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Una mano norteamericana ayudaría a evitar que se gatille otro conflicto

Ariel Sharon, premier israelí, se declaró “muy satisfecho” ayer con el flamante presidente palestino Mahmud Abbas, quien prohibió la portación de armas a cualquiera que no integre las fuerzas de seguridad. Pero EE.UU. prepara una misión de alto nivel para consolidar la tregua.

Por Donald Macintyre*
Desde Jerusalén

Se espera que Condoleezza Rice, la nueva secretaria de Estado ya confirmada, visite Medio Oriente en breve, a raíz de los recientes esfuerzos de Washington para afianzar la tregua, aún frágil y no declarada, entre israelíes y palestinos. Fuentes israelíes dijeron que las discusiones en curso versaban sobre un posible mecanismo tripartito para prevenir rupturas aisladas del cese de violencia, y que pudieran llevar al tipo de colapso que terminó, hace 18 meses, con 51 días de alto el fuego.
Los planes provisorios han sido discutidos en medio de una frenética actividad diplomática que ha incluido la visita del secretario de Estado norteamericano adjunto William Burns, quien se encontró con el primer ministro Ariel Sharon anoche. Se espera que Rice dé mayor peso a las perspectivas de un progreso mayor tras el descongelamiento de las relaciones entre ambas partes. Dov Weisglass, el más cercano asesor de Sharon, estaba en camino hacia Washington anoche para informar de los últimos avances a funcionarios norteamericanos, después de que el primer ministro israelí diera su respuesta hasta el momento más cálida a los esfuerzos del nuevo presidente palestino Mahmud Abbas en su llamamiento al cese de la violencia militante.
Refiriéndose al nuevo presidente palestino con su nombre familiar, Sharon declaró en el diario de circulación masiva Yedhiot Ahronot: “No hay duda de que Abu Mazen ha comenzado a trabajar. Estoy muy satisfecho con lo que escucho que está ocurriendo del lado palestino y estoy muy interesado en avanzar en el proceso junto con él”. Fuentes israelíes también confirmaron anoche que el ejército tenía la intención de detener los asesinatos selectivos de militantes siempre y cuando la violencia del lado palestino cesara. Pero esas mismas fuentes reiteraron que Israel se reservaba el derecho de continuar actuando en contra de “bombas de tiempo”, casos en los que se identifique de manera indudable a individuos que se estén preparando para llevar a cabo un ataque contra un blanco israelí.
Una idea que flotaba en las conversaciones informales que involucran a Washington es que EE.UU. ayudaría a coordinar con los funcionarios de seguridad israelíes y palestinos algún tipo de unidad de desplazamiento rápido para asegurar que cualquier incidente aislado, involucrase ya ataques de militantes o tiroteos y arrestos de las fuerzas israelíes, no escale hacia una violencia mayor.
Los palestinos culparon a Israel de haber causado el fin del cese de fuego en 2003 –en el que intermedió Abu Mazen cuando era primer ministro– a través de su persecución continua de militantes. Una fuente gubernamental, que no adhería a esta interpretación, insistió: “Israel no repetirá sus acciones de tiempos pasados”.
Israel es reticente a responder positivamente, al menos en público, al llamado del líder palestino, repetido por Abbas ayer, de llegar a un acuerdo formal para el cese de fuego total, según las condiciones estipuladas por las facciones armadas. El motivo alegado es que hacerlo “legitimaría a Hamas y a la Jihad Islámica”. Pero las fuentes dijeron que Israel estaba considerando activamente la liberación de prisioneros como una medida para generar confianza. La exigencia de que militantes sean liberados fue una condición central que emergió en las conversaciones entre Abbas y las facciones armadas en Gaza en el fin de semana pasado. Lo que queda por ver es, en todo caso, si Sharon está listo para sancionar la cantidad suficiente de liberaciones para darle a Abbas el poder e influencia que aún necesita para lidiar con las facciones armadas.
Como un símbolo más de la resolución de Abbas de mantener la ley y el orden, el nuevo liderazgo palestino expidió un decreto que prohíbe a quienes no pertenecen a las fuerzas de seguridad portar abiertamente armas. El decreto, emitido por el primer ministro, Ahmed reia, enfatizaba la cuestión del crimen más que la de la actividad militante, al decir que había “un incremento en el número de crímenes violentos en todas las gobernaciones por el caos de armas”.
Mientras tanto, había confusión sobre la marcha del despliegue de las fuerzas de seguridad palestina en el sur de Gaza, después de que el ejército israelí dijera que ya había comenzado. Fuentes palestinas, sin embargo, dijeron que comenzaría hoy después de una demora por “dificultades técnicas”.
Ha habido combates frecuentes en las semanas recientes, en la ciudad del sur de Khan Yunis, después de algunos ataques de mortero y cohetes, y de que una niña de tres años fuera asesinada bajo fuego israelí al norte el sábado, cuando dos cohetes Qassam fueron lanzados al área.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia. B. Nieva.

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