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Chile dice adiós a una férrea denunciante de Augusto Pinochet

Gladys Marín, líder del Partido Comunista, murió a los 63 años, víctima de un cáncer. Inauguró las querellas contra el ex dictador.

La histórica líder del Partido Comunista chileno y ex candidata presidencial, Gladys Marín, murió en la madrugada de ayer en Santiago, víctima de un tumor cerebral irreversible. Marín falleció a los 63 años en su residencia de la comuna de La Florida (sureste), en compañía de familiares, amigos y compañeros partidarios. Chile despide a uno de los símbolos de la lucha contra la dictadura del general Augusto Pinochet.
Férrea defensora de los derechos humanos, Marín fue vencida por un cáncer cerebral que le fue diagnosticado en septiembre de 2003. Durante casi un año y medio, la presidenta del Partido Comunista de Chile (PCCH) libró una dura batalla por superar el tipo de cáncer “glioblastoma multiforme”, altamente maligno e irreversible. Su estado de salud se deterioró aún más después que regresara a Chile desde Cuba el 20 de diciembre. La dirigente había sido operada en octubre de 2003 en Suecia de un cáncer cerebral, y luego siguió un largo proceso de tratamiento y recuperación en La Habana.
Con 16 años de edad, inició su actividad dirigente en las filas estudiantiles y de la Juventud Comunista de su país, en 1958. Hija de un campesino y de una profesora, Marín se convirtió en uno de los mayores símbolos de la resistencia a Pinochet. Cuando se instaló la dictadura de 17 años en Chile (1973-1990), Marín era diputada y secretaria general de la Juventud Comunista, agrupación que fue proscripta y sus dirigentes fueron perseguidos. La dirigente debió salir al exilio, mientras agentes del régimen detenían en 1976 a su esposo Jorge Muñoz y a miembros de la cúpula del PCCH, todos integran la lista de 1198 detenidos desaparecidos que dejó la dictadura. Sin embargo, por su espíritu de lucha contra la represión militar regresó en 1978 a su país, con identidad falsa y pasaporte español.
Restaurada la democracia, Marín inauguró la ola de querellas en contra del ex dictador Pinochet, cuando en 1998 interpuso la primera demanda judicial contra él por delitos de genocidio, secuestro, asociación ilícita e inhumación ilegal. La denuncia, que en un primer momento se pensó no lograría prosperar, desató una cascada de querellas judiciales que terminaron con el ex dictador enjuiciado en Chile, al volver desde Londres donde permaneció detenido por 503 días. “El criminal vuelve al lugar del crimen”, dijo Marín cuando el ex dictador regresó a Chile, liberado por “razones humanitarias”, el 3 de marzo de 2000.
Marín acumuló “méritos históricos” como para que el Consejo de Estado cubano le confiriera en marzo del año pasado la Orden José Martí, “la más alta y honrosa distinción que otorga la nación cubana” decía un comunicado de ayer desde La Habana.
El ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, entregó el pésame oficial del gobierno y evocó la consecuencia, solidez y legado de la dirigente. “Estamos seguros de que Chile la recordará siempre como una mujer luchadora, una mujer de temple, que enfrentó sin descansar los rigores del régimen militar, con dolores profundos vividos en carne propia en el seno de su familia, una mujer que abrió espacios al nuevo rol de las mujeres en nuestro país”, señaló Vidal. Miles de chilenos desfilaron ayer ante el féretro. Portando rosas rojas, mujeres y jóvenes, amas de casa, trabajadores y visitantes llegaron hasta la ex sede del Congreso. El ministro del Interior, José Miguel Insulza informó que el gobierno decretó duelo nacional de 48 horas. Mañana se harán los funerales, coincidiendo simbólicamente con el Día Internacional de la Mujer.
Marín, que tuvo dos hijos, Rodrigo y Alvaro, se mantenía como líder del PC desde 1994. La dirigente criticó con igual vehemencia las tres administraciones de la gobernante coalición que encabezan el Partido Socialista del presidente Ricardo Lagos y la Democracia Cristiana, a las que acusó de mantener intacto el modelo económico neoliberal que dejó Pinochet. Además, planteaba la necesidad de una nueva Constitución, para dejar atrás la heredada del pinochetismo “la Constitución fue el elemento para perpetuar la dictadura”, había declarado. Al mando del PC, sepresentó en dos ocasiones como candidata presidencial, en 1993 y 1999, pero obtuvo menos del 5% de la votación.
Marín nunca dejó de perseguir judicialmente a Pinochet y en julio de 2003 su partido presentó otra querella contra el general, por su eventual responsabilidad en el llamado “Caso de la calle Conferencia”. En agosto de 2004, acusó al ex dictador de ordenar la remoción de restos de detenidos desaparecidos. “No vamos a descansar hasta que Pinochet reciba el castigo merecido”, afirmó Marín el 28 de marzo de 2003 cuando recibió del ex presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, la medalla “Augusto César Sandino”.
Pinochet, de 89 años, perdió su inmunidad como ex gobernante por los crímenes de la “Operación Cóndor” y también por el asesinato del general Carlos Prats, aunque este último aún debe ser revisado por la Corte Suprema. Además, tiene una causa por enriquecimiento ilícito al descubrirse que mantuvo entre 1994 y 2005 unas cuentas bancarias millonarias en el Riggs Bank de EE.UU. “Aquello pendiente en Chile: la verdad y la justicia” declaró en 1999, de candidata a presidente. Avanzadas, pero inconclusas, continúan las causas contra el asesino millonario.

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Miles desfilaron ante el féretro, entre ellos, Isabel Allende.
 
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