EL MUNDO › LAS PROMESAS DEL FLAMANTE PRESIDENTE SALVADOR SáNCHEZ CERéN

Seguridad, empleo y educación

Sánchez Cerén prometió gobernar para todos los salvadoreños y mantener su compromiso con la justicia social. Se suma de esta manera a la tradición iniciada por otros ex guerrilleros como Mujica y Rousseff.

Salvador Sánchez Cerén asumió la presidencia de El Salvador. Al ser investido oficialmente, el maestro de 69 años se suma a la tradición iniciada por otros ex guerrilleros que fueron elegidos presidentes en sus países: Raúl Castro, en Cuba; José Mujica, en Uruguay; Dilma Rousseff, en Brasil, y Daniel Ortega, en Nicaragua. Ayer juró en un acto en el que prometió gobernar para todos, mantener un compromiso irrenunciable con la justicia social y combatir la corrupción. Además de jefe de Estado, Sánchez Cerén ocupará el cargo de comandante general de las Fuerzas Armadas. El flamante mandatario ganó la presidencia el 9 de marzo, por segunda vez consecutiva por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), durante la segunda ronda electoral en la que derrotó a su principal adversario, Norman Quijano, candidato de la opositora y derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Sánchez Cerén había vencido en la primera vuelta a Quijano por casi 10 puntos, pero ese margen quedó reducido en la segunda ronda a 0,22 puntos porcentuales (50,11 por ciento sobre 49,89 por ciento), según datos del Tribunal Supremo Electoral.

Durante la ceremonia de asunción, Sánchez Cerén manifestó que los recursos del pueblo son sagrados y sólo deben utilizarse para el desarrollo y el bienestar del mismo, y aseguró que seguridad, empleo y educación serán las prioridades de su gestión al frente del FMLN. El presidente remarcó que recibía con humildad y profundo respeto la banda presidencial que le colocó el titular del Parlamento, Sigfrido Reyes, luego de tomarle el juramento constitucional. A su asunción asistieron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Costa Rica, Luis Guillermo Solís; de la República Arabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz; de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de República Dominicana, Danilo Medina; y el vicepresidente argentino, Amado Boudou.

El nuevo gobierno, dijo Sánchez Cerén, trabajará por una mayor integración del país al mundo y para ampliar las relaciones comerciales, y su tarea será llevada a cabo con honestidad, austeridad, eficacia y transparencia. “Trabajaré incansablemente para promover acciones que faciliten los cambios estructurales que El Salvador necesita”, remarcó el jefe de Estado, quien subrayó que, como ocurriera durante la gestión del saliente mandatario Mauricio Funes, el espíritu del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980, guiará a este nuevo gobierno.

Sánchez Cerén aseguró que garantizará la gobernabilidad, la inclusión social, la seguridad jurídica y otros beneficios para los salvadoreños, y pidió a sus connacionales que ejerzan “una contraloría social, que exijan compromisos éticos a sus funcionarios”. Funes estuvo en el acto, pese a que su madre murió anteayer, y por eso se realizó un minuto de silencio en su homenaje. Llegó acompañado de su esposa, Vanda Pignato, y apoyándose en un bastón, debido a sus problemas por una fractura de cadera.

Otro que juró en la ceremonia fue el nuevo vicepresidente y también ex combatiente guerrillero, Oscar Ortiz, quien durante cinco períodos consecutivos, desde 2000 hasta el año pasado, fue alcalde del municipio de Santa Tecla. Sánchez Cerén integró el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) durante los 12 años en los que se extendió el conflicto armado interno, desde 1980 a 1992.

En buena parte de su discurso se refirió a ese pasado, por ejemplo, cuando admitió que el Estado salvadoreño tiene una deuda moral con los desaparecidos del conflicto armado y sus familias “que debe ser solventada” y cuando prometió reivindicar la memoria histórica e impulsar iniciativas que ayuden a que se conozca la verdad. “Es tiempo también de asumir la responsabilidad con las personas lisiadas y los ex combatientes”, destacó, y se comprometió a atender y dar los beneficios necesarios para que los familiares de los combatientes caídos puedan reincorporarse plenamente a la vida social y laboral del país.

El conflicto armado interno dejó al menos 75.000 muertos, 8000 heridos y 12.000 desaparecidos, según datos oficiales. Al llegar al recinto parlamentario donde asumió como presidente, Sánchez Cerén fue saludado por cerca de 6000 asistentes al grito de “¡Sí se pudo, sí se pudo!”, y “El pueblo unido, jamás será vencido”.

Compartir: 

Twitter

Sánchez Cerén dijo que el espíritu del arzobispo Oscar Arnulfo Romero guiará su gobierno.
Imagen: EFE
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.