EL MUNDO › UN DOBLE ATAQUE SUICIDA OPACO LA NEGOCIACION EN MEDIO ORIENTE

La Hoja de Ruta quedó cubierta de sangre

Tras los atentados kamikazes palestinos de ayer en Jerusalén, el premier israelí, Ariel Sharon, canceló su viaje a EE.UU. y ordenó el cierre de acceso a los territorios autónomos en Gaza y Cisjordania. Así se frenaron los pasos hacia la puesta en marcha del plan de paz, la Hoja de Ruta.

Bajo el actual escenario, el plan de paz entre israelíes y palestinos queda suspendido. Nueve personas murieron ayer de madrugada en dos atentados suicidas en Jerusalén. El primero dejó ocho muertos, entre ellos el kamikaze palestino y 20 heridos. En el segundo ataque murió otro suicida palestino. El doble atentado ocurrió un día después de que quedara opacada por episodios de violencia la reunión entre el primer ministro israelí Ariel Sharon y su par palestino, Mahmud Abbas. Sharon canceló su viaje a Washington de este martes, que hubiera avanzado sobre la “Hoja de Ruta” que patrocina la administración Bush. Varios funcionarios israelíes exigieron la expulsión del líder palestino Yasser Arafat, pero Sharon se rehusó. Tras los ataques, el gabinete israelí tuvo una reunión de emergencia luego de la cual decidió cerrar los accesos a los territorios autónomos palestinos en Gaza y Cisjordania.
Al amanecer del domingo, un kamikaze palestino detonó la bomba que llevaba encima mientras viajaba en un colectivo por un barrio del sudeste de Jerusalén. Murieron seis pasajeros israelíes, entre ellos tres mujeres, y uno palestino. Y 20 personas resultaron heridas, cuatro de ellas en estado grave. Según el jefe de la policía israelí, Shlomo Aharonishki, el kamikaze “iba disfrazado de judío religioso y llevaba una kippa en la cabeza”. Sin embargo, fuentes palestinas señalaron que era un estudiante de Hebrón, en Cisjordania. Y que probablemente militaba en el movimiento islamista Hamas. El último atentado suicida en Jerusalén fue en noviembre pasado. El comandante de la policía israelí en Jerusalén, Micky Levy, anunció anoche el desmantelamiento de una “célula del Hamas integrada por ocho peligrosos activistas residentes en el este de Jerusalén”. El segundo atentado ocurrió poco después del primero en un retén de una ruta de la zona. Un palestino hizo estallar la bomba que llevaba entre sus ropas. Murió pero no hubo otras víctimas.
La ola de atentados empezó el sábado a la noche poco antes de la reunión entre Sharon y el primer ministro palestino Mahmud Abbas en la casa que el mandatario israelí tiene en Jerusalén. El primer ataque suicida fue en Hebrón y mató a una pareja de colonos judíos y al palestino que detonó la bomba. Más tarde, dos israelíes resultaron heridos cuando una brigada de los Mártires de Al Aqsa, vinculado con el Movimiento Fatah del presidente palestino Yasser Arafat, atacó una colonia de Cisjordania. Los ataques opacaron la reunión entre Sharon y Abbas, que iban a discutir la “Hoja de Ruta”, un plan de paz internacional que promueven Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU. Este prevé el fin de la violencia de la Intifada, el congelamiento de la colonización judía en los territorios ocupados y la creación de un Estado palestino para el 2005.
Anoche, Sharon se reunió de emergencia con su gabinete y canceló la reunión que iba a tener este martes con Bush en Washington. También envió un comunicado, donde dijo que está decidido a “hacer progresos y, de ser posible, lograr la calma, la seguridad y una auténtica paz con los palestinos”. Y que el Estado de Israel continuará “luchando en todas partes, en todo momento y por todos los medios posibles contra el terrorismo”. El secretario de Estado norteamericano Colin Powell condenó los atentados del fin de semana en Israel y pidió a los palestinos que tomen “medidas inmediatas y decisivas para erradicar la infraestructura del terrorismo y la violencia”. También dijo que los ataques causaron “el trágico derramamiento de sangre de israelíes y palestinos y que socava las aspiraciones del pueblo palestino”.
Durante el encuentro con su gabinete Sharon rechazó los pedidos para expulsar a Arafat que le hicieron varios de sus ministros, entre ellos el de Defensa Shaul Mofaz. El vocero del gobierno israelí Raanan Gissin mencionó la posible salida de Arafat de los territorios palestinos y lo acusó “de abrir la vía a la sangre y al terrorismo”. Y otro de los voceros, Avi Pazner, lo acusó de armar “una alianza” con el Hamas y la Jihad para “sabotear” la misión de Abbas. Hamas y Jihad son los dosmovimientos islámicos responsables de la mayoría de los atentados contra israelíes.
Pero la respuesta del líder palestino no se hizo esperar. “¿Ustedes les creen a los israelíes y no me creen a mí?”, preguntó enojado Arafat cuando la cadena estadounidense Fox lo llamó por teléfono para entrevistarlo. “Denme pruebas”, exigió. Después de condenar los últimos ataques contra blancos israelíes dijo que está “completamente de acuerdo con la paz”. Cuando Fox le preguntó sobre sus relaciones con Abbas, dijo que le dio su apoyo y que continuaría haciéndolo. “No se olviden que también tengo un papel que jugar, ya que fui elegido”, dijo refiriéndose al pedido de expulsión que hicieron los israelíes. Después de los atentados y de un breve toque de queda, el domingo a la mañana el ejército israelí bloqueó en parte los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Gaza. Por la tarde, el bloqueo era total.

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Un ortodoxo mira la escena tras el atentado suicida del micro que iba al centro de Jerusalén.
El palestino suicida iba disfrazado de religioso y llevaba una kippa en la cabeza, dijo la policía israelí.
 
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