EL MUNDO › SENTENCIAN A UN PALESTINO POR EL CRIMEN QUE DESATó LA úLTIMA OCUPACIóN DE GAZA

Tres perpetuas por matar a tres colonos

El ataque contra tres jóvenes estudiantes religiosos judíos perpetrado en junio del año pasado desató una ola de arrestos en Cisjordania, atentados palestinos en Jerusalén y una sangrienta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza.

Una corte israelí sentenció ayer a un palestino de 41 años a tres cadenas perpetuas por el asesinato de tres jóvenes estudiantes religiosos judíos perpetrado en junio del año pasado, ataque que de-sató una ola de arrestos en Cisjordania, atentados palestinos en Jerusalén y una sangrienta ofensiva israelí contra la Franja de Gaza. El tribunal, que la semana pasada había declarado culpable a Hussam Kawasmeh de los tres asesinatos, lo sentenció a una cadena perpetua por cada joven fallecido y a pagar 53 mil euros a cada una de las familias de las víctimas, según el informe difundido por la corte, citado por el diario local Haaretz. En agosto pasado, Kawasmeh fue detenido. “El acusado asesinó de forma fría y terrible a tres adolescentes que querían regresar a sus casas. La vida de los tres fue cercenada y la vida de sus familiares cambió de forma radical”, dijo el magistrado militar Menahem Lieberman al leer la sentencia contra Kawasmeh.

El activista del movimiento islamista Hamas, que actuaba en la zona de la ciudad cisjordana de Hebron, fue según la acusación israelí el vínculo entre la milicia de Hamas en Gaza y los dos autores materiales del secuestro y asesinato de Gilad Sheer, Naftali Frenkel y Eyal de Yifrah, de entre 16 y 19 años, que subieron al coche de sus captores cuando hacían dedo en un cruce de Cisjordania. Su de-saparición conmocionó a la sociedad israelí y provocó una ola de arrestos de palestinos y redadas de las fuerzas de ocupación israelíes a lo largo de Cisjordania.

Después de tres semanas de una frenética y violenta búsqueda que dejó cinco palestinos muertos, Tel Aviv encontró los tres cuerpos sin vida. Dos días después, y en aparente represalia por la muerte de los tres estudiantes, un joven palestino fue secuestrado en Jerusalén Este y sus atacantes, presuntamente tres israelíes actualmente imputados, lo prendieron fuego. Este nuevo asesinato marcó el inicio de una serie de atentados de jóvenes palestinos contra civiles israelíes en Jerusalén, que a lo largo de varios meses dejó varios muertos y heridos. En medio de esta creciente tensión, que llegó a hacer temer la explosión de una tercera Intifada palestina, Israel lanzó su tercera ofensiva militar masiva contra la Franja de Gaza en seis años.

Apenas ocho días después de que aparecieran los cuerpos de los tres estudiantes israelíes, Tel Aviv inició una campaña de bombardeos que en 51 días dejó más de 2100 palestinos muertos, la mayoría civiles, y cientos de miles de desplazados, que vieron sus hogares destruidos junto con una parte importante de la infraestructura vital del pequeño y empobrecido territorio. En total, 72 personas murieron del lado israelí, en su mayoría soldados.

Un mes después de la detención de Kawasmeh, las fuerzas israelíes mataron a dos jóvenes palestinos sospechosos de haber sido los responsables materiales del crimen de los jóvenes israelíes. El ejército israelí dijo entonces que los jóvenes palestinos murieron en un enfrentamiento armado, pero el gobierno palestino sostuvo que fueron ejecutados por los soldados. Los sospechosos palestinos fueron identificados como militantes del movimiento islamista Hamas, y el gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu acusó directamente a esa fuerza de haber planeado los asesinatos. Pese a justificar el atentado, el movimiento islamista, que hacía unos meses se había sumado a un gobierno de unidad nacional con el presidente palestino Mahmud Abbas, negó cualquier vinculación con los asesinatos y dijo que los acusados actuaron solos.

“Su plan para un atentado con fines negociadores fracasó. El secuestro fue un terremoto que conmovió la región. El objetivo del secuestro era estratégico para conseguir la liberación de presos palestinos, pero causó un grave daño a la sociedad”, dijo ayer el juez al calificar el caso como uno de los más graves que ha vivido la región. La búsqueda de los jóvenes, que fueron enterrados en un descampado de la familia del acusado en las afueras de la ciudad cisjordana, movilizó a decenas de miles de soldados y voluntarios y condujo al arresto de cientos de activistas de Hamas en el territorio ocupado de Cisjordania.

Según el servicio secreto israelí Shin Bet, Kawasmeh confesó durante un interrogatorio que había participado en los planes de asesinato. Otros dos sospechosos, Amer Abu Aisheh y Marwan Qawasmeh, que habrían ejecutado los crímenes, siguen prófugos, indicó el servicio secreto. Los tres hombres habrían pedido prestado 220 mil shekels (unos 47 mil euros o 60 mil dólares) para organizar y ejecutar los asesinatos. Con el dinero habían comprado dos automóviles. Uno fue utilizado para el secuestro y el otro para huir de la escena del crimen, informó Shin Bet. Además habrían comprado dos fusiles y dos pistolas.

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Hussam Kawasmeh, sentenciado a tres perpetuas y Amer Abu Aisheh, que sigue prófugo.
 
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