Poco más del 7 por ciento de los conductores que, en diversos puntos de la Costa Atlántica y durante la primera quincena del mes, fueron obligados por agentes del Ministerio de Salud bonaerense a expulsar su aliento en los aparatos que miden el nivel de alcohol en sangre superaron el máximo permitido para conducir un vehículo, mientras sólo tres conductores obtuvieron ese resultado en las rutas.

La relativamente baja cantidad de conductores que manejaron autos habiendo consumido más cantidad de alcohol de lo que la ley permite responde al “resultado de una tarea de prevención que la provincia ha venido realizando a lo largo del año, tendiente a establecer conciencia sobre los riesgos que implica el consumo de alcohol”, aseguró la titular de la Subsecretaría de Atención a las Adicciones (SADA), María Graciela García.

En total, los inspectores de la SADA, organismo dependiente de la cartera sanitaria bonaerense, realizaron 2320 controles de alcoholemia en los balnearios de la costa atlántica y las rutas que llevan y traen desde y hasta allí a los turistas. En cuanto a las ciudades costeras, el aliento de sólo 52 personas, de un total de 706 evaluadas, reveló que su nivel de alcohol en sangre superaba los 0,5 gramos, máximo permitido.

No obstante, el número fue significativamente menor en relación a las pruebas realizadas a las personas que conducían por la ruta. Los tres casos positivos representaron sólo el 0,2 por ciento de 1614 pruebas, el total del operativo.

El registro de los agentes también categorizó a aquellas personas que, si bien no violaron el máximo permitido, habían consumido alcohol antes de conducir. La tendencia fue similar: en rutas, dio positivo 0,7 por ciento de las personas testeadas, mientras en las ciudades el porcentaje alcanzó el 11,7.

Además, de 122 comercios inspeccionados con el objetivo de verificar que no vendieran alcohol a menores de edad y que tuvieran las habilitaciones necesarias, dos fueron clausurados mientras que 13 fueron intimados a regularizar su situación. Uno de ellos, por haberse constatado que comercializaba bebidas alcohólicas sin licencia, en tanto que el otro cierre se produjo por vender alcohol fuera del horario permitido, luego de las 23.