EL MUNDO › OPINION

Fidel, Obama y Cristina

 Por Luis Bruschtein

El último gobernante que recibió Fidel había sido el presidente ruso Dimitri Mévdevev en noviembre. Después dejó de escribir sus Reflexiones y no recibió a los presidentes Rafael Correa y Martín Torrijos, de Ecuador y Panamá. En Miami, como siempre, empezaron a festejar adelantado. Hubo rumores sobre su salud hasta que ayer recibió a Cristina Fernández. Dos de los temas tratados en la entrevista tuvieron fuerte repercusión internacional: los comentarios positivos del viejo comandante sobre el nuevo presidente norteamericano y la confirmación de que está bien de salud. Fidel estaba diciendo, nada menos, que Cuba tiene expectativas en Obama y que Cuba sigue siendo la misma.

Sería ingenuo pensar en un encuentro casual. Fidel no libra al azar la elección de sus interlocutores. Los elige con cuidado. Siempre ha sido así en los protocolos de su gobierno y parece que sigue siéndolo ahora que está retirado. La elección de la Presidenta argentina para difundir sus palabras de elogio sobre Obama fue una forma de expresar desde dónde puede hablar Cuba ahora, en este proceso de integración progresiva en el contexto regional en el que Argentina y Brasil tuvieron mucho que ver.

En su discurso del martes, que Fidel siguió por televisión, Obama dijo que su gobierno tenderá la mano a aquellos adversarios que abran su puño. A través de Cristina Fernández, Cuba respondió desde el Grupo Río, pero sobre todo, desde su nueva inserción institucional en el continente. Ya no es una voz aislada, sino que empieza a moverse institucionalmente en la geopolítica regional de donde había sido segregada durante 50 años por las presiones de la diplomacia norteamericana.

Fidel estaba diciendo que Cuba está dispuesta a hablar con Obama pero que lo hará como un país que forma parte del concierto latinoamericano, cuyos gobiernos, al igual que lo hizo la Presidenta en su discurso en la Universidad de La Habana, han condenado el bloqueo a la isla.

Más allá de la relación de Cuba con Washington, la entrevista de Fidel con Cristina Fernández se puede leer también como un reconocimiento al papel que ha jugado la diplomacia argentina en los últimos años como dinamizadora de ese proceso de integración en el Mercosur, en Unasur y en el Grupo Río, que fue decisiva en el rechazo del ALCA, en la incorporación de Cuba o en el respaldo institucional al gobierno de Evo Morales durante la rebelión de los prefectos golpistas en Bolivia.

La mayoría de los analistas reaccionó justificando de antemano una reacción furiosa de Washington. “La Presidenta en Cuba, cuando asume el nuevo presidente norteamericano.” Pero algo ha cambiado. Porque gracias a eso, Cristina Fernández obtuvo la primera respuesta positiva al mensaje de Obama.

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