EL MUNDO › EL VATICANO SANCIONA AL PRINCIPAL TEOLOGO DE LA LIBERACION

La Inquisición que nunca descansa

El ex Santo Oficio prohíbe a Jon Sobrino, un español que trabaja en El Salvador, enseñar y escribir como parte de la Iglesia.

 Por Emilio de Benito *
Desde Madrid

Escapó de los militares salvadoreños, y ahora el ataque le llega de su propia institución: la Congregación para la Doctrina de la Fe –ex Santo Oficio– prepara una notificación contra el teólogo salvadoreño de origen español Jon Sobrino, uno de los padres de la Teología de la Liberación. La sanción, emanada de Roma, fue confirmada el domingo por el arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz. El expediente implica la prohibición de enseñar en instituciones católicas –Sobrino es profesor de la Universidad Centroamericana de El Salvador– y la retirada del nihil obstat –visto bueno eclesial– a sus obras.

La notificación desde la Congregación de la Santa Sede en Roma –una medida excepcional que en más de cuarenta años sólo ha sido utilizada contra otros once teólogos y religiosos– se basa en la defensa de Sobrino de la naturaleza humana de Jesús, olvidando resaltar su faceta divina. En su obra “está consciente de la humanidad de Jesucristo, pero no de su divinidad”, dijo Sáenz. La decisión se comunicará oficialmente a Sobrino a finales de la semana.

Sobrino, nacido en Barcelona en 1938, ingresó en la Compañía de Jesús en 1956. Reside en San Salvador desde 1957, donde desarrolló su carrera. Junto a Leonardo Boff –también sancionado por la Congregación– y Pere Casaldàliga, es uno de los mayores exponentes de la Teología de la Liberación, el movimiento originariamente latinoamericano que unió la defensa de los valores cristianos con la lucha por los derechos de los más desfavorecidos.

Este movimiento nació inspirado por el aggiornamento de la Iglesia Católica auspiciado por el Concilio Vaticano II. Pero desde el principio suscitó recelos en la jerarquía católica, que lo consideraron demasiado próximo al marxismo. Sobrino fue estrecho colaborador del arzobispo de San Salvador Oscar Romero, asesinado en 1980. Pero cuando más cerca estuvo de la muerte fue el 16 de noviembre de 1989. Entonces, seis jesuitas y dos mujeres fueron asesinados por militares del ejército en la Universidad Centroamericana de San Salvador (UCA). Sobrino escapó porque estaba dando un curso de teología en Tailandia. Un sacerdote irlandés lo despertó para comunicarle la trágica noticia. “Toda la comunidad, toda mi comunidad ha sido asesinada”, fue su comentario. Como otros representantes de la Teología de la Liberación, Sobrino llevaba años bajo la lupa inquisitorial de la Congregación. El arzobispo de San Salvador, el también español Sáenz Lacalle, afirmó que “desde hace tiempo se estudian sus escritos y ya se le hicieron hace años advertencias”.

Sáenz Lacalle dijo, en rueda de prensa celebrada tras la misa dominical en la Catedral Metropolitana de la capital, que “lo que sostiene la Santa Sede es que las conclusiones de los estudios teológicos sobre Cristo que Sobrino ha publicado no son concordes con la doctrina de la Iglesia y no podrá enseñar teología en ningún centro católico mientras no revise sus conclusiones”. Al igual que Hans Küng y otros teólogos que recibieron la máxima sanción de la Santa Sede –hay otros cientos de represaliados, pero por las conferencias episcopales nacionales o con un tipo de sanción de menor peso–, Sobrino contó al principio con el apoyo de la jerarquía. El propio Benedicto XVI financió la traducción de su tesis doctoral al alemán cuando era obispo de Munich. Pero la vuelta al conservadurismo del papado de Juan Pablo II acabó con la apertura de la Iglesia.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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La Santa Sede critica a Jon Sobrino su visión de Jesucristo, explayada a lo largo de sus escritos.
 
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