EL MUNDO › AíDA ROBLES, DIPUTADA DE LA IZQUIERDA EN PARAGUAY

La dama de roble

Fue la única que votó en contra del juicio político a Lugo en Diputados. Robles, enfermera y dirigente sindical en tiempos de dictadura, admite que “la falla estuvo en la falta de unidad”.

 Por Mercedes López San Miguel

En la vida de Aída Robles y en la historia de Paraguay quedará grabado el momento en que ella sola votó en contra del juicio político a Fernando Lugo y 76 diputados votaron a favor. Una frente a 76, sintiendo impotencia y desilusión. Así se iniciaba el 21 de junio pasado la destitución del mandatario que se completaría al día siguiente en el Senado con otra votación escandalosa: 39 legisladores dijeron que sí al juicio político, tres se opusieron. “Dolió mucho, como te puedes imaginar. El nivel acusatorio daba vergüenza, no había pruebas, nada contundente”, afirma Aída Robles del otro lado de la línea telefónica con un tono que eleva cuando dice “vergüenza” al rememorar el juicio que se realizó en 24 horas y con él se cambió drásticamente el rumbo político de su país. A Lugo se lo responsabilizó por la masacre de Curuguaty cuando todavía la investigación sobre ese trágico hecho estaba en curso.

Aída Robles recuerda que sus compañeras del gremio de las enfermeras la convencieron de encabezar la lista de diputados por el Departamento Central. Durante 28 años Robles trabajó en el Hospital de Clínicas y fue dirigente sindical de las enfermeras en épocas de dictadura stronista. “Aída se destacó por ser combativa, por denunciar que hacían falta insumos y hospitales en las ciudades departamentales y que los salarios eran muy bajos. Estábamos luchando en las calles”, afirma Antonio López, dirigente de la Central Nacional de Trabajadores, una de las cuatro centrales sindicales importantes de Paraguay. López subraya que esa lucha no fue en vano. “Actualmente, el salario de las enfermeras está mejor remunerado y hay más presupuesto en salud.”

Robles, de 58 años, madre y abuela, ganó la banca en 2008 por el Partido Popular Tekojoja liderado por el senador Sixto Pereira. Hoy esta mujer ocupa la banca por el Partido de Participación Ciudadana, una agrupación de izquierda de creación reciente. Ambos partidos son parte del conglomerado Frente Guasú (Frente Grande) que apoyó la candidatura de Fernando Lugo en alianza con el tradicional Partido Liberal Radical Auténtico. La legisladora atribuye a la falta de experiencia política de los movimientos de izquierda el hecho de que consiguieran sólo cuatro asientos en el Congreso –el suyo en Diputados y tres más en el Senado, incluyendo el de Sixto Pereira–. “Tendríamos que haber armado una lista única para que haya una mayor representación de la izquierda. La falla la tuvimos en la falta de unidad y de experiencia política.” Sin dudar, Aída Robles también señala que no esperaban la actitud desleal de los liberales, si bien entiende mirando hacia atrás que fue atípica y cada vez más espinosa la alianza con ellos. “El Partido Liberal es la segunda fuerza del país después del Partido Colorado. Los liberales desde hace tiempo venían dando señales de que no aceptaban los cargos que tenían y trababan proyectos del gobierno. Hasta que se volcaron en contra de Lugo junto con los colorados.”

Una de esas malas señales que dieron los liberales fue su rechazo permanente a aprobar el Impuesto a la Renta Personal y que, tras la salida de Lugo, aprobaron sin titubear. Otra iniciativa impulsada por el hoy ex presidente y que fue frenada en el Congreso es el gravamen a la exportación de granos de soja, medida resistida por grupos económicos que tenían fuerte vinculación con los legisladores.

La destitución de Lugo fue un plan bien elaborado. Veintitrés veces intentaron llevar al presidente a juicio político antes. Robles lamenta que se haya frenado a un gobierno que venía aplicando políticas en favor de los sectores más necesitados. Un ejemplo es el Programa de Transferencias de Ingresos Condicionados, una asistencia que se brinda a la madre si presenta la libreta de vacunación y la inscripción de su hijo a la escuela. Otro plan social se llama Programa Tekopora (vivir bien), que apunta a garantizar alimentos, salud y educación a la población pobre de la ciudad y de las zonas rurales. “A partir del gobierno de Lugo los sectores populares pudieron acceder a la salud de forma gratuita. Los niños recibieron alimentación adecuada en las escuelas: un vaso con leche y un complemento alimentario. Se crearon planes para embarazadas. Se profundizó la ayuda a personas de bajos recursos y a los jubilados”, señala Aída Robles.

La enfermera, la dirigente sindical y la única diputada que votó en contra de la destitución de Lugo seguirá dando batalla, de cara a los comicios de abril. “Hoy somos veinte organizaciones que conformamos el Frente Guasú. Esperamos llegar con un acuerdo para armar una lista única.” Lo dice una mujer que sabe de lealtades.

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Robles ocupa una banca por el Partido de Participación Ciudadana.
 
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