italia habilita a la española para avanzar en una alianza que le abra las puertas de otros dos mercados a los que hoy accede en forma muy limitada: los de Alemania y Francia. La preocupación de los españoles, ahora, es buscar los argumentos para enfrentar los cuestionamientos por la posición dominante que adquiere en los mercados latinoamericanos que antes se repartía con las filiales de Telecom Italia.

Ni el argumento de que ambas empresas seguirán funcionando por separado, ni el compromiso de “abstenerse de tomar decisiones (referidas a filiales de Telecom) en países donde ambas empresas convivan” resultaron suficientes para convencer de que Telefónica y Telecom se mantendrán independientes. En Argentina, la Comisión de Defensa de la Competencia (tal cual adelantó este diario el último sábado, en el Panorama Económico) les reclamó a las concesionarias que expliquen por qué no notificaron de su nueva situación, bajo pena de fuertes multas (un millón de pesos diarios) en caso de no ofrecer respuestas satisfactorias. No trascendió si hubo una respuesta formal o si Telefónica pretenderá excusarse en que sólo tiene “una participación mínima e indirecta” de Telecom Argentina.

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El ingreso a su rival italiana le permitirá a Telefónica expandirse en Europa y Latinoamérica.
Imagen: AFP
 
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