EL MUNDO › TERMINó LA BúSQUEDA DE CUERPOS Y COMENZó LA INVESTIGACIóN SOBRE EL AVIóN ABATIDO EN UCRANIA

Los pro rusos entregan las cajas negras

Los cadáveres de los casi 300 pasajeros y tripulantes del avión derribado el jueves pasado ya pasaron de las manos de los rebeldes pro rusos a las de los expertos internacionales. La ONU pide una investigación independiente.

Los cadáveres de los casi 300 pasajeros y tripulantes del avión abatido en Ucrania ya pasaron de las manos de los rebeldes pro rusos a las de los expertos internacionales, tras haber sido embarcados en un tren refrigerado a cero grado con destino a Jarkov. Los separatistas del Este anunciaron también el envío de las cajas negras del Boeing. Esto sucede en medio del cruce de acusaciones entre Rusia y Ucrania. El estado mayor de las fuerzas armadas rusas afirmó ayer haber detectado un caza ucraniano, probablemente un SU-25, volando muy cerca del avión malayo derribado el jueves pasado. El presidente Petro Poroshenko negó tal acusación y sugirió que Moscú debía presentar pruebas públicamente. En tanto, el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, no se pronunció sobre el tema, pero pidió a Rusia que ejerza su influencia sobre los separatistas ucranianos para que los investigadores internacionales tengan acceso inmediato y pleno al lugar donde se estrelló el avión comercial. Y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó ayer en Nueva York una resolución en la que solicita una investigación independiente del derribo de la aeronave.

La denuncia rusa la hizo el general Andrei Kartapolov, jefe de la dirección de operaciones del estado mayor, durante una conferencia de prensa en la que desmintió además que hubiera entregado misiles a los insurgentes de Ucrania y emplazó a Estados Unidos a divulgar las pruebas que lo demostrarían, en caso de que las tengan. Kartapolov afirmó que se observó el ascenso de un avión de la fuerza aérea ucraniana, posiblemente un SU-25, a una distancia de 3 a 5 kilómetros del Boeing, y que el ejército ucraniano trasladó una batería de misiles BUK desde Donetsk hacia un área cercana controlada por los insurgentes poco antes del derribo. El militar presentó fotos que, dijo, demuestran sus afirmaciones. “Uno se pregunta por qué la batería terminó en esa zona, cerca del territorio controlado por las milicias y justo antes de la tragedia”, dijo Kartapolov, y reiteró el pedido a Washington para que entregue a la comunidad internacional las fotos de satélite que tenga del día en que se estrelló el avión malayo. Poroshenko, por su parte, respondió a través de la CNN. “Esto es falso y estamos abiertos a cualquier investigación”, dijo, tras lo cual pidió pruebas de las acusaciones.

El presidente ucraniano afirmó ante la TV que “todos saben que todos los aviones ucranianos estaban en tierra a muchos kilómetros (del sitio del accidente) cuando se produjo el siniestro”, informó la agencia rusa Itar Tass. El tren con los cadáveres –que habían permanecido cuatro días abandonados en tierra de nadie– recibió ayer el visto bueno de tres forenses llegados de Holanda, los primeros expertos extranjeros en examinar su estado de conservación. Los médicos holandeses abrieron los vagones estacionados en la localidad de Torez para examinar los cuerpos en presencia de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Ucrania, encabezada por el suizo Alex Hug. Luego de varias horas de negociaciones, los insurgentes pro rusos dieron su acuerdo para el traslado de los cuerpos, y el viceprimer ministro ucraniano Vladimir Groisman dio por concluida la búsqueda. Los separatistas entregaron las cajas negras del avión de Malaysia Airlines a representantes del gobierno holandés y del gobierno malayo, informó el diario ucraniano Kiev Post. La entrega tuvo lugar durante una conferencia de prensa en la ciudad de Donetsk, controlada por los separatistas, de la que participaron medios internacionales. En Jarkov, los restos fueron recibidos por una treintena de expertos, en su mayoría de Holanda –193 víctimas eran de esa nacionalidad– y Malasia, país al que pertenecía el Boeing 777 accidentado frente a la aldea de Grabovo. Después de someterlos a examen, los restos serán repatriados, aunque cabe la posibilidad de que algunos familiares puedan viajar a Jarkov para identificarlos personalmente.

En el documento que aprobaron ayer, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenan el derribo del avión y expresan sus condolencias a los familiares de las víctimas. Y piden una “investigación amplia, profunda e independiente” de la caída del vuelo MH17 en el este de Ucrania, en la que la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO) juegue un papel central. También exigen el acceso inmediato y sin obstáculos de los expertos al lugar del siniestro.

Mientras tanto se producían enfrentamientos en las afueras de Donetsk y el comandante de las fuerzas de los separatistas, Igor Strelkov, decretó el toque de queda, lo que confirió a la localidad de un millón de habitantes el aspecto de una ciudad fantasma: mucha gente envió a sus hijos al campo o a Crimea para protegerlos. Decenas de personas, en su mayoría civiles, pueden haber muerto en los combates que estallaron cuando varios tanques ucranianos lanzaron una incursión en la ciudad que fue repelida con mucha dificultad por los milicianos.

“Los combates tienen lugar en todo el perímetro de la ciudad. La situación es muy complicada. La aviación bombardea también sobre la estación ferroviaria”, dijo uno de los líderes de los sublevados, Andrei Purguin.

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El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, deposita flores en la Embajada de Malasia en Kiev.
Imagen: EFE
 
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