EL MUNDO › EL GOBIERNO DE FACTO DE HONDURAS MANDó UNA COMITIVA A WASHINGTON, ZELAYA VIAJó A LA CAPITAL NORTEAMERICANA

Ahora le trasladan el conflicto a Obama

El Departamento de Estado norteamericano advirtió que no se reunirá con los representantes del nuevo gobierno. En cambio, sí lo hará con el presidente depuesto. En Tegucigalpa siguen las movilizaciones y el paro de actividades.

Al décimo día de usurpar el poder, la dictadura hondureña volvió a la carga en su intento de hacerse oír en el exterior y buscar un poco de legitimidad. Tras ametrallar a su población y asesinar a dos personas cuando miles de hondureños aguardaban en el aeropuerto el regreso frustrado del presidente legítimo Manuel Zelaya, el régimen de facto despachó ayer una misión a Washington encabezada por el ex candidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano (PDCH) Felicito Avila. Sin embargo, para los enviados de los golpistas, la cita fue un desaire. “No sabemos nada de una delegación que haya venido desde Tegucigalpa. Pero si es del régimen de facto, el Departamento de Estado de Estados Unidos no se reunirá con ellos, ya que se trata de un gobierno que mi país no reconoce”, precisó tajante el vocero Ian Kelly en conferencia de prensa.

Por el contrario, según afirmó el funcionario, para Zelaya, quien viajaba ayer a Washington, las puertas están abiertas. “Estoy seguro de que nos reuniremos con él a un alto nivel”, remarcó Kelly, tras lo cual reveló, además, que el domingo por la mañana, horas antes del frustrado retorno del depuesto mandatario a su país, Zelaya mantuvo una reunión con el secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para América latina, Thomas Shannon, y con el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para la región, Dan Restrepo.

Asimismo, el vocero se refirió particularmente a la represión desatada por el régimen de facto el pasado domingo y condenó sin matices el accionar del gobierno. “Deploramos el uso de la fuerza en los últimos días contra manifestantes en Tegucigalpa. Instamos una vez más al régimen de facto y a todos los actores en Honduras a que se abstengan de cualquier acto de violencia”, señaló Kelly, para luego hacer un llamado a los países de la OEA para que, más allá de las medidas que decidan para aislar al gobierno del país centroamericano, tomen los recaudos necesarios para evitar agravar aún más la situación de pobreza en la que viven los hondureños. “Les pedimos a nuestros socios de la OEA que, ya sea que actúen de manera individual o colectiva, lo hagan de una manera que proteja y mejore el bienestar de los hondureños, manteniendo los contactos con la sociedad civil y el flujo de ayuda humanitaria.”

Y es que, desde el golpe de Estado, la vida de muchos hondureños está lejos de haber vuelto a la normalidad, ya que, en lo que hace a muchas actividades económicas, el paro por tiempo indeterminado en repudio a los golpistas es la regla por estos días. Las autoridades de facto, no obstante, desestiman cualquier clase de pronóstico funesto sobre la economía del país y, en este sentido, el dictador Micheletti insistió ayer una vez más con que Honduras tiene capacidad para resistir un bloqueo de la comunidad internacional durante unos seis meses.

Pero tratándose de una economía empobrecida que depende de las exportaciones de banana y café así como de unos 2500 millones de dólares que envían cada año hondureños desde Estados Unidos, los huelguistas no están muy seguros de las declaraciones del gobierno. Por eso, según le dijo a Página/12 vía telefónica desde Tegucigalpa el dirigente del Bloque Popular Juan Barahona, la estrategia para los próximos días consiste justamente en profundizar el paro. “Le pedimos a la mayoría de los sindicatos y organizaciones sociales que profundicen actividades como el bloqueo de carreteras y la paralización de sectores claves de la economía”, precisó el dirigente social. “Los golpistas no van a poder resistir mucho tiempo”, agregó, entre esperanzado y convencido.

Al movimiento de huelga, según le dijo a este diario Reina Centeno, docente de nivel secundario en la capital, el sector de la educación se sumó en pleno, paralizando sus actividades desde el pasado 28 de junio. “En Honduras no hay clases desde el golpe de Estado. Estamos firmes en nuestra resistencia y con un ánimo de lucha altísimo. Los padres y los chicos nos acompañan, y estamos decididos a no volver a las aulas hasta que no se restituya al gobierno democrático”, explicó muy decidida a través de la línea. “Es impresionante lo que sucedió con la gente. El golpe liberó la conciencia social del pueblo hondureño”, explicó.

Ayer, por demás, las manifestaciones continuaron por las calles del centro de Tegucigalpa y las inmediaciones de la residencia presidencial, ya que, según aseguró el dirigente del Bloque Popular, no es momento de ahorrar esfuerzos. “No aflojaremos en nada con nuestra presión. No vamos a reconocer a los golpistas”, afirmó Barahona, antes de confesar que esperan una intervención más decidida por parte de la Casa Blanca. “Si Obama presiona a fondo, estos tipos no pueden resistir”, razonó.

Informe: Martín Suaya.

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Los familiares entierran a Isis Obed Murillo, uno de los dos muertos de la represión en Tegucigalpa.
Imagen: AFP
 
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