El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, aseguró ayer que Irán está dispuesto a iniciar negociaciones con el nuevo gobierno estadounidense. En su discurso, pronunciado en ocasión del 30° aniversario de la Revolución Islámica, el mandatario insistió en que Washington debe mostrar un cambio profundo en su política para que cualquier negociación entre ambas naciones sea fructífera. “Si de verdad se produce un cambio fundamental en las relaciones bilaterales, Irán está dispuesto a un diálogo en una atmósfera de respeto mutuo, igualdad y justicia”, afirmó Ahmadinejad.

Ante una multitud reunida en Teherán, el régimen de los ayatolás recogió ayer por primera vez el guante de las negociaciones diplomáticas lanzado por la nueva administración estadounidense desde su asunción.

Un día antes, desde la Casa Blanca, Obama ratificó una vez más la voluntad de su gobierno de hablar directamente con el régimen de Teherán. “En los próximos meses vamos a buscar una apertura que propicie que nos podamos sentar en una mesa cara a cara; intentaremos encontrar vías diplomáticas que nos permitan mover nuestra política en una nueva dirección”, remarcó el estadounidense.

La reacción no tardó en llegar. Ahmadinejad aseguró que Irán está dispuesto a cooperar con Estados Unidos para establecer una paz regional y global, así como trabajar en conjunto contra el narcotráfico y el terrorismo internacional. Sin embargo, dejó en claro que la postura de su país debe comprenderse. “Tienen que entender que nuestra nación es la primera víctima del terrorismo”, afirmó. El iraní abrió así una puerta a la diplomacia, pero puso condiciones. Entre las exigencias mencionadas, demandó la retirada de los soldados estadounidenses de Irak y Afganistán, exigió disculpas públicas por lo que estimó como décadas de crímenes de Washington contra Teherán y remarcó que el Departamento de Estado debe iniciar una política distinta a la emprendida bajo la administración Bush. “Los tiempos oscuros de los últimos años deben olvidarse y cambiar radicalmente de dirección”, aseguró. Y fue más lejos: habló de la necesidad de llevar a Bush al banquillo. “El ex presidente norteamericano debe ser juzgado y castigado por sus políticas y acciones en Medio Oriente y el Golfo Pérsico”.

Mientras, otras voces se sumaron en las últimas horas al diálogo entre ambas capitales. De regreso de una conferencia sobre seguridad en Munich, Alemania, Alí Lariyani, presidente del Parlamento iraní y ex negociador de la cuestión nuclear, hizo ayer una escala en Madrid.

Allí lo recibió el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. En diálogo con éste, el persa enfatizó la posición iraní, haciendo hincapié en que su país está dispuesto a negociar siempre que se trate de un cambio estratégico y no meramente táctico. Además, instó a Washington a actuar de forma concreta. “Estados Unidos debe anunciar su propuesta de forma clara. Si cree en un plan, que lo presente diplomáticamente, porque no vamos a negociar por negociar. Es una cuestión de ahorrar esfuerzos inútiles”, advirtió.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se pronunció ayer, luego del discurso del presidente iraní, aspirando a una mejoría en la relación bilateral. “Esperamos que Estados Unidos e Irán desarrollen en el futuro una mejor comprensión el uno del otro”, señaló. No obstante ello, reiteró la oposición norteamericana sobre el programa nuclear iraní. “Seguimos insistiendo con nuestra opinión de que Irán no debe obtener una bomba nuclear”, dijo Hillary en conferencia de prensa.

Y terminó con una advertencia, convencida de las aspiraciones iraníes de desarrollar una bomba atómica. “Sería muy desafortunado para ellos seguir adelante con su programa nuclear.”