EL MUNDO › EL INTENTO DE GOLPE DEJO UN SALDO DE AL MENOS 194 MILITARES Y CIVILES MUERTOS PERO AUN NO SE CONOCEN LOS MOTIVOS

Retomó el poder el gobierno electo en Turquía

El gobierno detuvo a 2.800 militares, incluyendo a cinco generales y 29 coroneles, y destituyó a más de dos mil jueces acusados de tener vínculos con el predicador islamista Fethullah Gülen. El intento de golpe unió al gobierno con la oposición.

Las autoridades turcas recuperaron el poder tras un fallido intento de golpe de Estado que mantuvo en vilo a Turquía durante toda la noche del viernes y que se saldó en la madrugada de ayer con la muerte de al menos 194 personas y más de 2.800 militares detenidos.

El intento golpista logró la unión de los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria y dio la oportunidad al gobierno de realizar purgas en el sistema judicial, donde destituyó a más de dos mil jueces acusados de tener vínculos con el predicador islamista Fethullah Gülen, señalado como el cerebro del golpe y cuya extradición de Estados Unidos fue reclamada ayer por el gobierno.

El primer ministro turco, Binali Yildrim, informó que 161 personas murieron entre militares leales, policías y civiles. Mientras que por el bando rebelde al menos 20 soldados perdieron la vida. Esta última cifra contrasta con la brindada horas antes por el jefe interino de las Fuerzas Armadas, Umit Dundar quien había confirmado la muerte de 104 golpistas, elevando la cifra total a mas de 200. Yildrim agregó que 1.470 personas resultaron heridas, 30 de ellas militares rebeldes. Por otra parte, al menos 2.839 militares han sido detenidos por su presunta colaboración con el golpe, según Yildirim, quien ha incluido entre los sospechosos tanto a soldados rasos como a oficiales de alto rango.

El ministerio del Interior turco había informado previamente de la destitución de cinco generales y 29 coroneles. Además, el gobierno aprovechó la ocasión para hacer una purga en la Junta Superior de Jueces y Fiscales, de donde fueron destituidos a 2.745 magistrados, mientras que el ministerio de Justicia destituyó a cinco de los 22 miembros de la propia Judicatura. Al mismo tiempo, la policía detuvo hoy a diez jueces del Danistay, la máxima autoridad jurídica para contenciosos administrativos y otros 38 están siendo buscados, mientras que hay orden de arresto contra 140 jueces del Tribunal Supremo (Yargitay), y se ha detenido al juez del Tribunal Constitucional Alparslan Altan.

En el Parlamento hay un renovado clima de unidad, donde los cuatro partidos iniciaron la sesión de ayer con un minuto de silencio por las víctimas del fallido golpe aunque dejaron entrever sus críticas al autoritarismo del gobierno. Al inicio de la sesión, Yildirim describió la jornada de ayer como una fiesta de la democracia, resaltando que la población se había opuesto a los golpistas.

Mientras, frente al Parlamento, una multitud que se reunió a celebrar el fracaso del golpe, llegó a pedir la pena de muerte para los golpistas al grito de “¡Dinos que matemos, y mataremos!”. Imágenes difundidas por la televisión turca mostraron a cientos de personas que, en respuesta al pedido de Erdogan de tomar las calles, acosaron a algunos soldados sublevados, que evitaron el linchamiento por la intervención policial. La web opositora Odatv difundió además la imagen de un soldado al que le cortan la cabeza. Las protestas se convirtieron en celebraciones después de que los soldados golpistas abandonaron los tanques sobre el puente del Bósforo y se rindieron a la policía, un instante transmitido en directo por las televisiones.

Hasta ese momento, habían sembrado pánico los vuelos rasantes de cazabombarderos sobre el centro de Estambul y Ankara, rompiendo la barrera del sonido con un efecto fácil de confundir con detonaciones, sin que la ciudadanía supiera si estaban pilotados por rebeldes o militares leales al gobierno. Según los medios turcos, dos helicópteros de los golpistas fueron abatidos por cazas, pero otros aviones bombardearon el Parlamento, dejando varios heridos y graves daños materiales.

La verdadera motivación de los conspiradores aun no se ha desentrañado, pero el presidente acusó desde un primer momento a la red de seguidores del predicador Fethullah Gülen, un firme aliado del gobierno hasta el 2013. Gülen, de 75 años, vive desde 1999 en el estado norteamericano de Pensilvania, y es acusado por el gobierno de Erdogan de terrorista y de querer desestabilizar al Estado turco. Desde su exilio, Gülen construyó un movimiento político religioso, social y económico que en los últimos años movilizó un gran número de seguidores en Turquía y en más de 130 países. La alianza entre Gülen y Erdogan se rompió luego de que los medios del movimiento encabezado por el predicador filtraran una serie de documentos sobre investigaciones de corrupción en el gobierno del por entonces primer ministro Erdogan.

Los medios afines a Gülen han negado toda implicación y han transmitido una condena del golpe por parte del predicador, exiliado en Pensilvania. Aunque la presencia de los gülenistas en Policía y Judicatura era conocida, hasta que estos cuerpos sufrieron amplias campañas de purgas en los últimos años, no hay constancia de que los mandos militares, de tradición firmemente laica, tengan simpatías por la cofradía religiosa.

Líderes de todo el mundo repudiaron el intento de golpe de Estado en Turquía y llamaron a respetar las instituciones de la democracia, al tiempo que Francia expresó su preocupación por el período de represión que se avecina en el país. “Si el presidente turco ha restablecido completamente la situación, y creo que es el caso, vamos a tener un período de mucha calma pero sin duda también habrá represión”, declaró el jefe del Estado francés, Francois Hollande, desde Niza, donde el jueves pasado el conductor de un camión asesinó a 84 personas durante los festejos del feriado nacional. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, condenó con la mayor severidad el intento por derribar a un presidente y a un Gobierno electos en Turquía, al tiempo que apremió a todas las partes implicadas a respetar las reglas democráticas y la Constitución de ese país. “Cualquier cambio político debe producirse por la vía democrática, no con tanques en la calle”, afirmó Merkel en una intervención desde la Cancillería, de regreso del Foro Asia-Europa, celebrado en Mongolia.

El presidente estadounidense, Barack Obama, convocó ayer una reunión de su equipo de seguridad nacional y y de política exterior para analizar la situación tras el golpe de estado fallido en Turquía. El mandatario expresó que se debe apoyar el gobierno elegido democráticamente y evitar la violencia y el baño de sangre. Turquía es una aliado de la OTAN y un socio vital en la lucha estadounidense contra el grupo extremista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, aunque la Casa Blanca ha expresado en ocasiones su preocupación por la deriva autoritaria del gobierno de Erdogan.

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Un niño flamea la bandera turca durante una manifestación en defensa del gobierno electo en Estambul.
Imagen: AFP
 
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