EL MUNDO › QUINCE MIL CAMPESINOS DEL
MST LLEGAN A BRASILIA CON SUS RECLAMOS

Los Sin Tierra, en la tierra presidencial

Por Juan Arias *
Desde Río de Janeiro

Unos 15 mil campesinos del Movimiento de los Sin Tierra (MST) llegaron ayer a Brasilia para exigir al gobierno de Lula da Silva el cumplimiento de su promesa electoral de conceder títulos de propiedad sobre la tierra a 400 mil familias durante su mandato, tras 14 días de una marcha a pie que comenzó el pasado día 2 en Goiana, a más de 200 kilómetros de la capital. Aunque el grueso de la manifestación se encuentra acampando en las afueras de Brasilia, la marcha hizo sentir ayer su presencia con su paso hacia las sedes políticas del gobierno.
Como en los tiempos de las antiguas manifestaciones de izquierda, impresionó ayer la columna de cinco kilómetros de campesinos que marchaba por la ciudad formando, con los colores chillones de sus banderas y sus pañuelos, un río rojo púrpura. La gran manifestación ante el Palacio Presidencial del Planalto estaba prevista para hoy, cuando el presidente Lula reciba, según lo previsto, una representación de los participantes a la marcha a la que se sumaron al final personajes como el teólogo de la liberación Leonardo Boff, y el senador del Partido de los Trabajadores (PT), Eduardo Suplicy –que se hirió en la cabeza al chocar contra uno de los murales de la marcha– y decenas de universitarios brasileños y extranjeros.
Los Sin Tierra le recuerdan a Lula que cuando llegó al poder había afirmado que a partir de entonces el MST no tendría necesidad de ocupar las tierras por la fuerza, ya que él se las iba a dar pacíficamente, y que les había prometido colocar en tierras hasta hoy improductivas a 400 mil familias. Lula no consiguió cumplir su promesa y las manifestaciones arreciaron. Hoy los Sin Tierra le van a presentar a su aliado histórico la cuenta en números: en el 2003 fueron colocadas 60 mil familias, pero sólo 36.800 fueron atendidas. En el 2004 lo fueron 81.200, cuando la promesa era de 115.000. Pero los Sin Tierra piden mucho más. Han prometido un estudio de 30 economistas, reivindicando un cambio en la actual política económica del gobierno que ellos consideran neoliberal. Pero si la reivindicación de dar tierra a 400 mil será difícil antes de noviembre del 2006, fecha en que Lula acaba su mandato presidencial, el de un posible cambio de política económica –que el gobierno considera su mayor éxito– está fuera de toda posibilidad.
A pesar de ello, el MST no quiere cejar en sus reivindicaciones y en sus manifestaciones públicas. Ayer, Pedro Stédile, líder de los Sin Tierra, anunció que si el encuentro con el presidente resultara insatisfactorio para el MST, los 15 mil campesinos de la marcha están preparados logísticamente para permanecer una semana entera acampados ante el Planalto. Aunque Stédile advirtió que el MST “no va a romper con el gobierno”, ya que, a fin de cuentas, Lula es “aliado histórico del Movimiento” . Boff, a pesar de que consideró la política económica del gobierno como “un ‘Titanic’ que se está hundiendo”, quiso puntualizar que “Lula tiene el mérito personal de no criminalizar a los movimientos sociales”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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