ECONOMíA › AUNQUE NO SE HACEN CARGO DE LA SUBA, LAS PETROLERAS RETROTRAERAN LOS AJUSTES

El misterio del surtidor autorremarcado

El mercado de combustibles presentaba ayer una gran confusión. Aumentos a destiempo aplicados sólo en algunas zonas, remarcaciones que las petroleras aseguraban no haber dispuesto y, finalmente, un compromiso de retrotraer todos los ajustes.

 Por Raúl Dellatorre

No hubo aumentos, pero los precios se retrotraerán a su nivel anterior. Así de confuso quedó expresado el panorama con respecto al precio de los combustibles ayer, después de que las petroleras le salieron al cruce a la información suministrada por las entidades de expendedores acerca de los ajustes aplicados en las últimas semanas. YPF y Petrobras fueron las petroleras que, en aparente respuesta a un reclamo del Gobierno, informaron que retrotraerían cualquier aumento que se hubiera aplicado en los precios de su red de estaciones de servicio. Es decir, no se hicieron cargo de los ajustes, pero admitieron que “algunas estaciones, no todas” podrían haber retocado los precios durante las últimas semanas. En cambio, la empresa Esso fue más ambigua en cuanto a su política de precios. “Monitoreamos el mercado y los precios de nuestros competidores y actuamos en consecuencia”, expresaron desde esa compañía. Shell, por su parte, no tomó posición pública, mientras sus estaciones de servicio exhibían niveles dispares de precios en el día de ayer: unos en los mismos niveles que un mes atrás, otros con aumentos del 1,5 por ciento en las naftas súper y hasta un 5 por ciento en las “premium”.

Desde la mañana, ayer se instaló la sensación de un incremento en el precio de los combustibles, que sólo se verificaba en algunas estaciones de servicio no pertenecientes a las redes propias de las petroleras. Sin embargo, la información difundida por un matutino y por los dirigentes de las entidades expendedoras daba cuenta de incrementos no puntuales ni uniformes, ya que se mencionaban hasta tres aumentos aplicados a lo largo de las últimas semanas. “Hubo pequeños incrementos en el precio del gasoil, hubo dos o tres aumentos consecutivos en las últimas semanas y algunos pequeños retoques en el precio de las naftas, de 2 o 3 por ciento”, aseguró Raúl Castellanos, vicepresidente de Cecha. Rosario Sica, presidenta de Fecra, afirmó a su vez que “en los últimos meses se viene aumentando el combustible en 2 o 3 por ciento”. Luis Malchiodi, titular de la Federación de Combustibles de la provincia de Buenos Aires (Fecoba), precisó por su parte que “la nafta común quedó igual, se aumentó levemente la súper, muy poquito, y la premium, (mientras que) el gasoil aumentó 6 por ciento”.

La situación variaba según la zona y las marcas. Pero tampoco quedaba claro qué parte del aumento era responsabilidad de las petroleras y cuál decisión del estacionero. Lo concreto es que estos movimientos, verificados en forma aislada a partir de principios de mayo, debieron contar con cierta anuencia de las petroleras que distribuyen el producto “y algún guiño del Gobierno”, según sugirió ayer Castellanos.

Más que la reacción del mercado, pareció ser la preocupación del Gobierno lo que motivó una respuesta por parte de las empresas petroleras. Por la mañana, voceros de las empresas estimaban que “pueden haberse registrado pequeños ajustes técnicos” en los precios de los combustibles, pero que “no se trató de un aumento generalizado”. En el caso de YPF, por ejemplo, señalaron que durante Semana Santa se había producido una suba del 2 al 3 por ciento en las naftas premium, “pero después no hubo ningún ajuste más”. Más tarde, el vocero de Repsol declaraba que “YPF no aplicó ningún aumento en las estaciones de servicio en el precio de los combustibles, y en aquellos casos que hubo modificación se retrotraerá a los valores anteriores”. Es decir: no hubo aumentos, pero se retrotraerán. A su vez, Petrobras informó que tomó “las medidas pertinentes para que los operadores retrotraigan los precios a los valores anteriores” y agregó que “no es política de la compañía el cobro de sobreprecios al combustible con el argumento de servicio de playa”.

En un panorama por demás confuso, las llamadas estaciones blancas se siguen quejando de que son discriminadas en la distribución de combustibles y se sienten cada vez más amenazadas de quedar al margen del negocio, obligadas a cerrar. Y mientras las petroleras asumen el compromiso ante el Gobierno de no aumentar los precios en surtidor, arrecian las versiones sobre la existencia de un mercado negro en el que se vendería el combustible con un sobreprecio de hasta el 50 por ciento.


Expectativa por Repsol

A pesar de que, desde España, el grupo Repsol aclaró que todavía no hay ninguna novedad sobre la futura venta del 25 por ciento del paquete accionario de YPF, el papel de la petrolera registró un alza del 8,1 por ciento en la Bolsa de Comercio. El volumen de operaciones fue de 4,3 millones de pesos, un monto módico frente a los 133 millones que, en total, se negociaron ayer en el recinto. Eso se debe a que en 25 de Mayo y Sarmiento tiene oferta pública menos del 1 por ciento del capital de la compañía. Fuentes de Repsol dijeron en Madrid a la agencia de noticias EFE que aún no estaba cerrada la venta de la filial argentina, pero los operadores del mercado ya dan por descontado que el Grupo Petersen, encabezado por el banquero Enrique Eskenazi, se quedará con parte de la petrolera. A su vez, los papeles de Repsol YPF también cerraron en terreno positivo en la Bolsa, con un incremento del 0,9 por ciento. Además de la supuesta venta a Eskenazi, Repsol colocará un 20 por ciento adicional entre inversores de la Bolsa.

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Los expendedores señalan que hubo aumentos sucesivos a lo largo de los últimos 45 días.
 
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