SOCIEDAD › EMPRESARIOS TURISTICOS ADMITEN LA BAJA DE VERANEANTES EN LA COSTA

Preocupaciones de temporada

En Villa Gesell dicen que hay entre 30 y 50 por ciento menos de visitantes. En Mar del Plata lo observan en la baja de alquileres. También en Pinamar hay menos movimiento. En algunos casos, los clientes terminan fijando los precios.

 Por Carlos Rodríguez

Desde Villa Gesell

En la temporada alta, las playas argentinas evidencian una sensible baja, en lo que atañe a la actividad turística, en relación con otros años, aunque las autoridades sigan señalando en forma reiterada que están trabajando dentro de los parámetros normales para la época estival. “En Gesell tenemos entre un 30 y un 50 por ciento menos de visitantes que el año pasado y en los hoteles, los turistas discuten los precios y en algunos casos hay que bajarlos para evitar que las cosas empeoren. La situación mejora los fines de semana pero, por lo general, todos han acortado sus períodos de vacaciones y eso impacta en forma negativa.” El comentario es compartido, en líneas generales, por un número importante de hoteleros y propietarios de balnearios y restaurantes de la zona céntrica de Villa Gesell. En Mar del Plata, el presidente del Colegio de Martilleros, Miguel Donsini, admitió que “la demanda de casas y departamentos disminuyó en forma considerable, al punto que son los clientes los que fijan los precios”, como condición para realizar las reservas. Donsini estimó que, como consecuencia del “regateo” en los valores de los alquileres, los precios tuvieron que bajar, en algunos casos, hasta “un 20 por ciento” para poder acomodarse a las posibilidades de la demanda.

Ayer, en Gesell, las playas estuvieron llenas en homenaje a una jornada a pleno sol, perfecta para estar pegaditos al mar, pero a la misma hora era inusual, a pesar de lo ideal de la jornada, observar la calma chicha que reinaba en la avenida 3, receptáculo del infernal movimiento peatonal y automovilístico de la villa, más allá del calor, del frío, de la lluvia o del tsunami. “Nosotros mantuvimos los precios del año pasado, pero estamos trabajando un 40 por ciento por debajo del 2008”, aseguró Silvia Natali, del balneario Azzurro, uno de los que todavía conserva la estructura de cemento que intentó modificar, en forma total, el ex intendente radical Luis Baldo.

En el balneario La Punta, ubicado en el extremo norte de Gesell, el encargado Fabián confirma que ellos también están “entre un 35 y un 40 por ciento abajo del año pasado. La gente viene, hay muchos con 4x4, pero la mayoría se viene con la vianda y ni siquiera pisa el restaurante. Es gente de buen nivel adquisitivo, pero igual se cuida. Todos están pendientes de la crisis mundial. Se cuidan hasta en el más mínimo detalle”. Alejandra, de Luz de Luna, en el paseo 140, afirma que los fines de semana se trabaja “a un ritmo casi normal para esta época del año, pero entre el lunes y el viernes la cosa va decayendo porque la gente se queda por pocos días. Las cosas no están mejorando en la segunda quincena de enero y en febrero, si todo sigue así, se van a poner todavía más complicadas”.

La misma situación se observa en Pinamar, donde la avenida Bunge no tiene, ni siquiera por las noches, el movimiento de otros años. La construcción de viviendas y de hotelería creció en forma notable durante el invierno, pero la demanda de alquileres es mucho menor. “Estamos un 30 por ciento abajo respecto del año pasado”, admitió una fuente oficial consultada por Página/12. Las playas, sobre todo de martes a viernes, están muy tranquilas, salvo en los balnearios más cercanos a la avenida principal.

Cerca del muelle, una docena de gomones con motor fuera de borda esperan, con éxito relativo, la presencia de candidatos a realizar una excursión de pesca en alta mar. “Nosotros cobramos 120 pesos por persona y somos los pioneros de la actividad, pero la gente se nos está yendo con otros porque bajaron los precios. La gente cuida la plata más que nunca, incluso los pescadores deportivos, que son clientes fieles que no andan midiendo gastos porque esa es su pasión”, comenta uno de los colaboradores de Chirola, apelativo del dueño de la flota de gomones más reconocida de Pinamar.

Miguel Donsini, del Colegio de Martilleros de Mar del Plata, había pronosticado una mejora a partir de la segunda quincena de enero, pero las cosas siguen “complicadas”, según afirman los hoteleros y las inmobiliarias que tienen casas y departamentos en alquiler. Ahora las expectativas están puestas en febrero, sobre todo porque “los turistas saben que hay una rebaja en los precios del 30 por ciento. Bueno, al menos es lo que esperamos”, comenta Donsini. En Gesell, en cambio, los hoteleros consultados dudan de que haya un crecimiento de la demanda. “Las cosas vienen mal y eso que este año, en enero, tuvimos buen tiempo”. La mayoría de los propietarios se queja, además, porque el municipio aumentó el impuesto inmobiliario “en un 300 por ciento”. A eso se suma la baja de la demanda en plena temporada alta.

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La mayor baja se nota durante la semana: los sábados y domingos repunta la cantidad de visitantes.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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