EL MUNDO

Historia de dos ciudades que sólo quieren la aniquilación de la otra

El gobierno de Venezuela recuperó un buque cisterna con 280.000 barriles de combustible, pero la tensión por el asesinato de tres opositores en la noche del viernes renació con nuevas marchas.

@Venezuela mostró ayer en carne viva la polarización de sus actores sociales: la oposición continuó en el sexto día de huelga general y acusó al gobierno por no declarar duelo nacional por las tres víctimas que murieron en un tiroteo el viernes en la plaza Altamira, a la vez que marchó “en silencio” hacia el este de la capital, mientras del otro lado de Caracas cientos de miles de partidarios de Hugo Chávez desde temprano se movilizaron en un clima de festejo por el cuarto aniversario de la asunción del mandatario. Chávez lamentó las tres muertes y dijo que se investigará a fondo. El presidente reconoció que la prolongación del paro general “ha afectado” la producción petrolera y no descartó un decreto que obligue reanudar la actividad del sector. La Marina venezolana tomó el control del buque “Pilín León”, anclado en el lago Maracaibo, por la prioridad de contar con sus 280.000 barriles de combustible. Entretanto, el secretario general de la OEA, César Gaviria, continuó con su mediación en el contexto de un inminente retorno a la mesa de negociaciones.
Alrededor de 300.000 chavistas marcharon “por la paz, la democracia y la defensa de la Constitución” desde el barrio El Valle, con boinas y banderas rojas distintivas del oficialista Movimiento V República (MVR) hasta desembocar en el Palacio de Miraflores. En paralelo, 100.000 opositores se agrupaban en una sede de la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) en Chuao, al este de Caracas, para luego caminar “en silencio” hasta la zona pobre de Petare en memoria de los caídos en la noche del viernes en la plaza de Altamira, donde murieron tres personas y otras 29 resultaron heridas cuando un número impreciso de pistoleros –según las primeras versiones policiales– arremetió a balazos contra manifestantes opositores, que apoyaban a los militares rebeldes. La plaza está tomada por un grupo de militares que desde el 22 de octubre exige la renuncia de Chávez. La policía detuvo a siete sospechosos: el principal fue el portugués Joao de Gouveia, quien confesó haber disparado, según dijo la prensa local.
La actividad petrolera fue paralizándose progresivamente desde el lunes, cuando dio comienzo la huelga general al mando de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la patronal Fedecámaras y partidos opositores. El Ejecutivo tomó ayer conciencia de la gravedad del paro y calificó de “incontrolable” la situación de la industria de petróleo. La evidencia era irrefutable: habían parado 11 tanqueros de la flota petrolera y la mayor refinería a escala mundial, Amuay-Cardón, se mantenía operando en mínimos niveles y ayer amenazaba con un cese completo de actividades, según informó el canal de televisión Globovisión. La toma del buque “Pilín León” motivó al sector de los armadores navales a declararse también en huelga ante lo que consideraron como un acto “pirata” por parte del Ejecutivo.
En este paulatina expansión del conflicto, los trabajadores del centro de llenado de combustible en la ciudad oriental de Puerto La Cruz y de la ciudad de Yagua, en el centro del país, ayer paralizaron sus labores en apoyo a la huelga, negándose a cargar los camiones cisterna que abastecen a varias regiones circundantes. Además, se sumaron al conflicto los trabajadores del centro de distribución de gasolina en el puerto de La Guaira, a 20 kilómetros de Caracas, donde se abastece de combustible a la capital. La refinería de El Palito estaría operando en condiciones mínimas y a punto de cerrar, según el gerente del complejo petrolífero, Andrés Riera, quien respalda la huelga. Venezuela es el quinto exportador mundial de crudo, pero “hasta ahora no se han afectado las exportaciones”, señaló Chávez, aunque seguidamente dijo que eso “pudiera ocurrir”.
El presidente venezolano no descartó emitir un decreto que obligue a reanudar tareas en la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Chávez dijo que el “sabotaje” en PDVSA es mayor que el ocurrido en abril, cuando en el marco de otra huelga en apoyo a gerentes de la petrolera se desató un golpe de Estado –que se probó efímero– contra él. Para amortizar el daño, el gobierno comenzó a tomar militarmente los buques fondeados frentea los puertos y extremar los planes de contingencia para mantener operando la industria. Para la noche de ayer estaba previsto retomar la mesa de negociaciones, hasta ahora una búsqueda infructuosa a una salida de la crisis nacional. La mesa de diálogo había comenzado el 8 de noviembre, bajo la mediación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, pero luego fue suspendida por el paro.

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Simpatizantes del presidente Hugo Chávez marchan con una gran bandera ayer en Caracas.
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