EL MUNDO › FUE HERIDO EN IRAK POR “AYUDAR” A LOS INVASORES

Un caño para el vicepremier

El viceprimer ministro sunnita iraquí, Salam al Zaubay, fue herido ayer de gravedad en un atentado suicida en Bagdad, un día después de un ataque con cohetes contra el secretario general de la ONU en la capital iraquí. Al menos otras nueve personas murieron y 14 resultaron heridas en el ataque a Salam al Zaubay, cometido horas después de que un grupo sunnita vinculado a Al Qaida en Irak lo acusara de venderse a los “ocupantes cruzados” por haberse sumado al gobierno dominado por los chiítas, apoyado por Estados Unidos.

Zaubay, de 48 años y uno de los dos vicepremiers de Irak, fue operado de urgencia en un hospital militar estadounidense en Bagdad con múltiples heridas en tórax, abdomen, rostro y miembros, y horas después de la intervención seguía grave pero estable, según dijeron fuentes gubernamentales. El ataque fue perpetrado por un suicida que se inmoló dentro de una mezquita que está ubicada dentro del complejo que alberga la casa y las oficinas de Zaubay, y donde el premier participaba de las plegarias semanales islámicas junto a un grupo de colaboradores. Un consejero de Zaubay, al menos dos de sus guardaespaldas y el imán que presidía las oraciones figuraban entre las víctimas fatales, según informó la policía.

Casi en el mismo momento en que el suicida se inmolaba, un coche bomba estalló dentro del complejo de Zaubay, que está pegado a la Zona Verde, el área súper fortificada del centro de Bagdad que alberga la sede del gobieno iraquí y las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido. Fuentes de seguridad dijeron que el complejo está custodiado día y noche y que es de difícil acceso, lo que deja lugar a especulaciones sobre una probable conexión interna del ataque. El ataque contra el vicepremier, que coincidió con la muerte de al menos otras siete personas en otra jornada de violencia, llegó un día después de que el secretario general de la ONU, Ban Kimoon, saliera ileso de un atentado con un cohete que impactó a 45 metros del lugar donde daba una conferencia de prensa. La explosión ocurrió justo en el momento en que el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, decía que el país estaba cada día más estable, y pese a la vigencia de una masiva operación de seguridad lanzada en la capital el 14 de febrero pasado.

Por su parte, el ejército estadounidense anunció la muerte de dos de sus militares. Un soldado falleció al estallar una bomba en el oeste de Bagdad y un marine que perdió la vida en combates en la provincia sunnita de Al Anbar, al oeste de la capital.

Horas antes del atentado a Al Zaubay, el grupo insurgente Estado Islámico de Irak, que incluye a Al Qaida en Irak y otras facciones, acusó al vicepremier de colaborar con los Estados Unidos. “Hay algunas personas que eligieron ser colaboradores de los ocupantes cruzados y sus marionetas”, señaló el grupo en un comunicado difundido en Internet.

Varios políticos chiítas y sunnitas sufrieron intentos de asesinato o de secuestro en el marco de la campaña de ataques de la insurgencia que ya causaron decenas de miles de muertes desde que el país fue invadido en marzo de 2003. Ayer, además, al menos siete personas murieron y otras trece sufrieron heridas al explotar un coche bomba en los accesos a Sadr City, un barrio chiíta del sur de Bagdad, informaron fuentes de la policía.

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