EL MUNDO › UN DICTADOR IMPUNE

Diez años sin Stroessner

Al cumplirse hoy diez años del fallecimiento de Alfredo Stroessner, el Partido Colorado, fuerza que nunca renegó de haberlo tenido entre sus filas, gobierna sin mostrar intención de acompañar las causas judiciales por hechos sucedidos durante el terrorismo de Estado en Paraguay. En el derrotero que siguió a la muerte del dictador, el precio más alto que debió pagar la familia Stroessner por las aberraciones de la dictadura fue, quizás, la imposibilidad de repatriar sus restos, que siguen en Brasilia, donde el militar murió el 16 de agosto de 2006, a los 93 años, por una infección que sufrió tras ser operado de una hernia.

Su cuerpo fue enterrado “en forma transitoria” al día siguiente de su muerte: sus familiares lo despidieron en el cementerio Campo de Esperanza, en la zona sur de Brasilia, porque tenían la intención de repatriar el cadáver. Derrocado por un golpe militar el 2 de febrero de 1989, tras gobernar Paraguay durante más de 34 años, y acusado de la desaparición o la muerte de miles de opositores, Stroessner debió asilarse en Brasil luego de permanecer algunos días preso en una instalación castrense.

Aunque sobre él pesaba un pedido para que respondiera por violaciones a los derechos humanos cometidas durante su régimen, que se extendió entre 1954 y 1989, la iniciativa de Asunción, elevada en 2003 para que Brasil extraditara a Stroessner, el mandatario que más tiempo gobernó en un país latinoamericano, después de Fidel Castro, nunca prosperó. El Rubio, como lo bautizaron sus seguidores, nació el 3 de noviembre de 1912 en Encarnación, a 370 kilómetros al sudeste de Asunción. Hijo de Hugo Stroessner, un alemán originario de Baviera, y de la paraguaya Heriberta Matiauda, el Único Líder –otro de los apodos que le daban sus partidarios– ingresó como cadete militar en 1929 y participó como combatiente en la Guerra del Chaco, que se desarrolló entre 1932 y 1935 e involucró a Paraguay y Bolivia entre los países beligerantes.

Fruto de la unión con Eligia Mora, una humilde maestra de escuela que falleció en febrero de 2006 en Asunción, nacieron tres hijos: Gustavo, Graciela Concepción y Hugo Alfredo. En 1951 fue nombrado comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y el 4 de mayo de 1954 llegó al poder tras derrocar al presidente civil Federico Chávez. Designó por tres meses como presidente provisional a Tomás Romero Pereira, un civil leal que le preparó el terreno para asumir oficialmente el 15 de agosto de ese año.

Sin que ningún adversario se opusiera a sus ambiciones –los que lo hicieron fueron encarcelados o desterrados– se autorreeligió en 1958. Desde entonces renovó su mandato cada cinco años: 1963, 1968, 1973, 1978 y 1983, en elecciones que apenas cumplían con algunas formalidades. El acceso a la tierra es en Paraguay, desde la dictadura, fuente de represión al movimiento campesino –situación acentuada por las derivaciones de la Masacre de Curuguaty–, cuyo conflicto impulsó al país a ser uno de los de mayor concentración de la propiedad en pocas manos.

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