EL MUNDO › LA IZQUIERDA NO DEJA SESIONAR PARA FRENAR LA PRIVATIZACIóN DE PEMEX

Coparon el Congreso mexicano

Partidarios de López Obrador ocuparon las tribunas de las dos cámaras para evitar una ley que traspasa la refinación de los hidrocarburos mexicanos a manos privadas. El gobierno de Calderón había prometido un debate que nunca se realizó.

 Por Gerardo Albarrán de Alba

Desde México, D. F.

Más tardó el gobierno mexicano en iniciar el proceso formal de privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex, la paraestatal más importante y estratégica del país) que en estrellarse en la férrea oposición del Frente Amplio Progresista (FAP) encabezado por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Con la toma de las tribunas de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, y un cerco tendido por miles de mujeres en torno de la Cámara alta, desde el miércoles pasado, luego de que el presidente Felipe Calderón enviara la iniciativa al Legislativo, las acciones de resistencia pretenden detener la intención privatizadora del gobierno derechista de Calderón, lo cual desató de inmediato una nueva ofensiva mediática para desacreditar al movimiento lopezobradorista.

Luego de fracasar en su intento de un consenso con la oposición de izquierda, Calderón presentó esta semana la iniciativa ante el Congreso y luego la defendió por televisión, con lo cual prácticamente canceló el llamado que días antes había hecho para un debate “serio e incluyente”. En respuesta, se activó la resistencia civil convocada por López Obrador.

La iniciativa de Calderón parece abandonar –al menos temporalmente– su intención original de abrir la exploración y explotación de petróleo en mares profundos del Golfo de México a empresas transnacionales; en cambio, pretende ahora que éstas se hagan cargo de la refinación de crudo para producir gasolinas y aceites, mediante la modificación de leyes secundarias. En cualquier caso, esas actividades siguen protegidas por la Constitución, que las reserva al Estado. La intención de Calderón es reclasificarlas para que dejen de ser “estratégicas” y pierdan el supuesto de seguridad nacional que implica; en su lugar, pasarían a formar parte de actividades “prioritarias”, que ya permiten la incursión de capital privado nacional y extranjero.

Calderón también parece desoír las propuestas de Brasil y Venezuela, cuyos presidentes, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez, acaban de proponer asociaciones de sus respectivas paraestatales petroleras con Pemex. Pero el gobierno panista ni siquiera las comentó.

Por lo pronto, primeras reacciones prevén que la iniciativa no se pueda discutir en el actual período ordinario de sesiones, como pretendían PAN y PRI, debido a los bloqueos del FAP.

Las acciones de resistencia civil fueron previstas por López Obrador desde hace semanas, y el pasado miércoles formó 38 brigadas, cada una integrada por 500 mujeres, que se encargarían de estar al frente de la oposición activa, ante lo cual la derecha partidista y mediática acusó a López Obrador de escudarse en las enaguas de las mujeres, eufemísticamente autodenominadas “Adelitas”, en alusión a la más célebre soldadera de la revolución mexicana. Por lo pronto, su primer despliegue se inició el jueves en torno del Senado de la República, al mismo tiempo que diputados y senadores de los partidos que integran el FAP simultáneamente tomaron las tribunas legislativas de sus respectivas cámaras, en las que permanecen desde entonces.

El senador del PRD Ricardo Monrreal anunció que no permitirán un debate maquillado de una o dos semanas y reclamó al menos una semana de discusión para cada uno de los 14 puntos de la iniciativa de Calderón, lo que a obligaría cerca de cuatro meses de análisis legislativo. El PAN y el PRI condenaron la toma de las tribunas y advirtieron que no existe posibilidad de acordar ningún debate mientras los legisladores del FAP mantengan “secuestradas” ambas cámaras.

Sin embargo, el FAP muestra fisuras graves, particularmente en el PRD, el partido que postuló a López Obrador el año pasado y el más importante de esta coalición. Entrampado en una disputa por la renovación de su dirigencia, que cumple ya tres semanas sin arreglos políticos ni institucionales ante acusaciones de fraude electoral interno, el apoyo a López Obrador se dividió entre los legisladores perredistas. Algunos no apoyaron la medida, como la presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta.

Por lo pronto, diputados y senadores que siguen a López Obrador pasaron la noche del jueves en sus respectivos salones de sesiones y ayer, luego de que se cancelara una reunión de la Comisión de Energía en el Senado, anunciaron que permanecerían ocupando las tribunas de los recintos legislativos de forma indefinida.

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Miles de mujeres mantienen rodeado el Parlamento mexicano desde el miércoles pasado.
 
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