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Los disturbios políticos y constitucionales se profundizaron ayer en Haití cuando dejó de funcionar el Parlamento y el presidente Jean-Bertrand Aristide comenzó efectivamente a gobernar por decreto mientras aumentaban las protestas masivas contra su administración. Mientras la nación más pobre del hemisferio occidental se tambaleaba al borde del caos y entraba en su quinto día de huelga general, Aristide daba un discurso en el aeropuerto de Port-au-Prince en el que ni siquiera mencionaba el clamor para que renunciara. En medio de una abrumadora seguridad, el presidente partió de su país en su jet privado para asistir a la Cumbre de las Américas en México. Su discurso estuvo dedicado a honrar a los padres fundadores de Haití, que se convirtió en la primera república negra en el mundo hace doscientos años precisamente este mes. El domingo, 10.000 personas marcharon en la capital pidiendo la renuncia de Aristide. Las protestas comenzaron cuando el obispo católico Pierre-Andre Dumas criticó al gobierno por alimentar la corrupción, la represión y la anarquía.