EL MUNDO › HABLA PATRICIO ECHEGARAY TRAS VISITAR ECUADOR

“Las FARC se están cuidando”

 Por Adriana Meyer

Viajó a Ecuador para encontrarse con el ministro de Seguridad, Gustavo Larrea, con quien el diario El Tiempo de Colombia lo confundió hace un mes al difundir su foto dialogando con el número dos de las FARC, Raúl Reyes. No era ésa la primera vez que Patricio Echegaray estaba en la selva colombiana, fue uno de los siete viajes que realizó para tomar contacto con las FARC desde los años ’90. “Siempre advertí que el asesinato de Reyes iba a dificultar el intercambio de rehenes, sobre todo iba a perjudicar lo de Betancourt”, le dijo a Página/12, al tiempo que negó ser el contacto del gobierno con la guerrilla colombiana. “Las FARC se están cuidando muchísimo de no hacer contactos por teléfono, no sea que por eso les caigan misiles”, expresó Echegaray desde Caracas, donde asiste a un congreso.

–¿Cómo evalúa la posición argentina respecto de la liberación de rehenes?

–El conflicto colombiano es una guerra civil que lleva sesenta años, cuya solución no es militar, y el intercambio humanitario es positivo para una salida política que conduzca a la paz. Valoramos positivamente la intervención de (Hugo) Chávez, el respaldo de Brasil, Argentina y Ecuador. Pero apoyar ese intercambio no es lo mismo que apoyar a las FARC.

–¿De dónde viene su relación con las FARC?

–Es de larga data. Ahora están diferenciadas, pero su origen tiene que ver con el Partido Comunista Colombiano. Mi relación comenzó en el foro de San Pablo, en 1996, y con las visitas de (Raúl) Reyes a la Argentina. Y después está mi gran aventura, el viaje para conocer a (Manuel) Marulanda, a fines de 1997. Tardé un mes en llegar a él y tres meses en salir.

–¿Cómo cree que evolucionará el conflicto ?

– Las FARC saben que Uribe no quiere la paz.

–¿Y ellos sí?

–Sí. En cambio, Uribe quiere la pax romana, la paz de los cementerios. Su estrategia es la guerra, adentro y afuera de Colombia, es su sociedad con Bush. Uribe es un paramilitar de paladar negro, dispuesto a ir a la selva.

–¿Las FARC dejaron sus objetivos originarios?

–Sería un gran aporte que las reconozcan como fuerza beligerante, como propuso Chávez. Luchan contra el terrorismo del Estado colombiano. El asesinato de campesinos no lo hacen las FARC, sino al revés, para quitarles base social. El fracaso de las negociaciones de las FARC con Pastrana fue porque los sectores más duros de la derecha colombiana frustraron el intercambio de prisioneros. A partir de ahí, las FARC creen, en una decisión para mí controvertida, que raptando personajes de fuste pueden presionar al gobierno colombiano. Eso no salió como pensaban y se les convirtió en un fuerte problema.

–¿Cómo se resolvió el incidente de la foto?

–Desmentimos con un comunicado mundial. Larrea estaba en una conferencia en Washington y se arremangó la camisa para mostrar que “el hombre de la foto tiene pelos en los brazos, yo no” (risas). Lo tenían contra las cuerdas, pero le dijimos que no explicara tanto, que nosotros admitíamos que el de la foto, tomada en 2004, era yo que fui a entrevistar a Reyes para la revista Enfoques Alternativos. Fue una maniobra de inteligencia sucia, los colombianos habían repartido en la OEA el dossier con la foto el mismo 9 de marzo, cuando todos estaban reunidos.

–¿Y son tan parecidos?

–Tenemos apenas un aire similar.

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