EL MUNDO › MATARON AL VICEALCALDE DE KANDAHAR Y A TRES NIñOS

Asesinato en Afganistán

El asesinato del vicealcalde fue el último de una serie de ataques en la ciudad de Kandahar, que ya mataron a una docena de empleados del gobierno. Horas antes, un burro cargado con explosivos fue detonado a distancia y mató a tres niños.

 Por Julius Cavendish *

Desde Kabul

Asesinos mataron al vicealcalde de Kandahar ayer mientras la violencia en la segunda ciudad más importante de Afganistán continuaba y escapaba al control ante un ataque planeado de la OTAN. Hombres armados entraron a una mezquita donde Azizullah Yarmal estaba orando con la cabeza gacha y le dispararon a quemarropa, según un vocero del gobernador de Kandahar.

Fue el último de una serie de ataques en la ciudad de Kandahar que ya mataron a una docena de empleados del gobierno. Horas antes, un burro cargado con explosivos fue detonado a distanciay mató a tres niños de una prominente familia pro gobierno. El talibán, que se dice que aumenta su campaña en la ciudad de Kandahar mientras las operaciones de la OTAN y del gobierno afgano crecen, se adjudicó el asesinato. Dijo que Yarmal fue asesinado porque “estaba trabajando para un gobierno títere”.

La OTAN señaló que planea aplastar los bastiones talibán en los distritos rurales que rodean a Kandahar, en el sur de Afganistán, con 15.000 tropas adicionales. “Será una serie de operaciones individuales en la ciudad de Kandahar y los distritos que la rodean, conducidas por fuerzas afganas para mejorar gradualmente la seguridad, paso a paso, no en un solo golpe.” Al mismo tiempo la alianza espera reparar el entramado político de la ciudad fortaleciendo las instituciones gubernamentales, marginando las bandas criminales locales y fomentando una forma de gobierno más inclusiva a través del uso de “shuras” o concejos tradicionales.

Los residentes temen que la lucha en los distritos distantes desplazará a un número enorme de gente del pueblo, creando un influjo de refugiados. “El gobierno llevó a cabo una operación en Marjah”, dijo un miembro del concejo provincial, Haji Moqtar Ahmed. “Pienso que no hubo resultados. Fracasó. Si comienzan sin consultar a la gente común, miles de familias se mudarán a Kandahar. Será una gran miseria.”

El presidente Hamid Karzai y los altos funcionarios de la OTAN visitaron la ciudad de Kandahar para prometer a los mayores de la tribu que ninguna operación tendrá lugar sin su consentimiento. La confianza en esta promesa está abiertamente en duda. Los habitantes de la ciudad de Kanhahar temen que los meses venideros sean sangrientos.

En su blog, Alex Strick van Kinschoten, un investigador holandés quien es uno de un puñado de europeos en Kandahar, informó sobre un empresario prediciendo que la segunda ciudad de Afganistán se enfrentaba a la destrucción. “Llega la tormenta”, dijo el empresario. “Trato de decirle a la gente aquí, pero parece que todos están ocupados arreglando el techo que filtra o la puerta que chirria. La tormenta destruirá todas sus casas y la ciudad. Llega la tormenta. Tienen dos opciones: o se van ahora, o bajen a su bunker y rueguen que pase la tormenta y que dentro de seis meses estén todavía vivos.”

El jueves pasado, el talibán bombardeó un complejo que alojaba a contratistas financiados por Estados Unidos trabajando en proyectos de desarrollo en Kandahar, matando a tres afganos e hiriendo a muchos más. Según citaron los funcionarios estadounidenses en el Washington Post, éste era el último indicador de que los insurgentes estaban apuntando a proyectos de desarrollo para evitar que la OTAN y el gobierno afgano diera servicios al pueblo afgano como parte de su intento de ganárselo.

La estrategia de la OTAN para Kandahar fue puesta a prueba parcialmente en su campaña para restaurar el control del gobierno sobre la ciudad de Marjah en el vecino Helmand. La campaña que comenzó en febrero ha sido demorada por el talibán. Un diplomático occidental advirtió que Kandahar representaba un problema mucho más complejo. “Es un desafío inmenso. Es tanto más complicado en Kandahar. Y se acerca mucho más al poder central del estado y como uno gobierna.”

Un reciente informe de la OTAN apoya la noción de que los insurgentes son sólo uno de los problemas de Kandahar. “Los resultados de esta encuesta indican una corrupción endémica, junto con una falta de seguridad y servicios básicos en la provincia de Kandahar”, decía. “Colectivamente esto establece condiciones para que una población privada de representación responda o bien no apoyando al gobierno debido a su inhabilidad para dar mejoras en la calidad de vida, o, peor aún, apoyando al talibán.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Tras el atentado, un soldado controla el tránsito en Kandahar.
Imagen: EFE
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