EL MUNDO › ADVERTENCIA DE EGIPTO, ALIADO CLAVE DE WASHINGTON Y LONDRES

“Esta guerra va a conseguir la unión de los grupos terroristas”

Mientras Irak anunciaba ayer que llegaron 5000 voluntarios árabes para continuar la campaña de atentados suicidas contra las tropas angloamericanas, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, dijo en un discurso ante su ejército que “Estados Unidos y Gran Bretaña van a crear cien Bin Laden”.

Por Javier Valenzuela
Desde El Cairo

“Vamos a tener un centenar de Bin Laden”, advirtió ayer el presidente egipcio Hosni Mubarak en un discurso sobre la guerra de Irak ante su Tercer Cuerpo del Ejército, con base en el Canal de Suez. Mubarak dijo en voz alta y clara lo que piensan, en Medio Oriente y otras partes, muchos políticos, diplomáticos y expertos: la invasión angloamericana de un país árabe y musulmán sin mandato de Naciones Unidas es contradictoria con la lucha contra el terrorismo islamista. Los partidarios de la jihad terrorista tienen nuevos argumentos y amplían su cantera de reclutas. El canciller iraquí, Naji Sabri, declaró ayer que hay “5000 voluntarios árabes que ya llegaron a Irak para atacar a los invasores”, y un vocero del ejército iraquí fue más explícito aún, aclarando que estos voluntarios y otros iraquíes ya están siendo preparados para cometer ataques suicidas.
“Esta guerra –dijo Mubarak ante los soldados egipcios– va a tener graves repercusiones, incluyendo la unificación de los grupos terroristas. Vamos a tener un centenar de Bin Laden.” Mubarak es una autoridad en el asunto. Llegó al poder tras el asesinato de su predecesor, Anwar el Sadat, por un grupo integrista musulmán y lleva más de 20 años combatiendo con dureza y hasta brutalidad esa corriente. Las organizaciones de derechos humanos calculan que hay encarcelados 30.000 islamistas en el valle del Nilo.
Egipto es la cuna de la jihad contemporánea contra Estados Unidos, Israel y los regímenes árabes prooccidentales. Aquí arrancó la Cofradía de los Hermanos Musulmanes, la rama primigenia de todos los islamismos actuales. Pese que su condición oscila entre la ilegalidad y la tolerancia, los Hermanos Musulmanes constituyen la principal fuerza política de oposición en Egipto y tienen un gran peso cultural y socioeconómico. Aquí también surgieron, desgajados de los Hermanos Musulmanes, grupos violentos como Gamaa Islamiya y Al Jihad, que protagonizaron horribles atentados contra occidentales, incluyendo el que en 1997 mató en Luxor a 56 turistas. Y en Egipto nacieron Mohamed Atta, el líder de los kamikaze del 11-S, y Ayman Al Zawahri, ideólogo y número dos de Al Qaida.
Mubarak no es el único dirigente árabe que ha advertido amistosamente a Bush, Blair y Aznar de la contradicción entre la invasión de Irak y el combate contra el terrorismo islamista. Los gobernantes de Jordania, Arabia Saudita, Líbano y Siria también han expresado su temor a que este conflicto de munición ideológica y humana a las facciones violentas del islamismo. Las imágenes de los civiles muertos en bombardeos norteamericanos y las de la tenaz resistencia iraquí son estos días las más difundidas por la emisora de televisión de Qatar Al Jazeera y las demás televisiones árabes. Mubarak advirtió ayer que esta guerra puede provocar incluso la unificación de grupos islamistas terroristas en una internacional, el sueño de Bin Laden.
El presidente egipcio declaró que, aunque no apoya a Estados Unidos en esta guerra, Egipto no puede cerrar el Canal de Suez a los buques de guerra norteamericanos y británicos, como le piden la oposición parlamentaria y los manifestantes en las calles. Eso, dijo, sería “una violación de la legalidad internacional”. “El paso de los barcos a través del Canal”, recordó, “es un derecho de todos los Estados, excepto si Egipto tomase parte en una guerra, según estipula el Tratado de Constantinopla de 1882”. Mubarak, tradicional aliado de Washington, aunque ahora distanciado por el apoyo de Bush a Ariel Sharon y por su guerra contra Irak, añadió que el cierre del Canal de Suez a los buques de Estados Unidos y Gran Bretaña, “llevaría a esos Estados al uso de la fuerza y nos crearía problemas”.
En todo caso, desde los países de Medio Oriente siguen llegando los “voluntarios árabes” de los que habla el gobierno de Irak. Y entre esos voluntarios se encuentran incluso quienes tuvieron que huir del régimen deSaddam Hussein. Es el caso de unos 50 exiliados iraquíes que salieron en micro de Amán, la capital de Jordania, hacia Bagdad, donde planean combatir contra las fuerzas anglo-estadounidenses. La embajada iraquí en Jordania se encargó de fletar un micro de una empresa iraquí para que los voluntarios lleguen a Bagdad.
En el Líbano, otro país próximo a Irak, unos 280 voluntarios de la ciudad de Baalbek salieron hacia Bagdad, según fuentes de seguridad libanesas, y 36 fueron hacia la embajada iraquí para ofrecerse como
voluntarios. “La obligación de todo musulmán y árabe es ir y defender Irak, porque si no le propinamos una dura lección a esos imperialistas tomarán todo el mundo árabe”, dijo Mohammed Alí, uno de los que asistieron a la sede diplomática. Una residente de Nahleh, cercana a Baalbek, dijo: “Estoy lista para ir, sé que puedo morir, no quiero matar gente, pero lo tendré que hacer para proteger a la gente como aquellos niños a los que les falta la cabeza”. Allí mismo, en Líbano, miles de personas se manifestaron ayer contra la guerra. Miles de libaneses y palestinos pidieron a los países árabes que abran sus fronteras para que los voluntarios vayan a combatir en Irak.

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Hosni Mubarak, preocupado.
 
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