EL MUNDO › EL EX PRESIDENTE JIMMY CARTER COMENZO AYER SU VISITA DE UNA SEMANA A CUBA

Un americano paseándose por el Malecón

Derechos humanos y fin del embargo: esos son los dos temas centrales de la visita de Jimmy Carter a Cuba. Fidel Castro lo cubrió de elogios por lo segundo. Sobre lo primero, Carter se reunirá con disidentes. “Le damos la libertad para hacerlo”, declaró Castro.

La Guardia de Honor, en el aeropuerto internacional de La Habana, tocó “The Star-Spangled Banner”, el himno de Estados Unidos. “Quien en medio de plena Guerra Fría y en las profundidades de un mar de prejuicios fue capaz de intentar una mejoría de las relaciones entre ambos países, merece respeto”, dijo ante él el líder cubano Fidel Castro. El ex presidente norteamericano Jimmy Carter llegó ayer a Cuba, en una visita largamente anunciada y que es histórica, porque se trata de la más alta personalidad de Estados Unidos en visita a la isla desde la Revolución de 1959. Carter permanecerá hasta el jueves en Cuba y apoyará, como lo hizo en su propia presidencia (1977-1981), el fin del embargo norteamericano que lleva más de 40 años. También está previsto que se reúna con disidentes cubanos. “Tendrá acceso libre a cuanto lugar desee ver y en nada nos sentiremos ofendidos por cualquier contacto que desee hacer, incluso con aquellos que no comparten nuestras luchas”, le dijo Castro.
Después del caluroso recibimiento en el aeropuerto, Castro acompañó a Carter en una limusina negra de la era soviética hasta el hotel en el que se hospeda en el corazón de La Habana colonial, donde fue aclamado por turistas norteamericanos. Con una vestimenta fresca y blanca, Carter salió a pasear por la capital de Cuba, donde algunos turistas norteamericanos lo saludaron efusivamente. “Mi esposa Rosalyn y yo estamos encantados de estar aquí en Cuba y muy agradecidos por la invitación para visitar este país. Hemos llegado como amigos del pueblo de Cuba y tenemos la esperanza de conocer a cubanos de diferentes versiones de la vida”, dijo Carter en su discurso de respuesta, transmitido también en directo por televisión. Durante toda la semana, Carter visitará centros de interés económico, social, médico y científico, y mantendrá contactos con diferentes sectores de la sociedad cubana, incluidos disidentes. “Nuestro país los recibirá a usted y a su delegación con la más sincera hospitalidad de que es capaz, le mostrará con modestia su obra humana y social, le facilitará comunicación con nuestro pueblo para que usted le exprese todo lo que desee expresar, estemos o no de acuerdo”, declaró Castro.
Mañana, Carter dará un discurso en la Universidad de La Habana que será emitido en directo por la televisión cubana. Será el primer mensaje que se escuchará de un ex presidente norteamericano en los medios cubanos. En las calles, muchos cubanos estaban entusiasmados con la posibilidad de que la visita ayude a poner fin al embargo económico de 42 años. “Recordamos a Carter como un norteamericano dispuesto a dialogar”, declaró Ramón Méndez, vendedor de flores. “No es como Bush, que siempre está buscando una nueva guerra.”
Durante su presidencia, Carter apuntó varias veces al restablecimiento de las relaciones comerciales y diplomáticas con Cuba. Incluso logró instalar oficinas de asuntos especiales en La Habana. En aquellos tiempos, Carter decía que “la mejor manera de llevar la democracia a Cuba es levantando el embargo, porque el embargo es lo que convierte a Castro en un héroe que defiende a su pueblo frente al abuso de Estados Unidos”. Más allá de estas palabras, Castro considera a Carter un amigo y de hecho fue él quien lo invitó a viajar a La Habana. El viaje fue aprobado por el Departamento del Tesoro norteamericano, que puede multar a los ciudadanos norteamericanos que visiten la isla sin permiso previo con hasta 50 mil dólares.
El propio Carter reconoció que no espera lograr con su visita cambios en la política norteamericana hacia Cuba, pero sí quizás contribuir a mejorar las relaciones entre los dos países. “Compartimos con Carter la aspiración de que un día sean normalizadas las relaciones entre nuestros dos países”, dijo el canciller cubano Felipe Pérez Roque, tras reunirse con Carter, quien cenó luego con Castro en el Palacio de la Revolución. “Nuestra reunión fue fructífera y esperamos que sirva para que se produzcan algunos cambios”, completó Pérez Roque.
La visita de Carter a Cuba estuvo cruzada por los gritos de los anticastristas y de la zona más dura de la Administración Bush. Para unos,su viaje significa una “legitimación de un régimen que debe caer”. Para otros, un incómodo gesto que, aunque quede en eso, en gestos, puede avivar el debate dentro de Estados Unidos acerca de un cambio de política hacia Cuba, que fue atisbado tenuemente por la Administración Clinton, que antecedió a Bush en el poder. El actual gobierno incluso mantiene en un alto cargo del Departamento de Estado al conocido anticastrista Otto Reich. En la medida en que Jeb Bush, hermano del presidente, está buscando la reelección como gobernador del estado de Florida (donde están los anticastristas) en noviembre, el gobierno no quiere ni hablar del tema.
Castro aprovechó a Carter para invitarlo al Centro de Biotecnología e Ingeniería Genética y a cualquier otro centro de investigación, en respuesta a la acusación que el gobierno de Bush le hiciera sobre su intención de fabricar armas biológicas, algo desmentido rotundamente por La Habana.

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Fidel Castro y Jimmy Carter gesticulan alegremente en el aeropuerto de La Habana.
 
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