EL MUNDO › LA PRENSA ITALIANA PUBLICA UN BORRADOR DEL TEXTO DE FRANCISCO ANTES DE SU DIFUSIóN OFICIAL

Llega el anticipo de la encíclica ecológica

Según el Papa, hay ciertas cosas de la naturaleza que son bienes comunes, como el clima y el agua potable. Alude a las responsabilidades de la política internacional y de un cierto modo de entender la economía como causantes de la degradación del medio ambiente.

 Por Elena Llorente

Página/12 En Italia

Desde Roma

El documento, al parecer un borrador de la verdadera encíclica del papa Francisco sobre temas ecológicos que será oficialmente dada a conocer mañana, salió publicado en la versión Internet de una conocida revista italiana, L’Espresso. Y el Vaticano no lo desmintió, pero aclaró que no es la versión definitiva y que ésta dirá cosas que en el borrador no están incluidas o corregirá conceptos de aquella versión. No faltó quien dijera, como el diario de Turín La Stampa, que en ambientes de la curia romana, es decir dentro del Vaticano, algunos aseguran que el documento fue anticipado a la prensa por sectores conservadores, como una forma de atacar a Francisco y debilitar su mensaje. Se trataría, dijo el diario, de debilitar el mensaje a nivel ecológico porque en algunos puntos es muy crítico con las políticas de los países poderosos. También se trataría de atacar la figura del papa Bergoglio como una forma de resistencia a la obra de renovación de la Iglesia que está llevando adelante. Y se trataría además de un record histórico, concluyó La Stampa, porque sería la primera vez que una encíclica es criticada antes de que sea difundida oficialmente.

Y si la versión de L’Espresso viene más o menos confirmada, seguramente esta encíclica dará mucho que hablar porque pone el dedo en la llaga en muchos campos que por intereses económicos, los países ricos han dejado pasar, no en sus propios territorios, pero sí en los países donde hacen inversiones y que pertenecen al llamado Tercer o Cuarto Mundo.

La versión publicada por L’Espresso de todas maneras lleva el título de la verdadera encíclica –que por lo demás ya se conocía–, “Laudato si, sobre el cuidado de la casa común”. Se trata de 191 páginas divididas en seis capítulos y dos oraciones finales. En ellos el Papa recuerda a San Francisco de Asís –que además de impulsar la pobreza en la Iglesia era un verdadero ecologista del Medioevo– y habla de la “hermana tierra” que protesta por todo el mal que los hombres le provocan a causa de del uso irresponsable de los bienes que Dios les ha puesto a disposición. Los hombres, dice Francisco según esta versión de la encíclica, crecieron pensando que eran los propietarios y dominadores de la tierra y que por eso estaban autorizados a saquearla. El pontífice también hace un llamado a toda la “familia humana” para que se busque un desarrollo integral y sostenible.

Entre otras cosas, el texto alude a las responsabilidades de la política internacional y de un cierto modo de entender la economía como causantes de la degradación de la naturaleza. Según Francisco, dice esta versión de la encíclica, hay ciertas cosas de la naturaleza que son bienes comunes como el clima y el agua potable, y esta última es además un derecho humano esencial. Menciona asimismo algunos pulmones de biodiversidad del planeta, como el Amazonas, el área fluvial del Congo y los glaciares y dice que existe una “deuda ecológica” entre el Norte y el Sur del planeta debido a desequilibrios comerciales con consecuencias ecológicas y a la débil reacción política internacional frente a esos problemas, lo que demuestra su sometimiento a la especulación y al poder financiero.

Francisco invita a “cultivar” el jardín del mundo y habla de cómo proteger la ecología en las ciudades, donde los autos son usados a menudo por una o dos personas pero contaminan por varias, cuando en cambio se debería dar prioridad a los transportes públicos. Asimismo se requiere impulsar un cambio en los estilos de vida, ejerciendo una sana presión sobre los gobiernos en este sentido. Entre otras medidas que el pontífice propone para cambiar el estilo de vida está la educación de la responsabilidad, evitar el uso del plástico y el papel, reducir el consumo de agua, diferenciar los tipos de basura, cocinar lo que se va a comer para no desperdiciar.

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En su encíclica, el Papa recuerda a San Francisco de Asís.
Imagen: AFP
 
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