EL MUNDO › OCHO PAISES ROMPIERON FILAS CON LA UNION Y APOYARON A EE.UU.

Esta sí que es una Europa como uno

Después que la semana pasada Donald Rumsfeld causara un escándalo al calificar a Alemania y Francia como “la vieja Europa” por su negativa a apoyar la guerra contra Irak, ayer apareció la “nueva”: Dinamarca, España, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Polonia, Portugal y la República Checa tomaron partido con EE.UU.

Por Ian Black *
Desde Bruselas

Las divisiones de Europa sobre Irak quedaron anoche cruelmente expuestas después de que José María Aznar, Tony Blair y otros seis líderes pidieran a todo el continente que apoyara a Estados Unidos en la batalla para desarmar a Saddam Hussein. Los líderes de Gran Bretaña, España, Italia, Portugal y Dinamarca, actuales miembros de la Unión Europea, se alinearon con sus contrapartes de Polonia, Hungría, y la República Checa –todas las cuales van a unirse al club el año que viene–, para cerrar filas con Washington.
La convocatoria de la llamada “banda de los ocho” estuvo cuidadosamente calculado para desairar a Alemania y Francia, ambos importantes opositores a la guerra, que están bloqueando pasos de la OTAN para dar incluso un apoyo militar limitado a Estados Unidos. Los ocho recordaron a Jacques Chirac y a Gerhard Schroeder que ellos también habían firmado la resolución 1441 de la ONU, que en sí fue una victoria para los intentos europeos de mantener a la crisis en la senda multilateral. Pero la semana pasada Francia y Alemania fueron claras en que tratarían de bloquear la acción militar contra Irak. Donald Rumsfeld, el duro secretario de Defensa de Estados Unidos, los caracterizó luego despectivamente como “la vieja Europa”.
El llamado de ayer, orquestado por José María Aznar, el premier español de centroderecha, mezcló cuidadosamente lo viejo con lo nuevo, pero conspicuamente incluyó a sólo cinco de los actuales 15 Estados miembro de la Unión Europea. Jan-Peter Balkenende, el premier holandés, fue invitado pero se negó a firmar. Polonia, Hungría y la República Checa, los primeros ex países comunistas que se unieron a la OTAN en 1999, son instintivamente más pronorteamericanos que algunos viejos aliados. El mensaje de los Ocho fue que a pesar de la tensiones, Europa y Estados Unidos deben seguir trabajando juntos. “La relación transatlántica no debe convertirse en una contingencia de los persistentes intentos del actual régimen iraquí para amenazar la seguridad mundial”, escribieron. Sólo Alemania se ha opuesto a la acción militar bajo cualquier circunstancia, y en general se considera que ha quedado aislada. Francia, Bélgica, Austria, Suecia, Grecia y Finlandia quieren darle a los inspectores de la ONU más tiempo e insisten en hacer lo posible por buscar una solución pacífica. Si hubiera guerra, se cree que Francia terminará por participar, como lo hizo en 1991. Dominique de Villepin, su canciller, describió anoche la carta de “la banda de los ocho” como una “contribución al debate”.
En Bruselas, sin embargo, había un franco desagrado ante este último golpe a los intentos de la Unión Europea para tener una sola voz en la escena mundial. Grecia, que actualmente ejerce la presidencia rotativa del organismo, no fue consultada. Tampoco lo fueron Chris Patten, el comisionado de la Unión Europea, ni Javier Solana, su jefe de política exterior. Los diplomáticos dijeron que el momento de la llamada fue especialmente malo, sucedido después de que los cancilleres de la UE buscaran un enfoque de mínimo común denominador para la crisis, al exigir que Irak se desarme usando la ruta de la ONU. “En el contexto de los intentos de Rumsfeld de dividir a los europeos, obviamente no ayuda que se emitan declaraciones separadas de esta forma”, dijo un alto funcionario.
La declaración de cancilleres del lunes no mencionó cuestiones cruciales sobre el calendario y la posible acción militar, que ahora seguramente involucrará a varios países europeos, aunque sólo sea en forma simbólica. La división europea también es nociva para la OTAN, donde la estrategia está paralizada porque Alemania y Francia, apoyadas por Bélgica y Luxemburgo, se niegan a discutir un modesto pedido de EE.UU. de brindar protección antimisiles a Turquía, así como aviones de vigilancia AWACS, planeamiento, puertos, bases, espacios aéreos y lugares para reabastecimiento de combustible. Parece claro que sobre Irak, la mayor crisis internacional en muchos años, la UE está destinada a quedarse a un lado, aunque seguramente se espera que ayude a pagar la reconstrucción de posguerra del país. El presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, Elmar Brok, se quejó anoche de que ha desaparecido cualquier posibilidad de que se escuche la voz de Europa. “Ha comenzado la carrera de los vasallos”, dijo.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Tony Blair, de Gran Bretaña, y José María Aznar, de España, son el flamante “eje del bien”.
 
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