EL MUNDO › RUSIA Y LA OTAN FIRMARON AYER UN ACUERDO “CONTRA EL TERRORISMO”

El fin formal de aquella Guerra Fría

El acuerdo de cooperación OTAN-Rusia alcanzado ayer pone sobre el papel la alianza de hecho que existe entre ambos desde el 11 de setiembre.

Por Ian Traynor *
Desde Moscú

Rusia y la OTAN, los grandes adversarios de la Guerra Fría, enterraron anoche medio siglo de hostilidades al unirse en un frente común que le da a Moscú un poder significativo en áreas claves en la toma de decisiones de la alianza occidental. El segundo gran acuerdo en 48 horas entre el Kremlin y Occidente, después del tratado de Estados Unidos y Rusia en deshacerse de miles de ojivas nucleares, la convierte a Rusia en un miembro parcial de la alianza militar de la OTAN. Moscú obtuvo un veto efectivo sobre varias áreas de la toma de decisiones de la OTAN, aumentando las esperanzas del presidente Vladimir Putin de integrar la ex superpotencia a las estructuras de seguridad occidentales, un logro que escapó a sus dos predecesores.
Una reunión de los ministros de exterior de la OTAN y Rusia en la capital de Islandia, Reykjavik, finalizó el acuerdo que establece un nuevo consejo OTAN Rusia de 20 miembros por partes iguales, que conjuntamente discutirán, decidirán y actuarán en la política sobre un espectro de temas desde la lucha contra el terrorismo al control de armas nucleares, biológicas y químicas. El nuevo consejo, que se lanzará formalmente en Roma dentro de quince días en una cumbre de la OTAN-Rusia a la que asistirán el presidente George Bush y Putin, suplanta el existente comité consultivo de hace cinco años une a Rusia y a la OTAN, y que fue ampliamente ridiculizado como un lugar para hablar sin sentido.
“Lo que viene no es un cuerpo consultivo, es un cuerpo ejecutivo,” dijo Igor Ivanov, el canciller ruso. “Se desarrollarán y tomarán decisiones y se cumplirán”. “La OTAN y Rusia deben estar lado a lado en la defensa de valores e intereses comunes,” dijo Lord Robertson, el secretario general de la OTAN, en la conferencia de prensa de Reykjavik. “Los países que pasaron cuatro décadas mirándose mal el uno al otro a través de un muro de odio y temor, tienen ahora la oportunidad de transformar para bien la seguridad euro-atlántica,” declaró antes. El canciller británico Jack Straw declaró que “que no habrá un gran cambio. Este es el último ritual, el funeral de la Guerra Fría... Hace quince años, Rusia era el enemigo, ahora Rusia es nuestro amigo y aliado”.
El acuerdo marca uno de los cambios más fundamentales en la seguridad europea desde la caída del comunismo hace 12 años y une a los viejos enemigos en un frente común. La alianza, formada en 1949 para defender a Europa contra la amenaza del comunismo, está así abriendo sus consejos al Kremlin. Pero el acuerdo también une a Rusia con el consenso occidental que los funcionarios esperan que la hagan un socio más confiable. Sin embargo, el acuerdo deja las funciones centrales de la OTAN de defensa mutua, acción militar y temas de los miembros intactas. Miembros de la OTAN también se reservaron el derecho de retirar temas de la toma de decisiones por el consejo OTAN-Rusia si las cosas se pusieran complicadas.
En noviembre se espera que la alianza admita a los ex estados soviéticos de Lituania, Latvia, Estonia. Moscú se opone amargamente pero no tendrá voz en esta decisión.
Mientras Lord Robertson señalaba enfáticamente ayer la “transformación” de la OTAN y los funcionarios occidentales decían que la alianza estaba adquiriendo un fresco hálito de vida después de años de agonizar sobre su razón de ser, muchos analistas opinaban que, paradójicamente, el gran acercamiento con su enemigo histórico también podía sonar el tañido de la muerte para OTAN como un máquina de guerra y una alianza militar. Varios otros factores se combinan para dar la impresión que la OTAN estaba con un respirador artificial, ya que mantenía a Rusia con una membrecía parcial, soportaba una expansión hacia países más pobres y débiles en Europa Oriental que traen más inconvenientes que logros a la alianza, mantenía la profunda brecha tecnológica de Europa con Estados Unidos y, lo que es más significativo, soportaba la preferencia de la administración republicanade Estados Unidos por “coalición de las voluntades” ad hoc más que aliados militares formales.
La movida para llevar a Rusia a tomar decisiones en la OTAN es el resultado del apoyo de Moscú a la campaña de Estados Unidos contra el terrorismo desde el 11 de setiembre. La idea fue expresada primero por Tony Blair en noviembre y rápidamente se encontró con fuerte oposición en el Pentágono, que no quería abrirle la puerta a Rusia. Le siguieron cinco meses de arduas negociaciones, con Moscú buscando más de lo que se le ofrecía y los altos funcionarios rusos tratando el proyecto con gran desconfianza. Lord Robertson dijo: “Si se puede decir que el pensamiento que caracterizó a la Guerra Fría tiene un final, será en Roma en 20 de mayo de 2002”.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

Compartir: 

Twitter

El canciller ruso, Igor Ivanov, su par orteamericano, Colin Powell, y el titular de la OTAN, George Robinson.
SUBNOTAS
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.