EL MUNDO › RALPH NADER ESTUDIA VOLVER A CANDIDATEARSE

La pesadilla de los demócratas

Por Rubert Cornwell *
Desde Washington

Ralph Nader, la pesadilla del ex vicepresidente Al Gore en las polémicas elecciones presidenciales del 2000, estudia volver a candidatearse para la presidencia por el Partido Verde, lo que sólo complicaría la difícil tarea de enfrentar a los demócratas el año que viene. Correligionarios de este defensor de los derechos del consumidor y tormento del establishment confirmaron ayer que Nader está juntando dinero para financiar una encuesta exploratoria. Y que el Comité Presidencial Exploratorio Nader 2004 ha estado operando durante los últimos tres meses. “Lo estamos usando para testear las aguas”, dijo Theresa Amato, que trabajó para Nader en el 2000 como coordinadora de su campaña y actualmente dirige este comité. La organización fue parte de una estrategia “para hablarle a la gente y ver qué nivel de apoyo tiene”. Además, los partidarios de Nader están a punto de lanzar un nuevo sitio de Internet –naderexplore 04.org– antes de que el candidato decida si finalmente se presenta el año que viene.
La posible entrada de Nader es una pesadilla para los demócratas, que todavía sangran por la herida por la derrota de Gore frente a Bush hace tres años, a pesar de haberlo superado con 537.000 votos populares. Los 2.800.000 –el 2,7 por ciento de los votos totales– que ganó el candidato verde sólo sirvieron para echar sal en la herida. La historia fue la misma en el estado de New Hampshire, donde Nader consiguió más de 22.000 votos, el triple del margen de ganancia de Bush. Si los demócratas hubieran ganado alguno de esos dos estados, Gore hoy estaría en la Casa Blanca.
Ahora parece que hay menos razones para que Nader sea candidato. Howard Dean, el ex gobernador de Vermont que no se anda con vueltas a la hora decir lo que piensa y que ahora se perfila como el ganador de la interna demócrata, atrae a muchos de los enojados activistas que de otra manera se hubieran sentido tentados a votar al verde. Es más, otro candidato, el representante de Ohio, Dennis Kucinich, ha adoptado muchas de las posiciones económicas y sociales progresistas de Nader. De hecho, esto habla bien de Kucinich. Pero éste no espera ganar y Nader es famoso tanto por su terquedad como por su idealismo. Las elecciones del 2000 probaron que si, llegado el momento, siente que su deber es candidatearse no se dejará llevar ni por las acusaciones demócratas –lo tildan de aguafiestas– ni por el argumento de que en estos comicios no tiene ninguna chance. Salvo una notable excepción, los nueve precandidatos demócratas para el 2004 han evitado hacer comentarios sobre la posible campaña de Nader. Pero un vocero de Joe Lieberman, quien como compañero de fórmula de Gore sintió toda la fuerza del golpe, declaró ásperamente que “si la historia sirve como guía, la mejor manera que tienen los votantes de sacarse de encima a George W. Bush es apoyar al candidato demócrata”.
Inmediatamente después del traumático resultado de las elecciones del 2000, y a pesar de la avalancha de insultos de los demócratas, el mismo Nader seguía, al igual que ahora, sin arrepentirse. Y clamaba que “la única persona que pudo derrotar a Al Gore fue el mismo Al Gore”. Los perennes verdes también rechazan haber absorbido los votos de los ambientalistas, que de otra manera hubieran ido para Gore, para asegurarse la elección de un presidente comprometido con los grandes negociados y famoso por su indiferencia ante la causa verde. Los seguidores de Nader sostienen que los demócratas no están menos comprometidos con un sistema corrupto que sus rivales republicanos.
Pero decir que el establishment demócrata no representa a la mayoría del partido, ha alimentado la emergencia de un extraño, Dean, el favorito para ganar la interna. Tiene una amplia ventaja en New Hampshire, un estado clave que tendrá sus elecciones primarias el 27 de enero, y una aceitada maquinaria para juntar fondos que eclipsa a los de sus contrincantes.
A pesar de los esfuerzos de sus rivales y sus propios tropezones, la campaña de Dean marcha viento en popa. Ahora mismo se lo investiga por las medidas que tomó para sellar los documentos de su época como gobernador. Pero parece que esto no hará ninguna mella en su campaña. Hace poco, encaramado a una camioneta adornada con la bandera de la Confederación, declaró estar dispuesto a ganar los votos de los sureños. Justamente, un distrito electoral que nunca votará por Nader.
Entretanto, el mismo Gore ha vuelto a pelear las internas de la izquierda, las mismas que libró en San Francisco en el 2000. Frente a las elecciones para alcalde de esta ciudad liberal, Gore ha apoyado a un demócrata moderado, al que le espera una dura pelea contra su rival verde, Matt González.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.

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