EL MUNDO › LULA ANTE LA CUT, LA CENTRAL SINDICAL QUE FUNDO

Nao tem por qué hablar inglés

“No necesito hablar inglés para ser respetado en el mundo. Para serlo, simplemente tengo que hablar la lengua de 170 millones de brasileños”, dijo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, refiriéndose a la reciente cumbre del G-8. Y propuso que Brasil, China, India y Sudáfrica formen un “Bloque del Sur” porque “no necesitamos que el G-8 los convoque para hablar de nuestras reivindicaciones”, dijo. Lula hizo estas declaraciones en San Pablo durante la reunión plenaria del Octavo Congreso de la Central Unica dos Trabalhadores (CUT), la más importante de Brasil. Fue fundada por Lula hace 20 años, pero durante su discurso el presidente fue abucheado por su política económica.
El Congreso es la instancia de decisión más importante de la CUT, central que agrupa a 22 millones de trabajadores. Se reúne cada tres años y esta semana votará una declaración de apoyo al gobierno de Lula. Pero las facciones históricas del sindicato repudian la política económica de Lula y el 30 por ciento de los funcionarios públicos rechaza la reforma de las pensiones que reduce algunos de sus beneficios. “Lula sigue la política del FMI”, denunció Paulo Barela, delegado del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU). “Fue elegido con una esperanza fantástica y está siguiendo las políticas neoliberales”, agregó. En su discurso inaugural, Lula fue abucheado por algunos sectores del congreso, que desplegaron pancartas contra la reforma del sistema de pensiones propuesta por su gobierno. El presidente dijo que no le preocupan los abucheos “porque los creo tan importantes como los aplausos”. En 1980, “me silbaron por crear el Partido de los Trabajadores (PT) y la CUT”, dijo Lula, que según las encuestas goza del 78 por ciento de popularidad. Y agregó que no olvidará los compromisos que asumió con la presidencia.
De todas formas, la CUT presentó propuestas para cambiar el proyecto de pensiones y varios de sus sindicatos convocaron a una marcha de protesta en Brasilia el 11 de junio. El presidente de la central, Joao Felicio, advirtió que “no nos convertiremos en apéndice del poder público del Estado” y que la central será crítica cuando sea necesario. Durante su discurso, Lula también se refirió a la cumbre del G-8, de la que acaba de regresar. Si establecemos “una política de intercambio entre nosotros, el G-8 nos llamará y respetará mucho más”, dijo Lula sobre los posibles integrantes del “Bloque del Sur”: Sudáfrica, Brasil, India y China.

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